Por Marcela Campolo
Durante estos años de democracia, el escenario político ha sufrido algunos cambios, que han sido más de forma que de fondo. En esta última elección, donde finalmente irrumpió el Frente Amplio, situación que se produce a propósito del cambio de la ley binominal. Convengamos que sin esta modificación, difícilmente una nueva fuerza electoral con las características del FA podría emerger como referente, con representatividad parlamentaria y senatorial. En este sentido, el sistema democrático dio un salto, que podría considerarse menor, pero con importantes repercusiones para el mundo social.
Es así que Beatriz Sánchez se convierte en una referencia, a pesar de la campaña mediática, en la cual coludidamente o no, se adhirieron las encuestas, “líderes de opinión”, comentaristas varios, etc. quienes apostaron a la desaparición de este conglomerado, ninguneando el aporte que entrega al acontecer nacional.
Luego de la elección, vendrá la segunda vuelta presidencial, puesto que ninguno de los candidatos pudo alcanzar la mayoría. Piñera, lejos de las expectativas del sector, obtuvo un 36%, Guillier un 22% y Beatriz Sánchez un 20%, los dos primeros entran en la nueva competencia y se produce un espacio de reflexión necesaria para todos aquellos que votarán el domingo 17 de diciembre.
El primer escenario, Piñera Presidente, quien ya tuvo un primer gobierno en el cual se enarboló cifras macro-económicas muy auspiciosas, como el crecimiento del 5,4%, la creación de un millón de empleos y el aumento de remuneraciones de un 4% real, sin embargo en la cotidianeidad el chileno no sintió esa diferencia. Los trabajos creados fueron inestables, queda demostrado en el paso del tiempo; el crecimiento absorbido por las grandes empresas no generó cambios en el ciudadano común, entre otros. Esta relación poco sana entre el empresariado y el gobierno, la derecha profundizó el modelo socio-económico neoliberal que administró por más de una década la Concertación y luego la Nueva Mayoría, sin modificaciones profundas tampoco. Es necesario señalar que además fuimos testigos de situaciones insólitas como el perdonazo de Servicio de impuestos Internos a Johnson´s; la renuncia de la Ministra de Vivienda Magdalena Matte, quien dejó su cargo debido a un pago irregular por parte del SERVIU a la empresa KODAMA; la bullada propuesta de “ley anti-encapuchados”, que no tuvo asidero; y el anecdótico CENSO, por nombrar algunos. Con esta experiencia ¿podría este país enfrentar situaciones como las antes descritas? Y peor aún, con el apoyo que tendría Piñera en el Congreso y las declaraciones de los dirigentes que lo acompañan ¿aceptaríamos terminar con la gratuidad en la educación superior?; ¿qué pasará con las jubilaciones, salud, desempleo, el apoyo social?.
Segundo escenario, la Nueva Mayoría, con todo el arsenal de operadores políticos, pago de favores y familiares asegurados en puestos estratégicos, situación que hemos observado por décadas y… no cambia. Efectivamente este conglomerado ha sido fiel defensor del sistema neoliberal: propiciaron el CAE, endeudando a miles de estudiantes; la privatización del litio; han sido ineficaces en la solución de los problemas reales de la gente, teniendo todas las posibilidades de cambiar la vida de los chilenos, mayoría en el Congreso, gobierno y el voto de la gente en apoyo. Insertando a los bancos en las necesidades básicas de las personas, en la salud, educación y vivienda, pero lo más grave fue la desilusión que tantos experimentaron por la sensación de traición que se apoderó de muchos y muchas. Su candidato Guillier, no suma muchos adeptos, en realidad parece que no tiene habilidades blandas muy desarrolladas para tratar, sin embargo, posee una gracia: no tiene pasado conocido en política, hasta el momento por lo menos y eso es un aliciente.
No obstante lo obsecuentes que éstos han sido con el sistema socio-económico, aún cuentan con una cantidad de personas con ética en sus filas, quienes han propiciado las reformas tributaria, educacional, electoral y por cierto hay allí el germen de la verdad y se nota en ellos una preocupación por la ciudadanía.
El Frente Amplio, ha decidido no adherir abiertamente a estas candidaturas e hizo un llamado a la reflexión, la cual duró poco, porque Beatriz Sánchez se inclinó por Guillier, invocando las declaraciones de Piñera sobre un supuesto “fraude”, en la primera vuelta.
Hay dos cosas que son un tanto inexplicables en estos hechos: a.- ¿Cómo la abanderada del FA, señala que este apoyo es a título personal, cuando es una líder social? ¿qué hace? ¿se cambia de ropa o biparte como una ameba, para convertirse en otro ser humano?. Cuando alguien representa un conglomerado lo hace siempre, que asuma su condición, nunca más será solo ella, porque está en un ámbito de representatividad político-social. Entrega una declaración con su Coordinador de campaña resguardándola, raro o ¿siempre pensó dar su apoyo a Guillier y utilizó las desacertadas declaraciones de Piñera como excusa? b.- ¿Creerá Piñera que con esa acusación al proceso nacional eleccionario gana algún voto? ¿lo está asesorando el Ayatola? Dichas expresiones más parecen palos de ciego de un candidato temeroso, enfrentado a la realidad… el próximo periodo presidencial no es suyo.