Tomás Hirsch, candidato a diputado por el Partido Humanista dentro del Frente Ámplio, explica en esta entrevista -cuyo video aparece más abajo- cómo es posible y necesario trabajar con otros para ir construyendo una sociedad a la altura del ser humano, sin que ello suponga perder perfil humanista.
Pressenza: Tomás, estamos en el último día de una larga campaña. Mañana no hay elecciones, pero ya no hay campaña, y el Partido Humanista ha levantado muchas candidaturas, esperamos que la tuya llegue al Congreso, y lo ha hecho dentro de un conglomerado más amplio, que se llama el Frente Amplio. Quisiéramos saber cómo hace el Partido Humanista chileno para, siempre, trabajar con otros y no desperfilar su propio perfil ni sus propuestas. Cómo logra algo inédito, que es mantener con toda claridad su perfil y sus propuestas pero trabajando siempre con otras fuerzas políticas.
Tomás Hirsch: Te diría que acá en Chile los humanistas tenemos tres convicciones. La primera es que tenemos una buena propuesta, que el Humanismo es bueno y que sería muy bueno que el Humanismo se desarrolle aquí en Chile, porque tenemos mucho que aportar. La segunda convicción, muy en síntesis, es que solos no podemos hacer lo que queremos, que acá se requiere hacerlo con otros; con otros que tienen también las mismas convicciones o ideales aunque provengan de corrientes diferentes: del socialismo, del marxismo, del ambientalismo, del ecologismo, del feminismo, del indigenismo, en fin, de muchos ámbitos diferentes donde hay gente que es necesaria para hacer esta construcción. No la puede hacer nadie solo, “Solo no se puede salir de aquí”. Para nosotros eso está muy adentro. Y la tercera, que es similar a la segunda, es que hay gente buena en muchos lados.
Con esas tres convicciones, nosotros desde que nacemos como partido político, hemos estado siempre buscando la construcción con otros. Yo no me imagino cómo habríamos salido de la Dictadura sin otros. Luego participamos de la Concertación. Después nos salimos cuando el camino se vio que iba en otra dirección. Fuimos fundadores del Juntos Podemos. Y hoy día estamos en el Frente Amplio, que fuimos unos de los que lo ayudaron a formar.
¿Cómo no desperfilarse? Es buena pregunta. Es como preguntarle al ciempiés cómo camina…
Vídeo de la entrevista entera – filmación y edición: Domenico Musella
P.: Es normal en otros lugares pensar que, si el PH participa con otros en un frente, pierde su perfil.
T.H.: Yo creo que no. Yo creo que se le tiene temor a intentarlo, que es distinto. Se tiene temor a perder el perfil. Entonces no nos vayamos a contaminar, no nos vayamos a topar con otros, no nos vayamos a dejar influir por otros. Nosotros, creemos que si tenemos buenas ideas, una buena actitud, buenas relaciones con otros, nada malo nos va a pasar. Creo que no hay que tenerle tanto miedo a eso, al vínculo con los demás. Por el contrario, nosotros podemos aportarle mucho. Entonces, sí, efectivamente, hemos estado siempre en relación con otros, pero tenemos muy claras nuestras ideas y nuestras propuestas. Tampoco intentamos imponérselas a los demás. Eso me parece un elemento importante. Establecemos ciertos mínimos comunes. La no-violencia y ciertas miradas de la sociedad a las que nosotros apuntamos. Pero tampoco les exigimos que firmen un documento de que son humanistas, porque no lo son. Entonces no les decimos: “usted tiene que decir que el ser humano es el valor central”, no, usted no tiene que decir cada uno de los principios nuestros. Porque si fuera así, más valdría que se sumara al Partido Humanista. Entonces ya no tendríamos la diversidad. Es la convergencia de la diversidad.
Yo creo que lo nuestro es tan bueno, que no tendríamos que tener temor alguno a articularnos con otros. Es lo mismo que pasa en otros ámbitos. Uno tiene muchos amigos y, con los amigos, cada uno es diferente. Convivimos, compartimos, construimos algo mejor, justamente porque somos muchos. Si yo estoy solo, quizá tenga una idea maravillosa pero no tengo cómo llevarla adelante. Es lo mismo que pasa en el ámbito de la pareja. Somos dos diferentes. Esas parejas que son idénticas, debe ser una tortura. Somos diferentes. Como somos diferentes, es que nos complementamos y nos proyectamos. Creo que los humanistas en Chile hemos sabido valorar las diferencias. No verlas como un lío, sino verlas como oportunidad. Y eso significa respetar las identidades de cada uno.
