Ganó Piñera. Y por mucho más de lo que cualquiera podría haber pensado. Se hablaba de resultados estrechos y es muy fuerte la diferencia.
En un mundo en donde avanza la derecha xenofóbica, que recorta los derechos sociales construidos luego de décadas de luchas y con una mirada valórica muy cercana a los sectores más integristas y conservadores de la ultraderecha, el triunfo de Piñera es una pésima noticia para todos quiénes pretendemos avanzar hacia un país más justo y solidario.
Esta derrota, que tendrá efectos nefastos para nuestro pueblo, tiene responsables: las cúpulas y dirigencias de la Nueva Mayoría que desde hace ya demasiado tiempo se alejaron de las demandas sociales, que se entrelazaron con el poder económico.
La pregunta es si la Nueva Mayoría será capaz de hacer una autocrítica, que no han hecho después de la derrota del año 2009, tampoco después de la derrota de la reciente primera vuelta y los resultados de las elecciones parlamentarias. No fueron capaces de entender por qué sus referentes no fueron electos y siguieron como si nada hubiera pasado. No fueron capaces de responder a las demandas de la gente. Una vez más le han dado el gobierno a la derecha.
Tal como lo dijimos previo a la elección, “acá no se trataba de una negociación de dirigencias sino de responder a las demandas expresadas por millones de personas en la reciente elección. No seremos nosotros, los del Frente Amplio, su excusa ante un eventual triunfo de la derecha”.
Hoy más que nunca queda claro que el Frente Amplio es la ÚNICA opción frente al avance de la derecha y reafirmamos nuestro compromiso a trabajar desde el Frente Amplio, desde nuestra bancada parlamentaria y desde las calles y los territorios por un Chile más democrático, un Chile que garantice derechos sociales.
Como Humanistas renovamos nuestro compromiso histórico por seguir avanzando en la construcción de una verdadera opción de cambio, que pueda en 4 años más abrir un nuevo horizonte para nuestro país.
Equipo de Coordinación Nacional