Los Humanistas chilenos lamentamos el indulto y Derecho de Gracia concedido por Pedro Pablo Kuczynski, presidente actual de Perú, al dictador Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad cometidos entre los años 1990 y 2000.
PPK iba a ser destituido por el Congreso por casos de corrupción que lo relacionan con la empresa Odebrecht de Brasil, pero optó por canjear su permanencia en el poder con un sector del Fujimorismo, olvidándose del compromiso asumido durante su campaña electoral de no indultar al reo Fujimori, gracias a lo cual logró el apoyo mayoritario de la población y ganó las elecciones. Un canje que rompe con la ética del compromiso y evita, por otra parte, la exposición a la investigación y el juicio.
Como es sabido, Alberto Fujimori fue Presidente de Perú durante tres períodos: 1990 a 1995, con un autogolpe en ese primer gobierno que lo dejó con poderes absolutos entre 1992 y 1993; 1995 a Julio del 2000 y, un último período de julio a Noviembre del 2000, cuando tras una renuncia enviada desde Japón – país en donde se había refugiado – y que no fue aceptada por el Congreso, fue destituido por éste por la causal de “incapacidad moral”. Fue recluido desde el año 2007 y condenado en el 2009 a 25 años de prisión por los delitos de homicidio calificado con alevosía; secuestro agravado en las matanzas de Barrios Altos y la Cantuta; secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer Ampudia, además, de usurpación de funciones, peculado, corrupción y manipulación mediática a través del dictado de la línea editorial de numerosos diarios. Se suma a lo anterior una denuncia de la Defensoría del Pueblo, en que se le acusa de que 272 mil mujeres de zonas rurales fueron esterilizadas sin su consentimiento como parte de una política de salud; delito por el cual aún no ha sido juzgado.
Este es el personaje al que el presidente Kuczynski indultó y otorgó Derecho de Gracia, negociando con los parlamentarios del sector de Kenji Fujimori, el hijo menor del ex dictador, quien restó el voto de diez diputados de su sector para que no prosperara el pedido de destitución, promovido a su vez por Keiko Fujimori, hija del dictador, quien buscaba la destitución del presidente PPK para fortalecer su liderazgo.
Sin duda las opciones no eran las mejores, entre la permanencia del derechista y corrupto presidente actual y la aprobación de su destitución, que si bien apoyada por sectores del Frente Amplio Peruano y el APRA, deja sobre todo posicionada para avanzar en un posible futuro gobierno a la representante del derechista Frente Popular, Keiko Fujimori. Pero nada justifica la traición a compromisos asumidos durante la campaña electoral por conveniencias políticas de coyuntura.
Un par de reflexiones últimas: a) los crímenes a los Derechos Humanos atentan contra todos los seres humanos, independiente del país y la nacionalidad de quienes los cometan y, por lo tanto, como se traten y resuelvan son de interés de toda la comunidad internacional; b) situaciones como estas nos muestran a los sectores de sensibilidad humanista la responsabilidad que tenemos de construir una opción que represente el sentir más positivo de nuestras poblaciones, de manera que la única alternativa no sea optar entre las derechas corruptas e insensibles y los autoritarismos populistas.
Equipo de Coordinación Nacional