P.: ¿Qué puede significar para el Humanismo que tú salgas elegido como diputado?
T.H.: Es una larga aspiración del Humanismo contribuir para transformar estructuralmente la situación de la gente. La gente la está pasando muy mal. Este país se ha vendido hacia el mundo como el país del éxito, el país del desarrollo, el país que hoy día es parte de la OCDE, pero la gran mayoría de la gente la pasa mal, se siente muy mal tratada. Creo que el Humanismo puede aportar en términos de ayudar a variar esto, tal vez no podremos humanizar Chile en pocos años, pero quizá podamos contribuir a un pequeño cambio de ángulo pero que sea suficiente para que la gente empiece a ver que existen otros modos de organizarse, otros modos de relacionarse.
Creo que el Humanismo en el Frente Amplio además aporta una experiencia. Aquí hay muchos movimientos jóvenes, que son muy interesantes, muy valiosos, pero el Humanismo tiene mucha experiencia acumulada de participación en el gobierno, por ejemplo; de terminar con la dictadura; en trabajo barrial… Creo que todo eso, que tal vez hoy en día no se está viendo en el Humanismo, en este momento, está. Está como experiencia acumulada.
Y poder ser diputado acá, además, en este distrito, donde ya tuvimos una diputación hace 25 años, también creo que le da un sentido y una carga muy particular. Es muy linda la posibilidad de volver al parlamento desde acá. Es como decir: “¿dónde habíamos quedado?, ¡bueno, sigamos!”. Porque ojo, han pasado 25 años y muchas cosas han cambiado pero muchas otras, realmente si miras más de cerca, siguen muy igual. La gente sigue siendo discriminada. Hay problemas serios acá en este distrito: desalojos, problemas de educación, de vivienda, de pensiones, medioambientales, de falta de espacio deportivos, de delincuencia, drogadicción… que son los mismos que veíamos cuando estábamos con Laura Rodríguez hace 25 años. Así es que sí, creo que algo podemos aportar.
«El neoliberalismo es mucho más que un modelo económico»
P.: El neoliberalismo avanza en todo el planeta, de manera salvaje. También la mismo tiempo van surgiendo movimientos en distintos lugares que hablan de una cosa nueva, de querer construir otra sociedad. Si tu sales elegido como diputado y si no, de todos modos, ¿cómo imaginas que se podría trabajar para ir conectando a todos esos movimientos e ir construyendo un movimiento a nivel planetario que imagine otro mundo, a la altura del ser humano.
T.H.: El neoliberalismo acá en Chile, que fue uno de los países donde primero se implementó en forma tan pura, tan categórica, es mucho más que un modelo económico, diría. En realidad, está instalado como un modo de vivir, como un modo de sociedad. Ha ganado hasta acá una cierta lucha cultural, si lo quieres. Se ha instalado como una verdad. ¿Y cuál es esa verdad? Básicamente es la verdad del individualismo. Es la verdad de que cada uno se las bate por sus propios medios, lucha por sí mismo y tiene que lograr el éxito. Y ese éxito puede ser a costa de los demás y da exactamente lo mismo, no sólo, es bien visto. Es bien visto porque significa que eres más capaz que otros. Es un darwinismo social. El neoliberalismo en última instancia hoy día en lo que se ha convertido es en un darwinismo social en el que el más fuerte, o digámoslo más claro, el más hijo de puta, el que muestra mayor capacidad de joder al otro, es el que gana.
Bueno, frente a eso, surge efectivamente una nueva sensibilidad. Yo diría que desde seis o siete años atrás, ha empezado a surgir una nueva sensibilidad que busca exactamente lo opuesto, el comunitarismo, lo conjunto, el otro, la valoración de lo diverso, la horizontalidad, la no-violencia frente a la violencia, el saber recoger el aporte del otro… Creo que todo eso efectivamente ha ido tomando fuerza, se ha ido expresando, lo vimos ya desde el 2011, en el 15 M de España, pero también en El Cairo y Tel Aviv y también acá en Chile, con los movimientos por los temas ambientales y con los temas estudiantiles, en Estados Unidos, en Nueva York… en lugares muy diversos. Yo creo que es muy esperanzador, que de alguna manera es una nueva generación que empezó a despertar; y para quienes creemos que la dinámica de la historia es la lucha generacional, bueno, es muy esperanzador ver que una nueva generación despierta, porque realmente por veinte años antes estuvo muy apagada esa dinámica generacional. No digo que se vaya a terminar ese neoliberalismo como modo cultural en los próximos meses ni años, pero creo que empieza a surgir una mirada diferente y la vas notando: partidos políticos con otro estilo, con otro lenguaje, organizaciones sociales que se vinculan entre sí, creo que eso refleja ese nuevo momento.
P.: ¿Desde el Frente Amplio, desde el Partido Humanista, estáis en conexión con esas organizaciones, tenéis previsto el reforzar esas relaciones?
T.H.: Estamos en conexión, pero para serte bien honesto, no es fácil. Hay una disputa fuerte entre movimientos sociales y partidos políticos. Hay desconfianzas mutuas que están instaladas, tal vez no con nosotros como humanistas pero están instaladas. Los movimientos sociales desconfían fuertemente de los partidos políticos y con justa razón porque han sido utilizados, han sido manipulados, han sido engañados muchas veces. Y a los partidos políticos no les gustan muchas veces los movimientos sociales, sobre todo cuando empiezan a tomar sus propias decisiones. Entonces hay un abismo o un muro que los separa y hay que ver cómo derribar ese muro, cómo poner un puente en ese abismo. Es una tarea que está pendiente. Yo no te podría decir ahora: “mira está fantástico aquí”. En el Juntos Podemos, los humanistas hace doce años lo que intentamos fue una construcción de movimientos sociales y partidos políticos en forma paritaria. No pudimos. ¡Hemos fracasado, pero insistimos! No pudimos, no se pudo, los partidos políticos estaban ahí, el partido comunista particularmente, con una visión completamente diferente a la nuestra, sentían que eran los partidos los que tenían que llevar la vanguardia de ese proceso. Y los movimientos sociales se sentían tremendamente irritados. Hoy día hay más cercanía, en el Frente Amplio hay una relación más paritaria pero esa desconfianza existe, la distancia existe. Así es que yo lo veo como uno de los desafíos futuros. Uno de los temas que me motiva mucho en el distrito es ver si podemos avanzar en una suerte de modelo, en el que podamos trabajar en conjunto movimientos políticos y organizaciones sociales… pero es un desafío futuro.
«Éste tiene que ser un proyecto de equipo»
P.: Tomás, con la esperanza de que salgas electo este fin de semana… Tienes hasta marzo para prepararte para asumir el cargo, ¿Qué plan tienes, qué imágenes tienes, cómo vas a prepararte, cómo va a ser la construcción de este proyecto que duraría los próximos cuatro años?
T.H.: Muy sincero, no he pensado ni un detalle posterior al domingo. Me he concentrado cien por ciento en la elección y hemos estado todos los días, de siete y media de la mañana a diez y media de la noche en campaña. Pero tengo clara la respuesta más global a tu pregunta. Éste tiene que ser un proyecto de equipo. Uno puede salir electo diputado, pero esa es una función dentro de un equipo. Yo no creo para nada que yo tenga que sentarme a pensar y a diseñar este proyecto ¡No seas injusto! Ni de cerca tenemos esa visión de este proyecto. En otras palabras, para responderte ahora más positivamente, después del domingo si las cosas resultan como esperamos, nos tendremos que sentar con todos aquellos que se sientan motivados por este proyecto a construir un libreto. ¿Para qué queremos esta diputación? ¿Qué queremos hacer? Probablemente en la diputación hay que hacer mil cosas que no son libreteables, que son parte del quehacer de un diputado, pero hay una intención, hay un propósito, hay una intención de lo que queremos hacer. Lo que pasa es que esa intención, esa dirección, ese propósito, yo al menos hasta aquí todavía no la he planificado porque creo que es un trabajo que tenemos que hacer en conjunto y desde el lunes en adelante. Pero la concepción del asunto es ésa: esto lo tenemos que construir entre todos. Ahora, a mí en esa construcción conjunta, lo que me motiva es eso que decía antes: cómo intentar en este distrito que, para mí, es un reflejo de Chile, este distrito es una copia en miniatura de lo que es Chile, es largo, es pre-cordillerano, pero más allá de eso, humanamente está aquí reflejada la diversidad de este país. Es uno de los distritos con mayor población indígena en Santiago. Es el distrito con la población más rica de Chile y probablemente de Sudamérica en una zona y, en otra zona, tiene sectores totalmente carenciados en términos de salud, educación, de vivienda. Es un distrito donde viven muchos pensionados con pensiones miserables, en que hay toda una juventud que está totalmente atrapada por la situación de la droga y la falta de acceso a buenos empleos o incluso a empleos. Entonces, siento que lo que podamos hacer en el distrito puede ser una experiencia interesante si pudiéramos luego – si va bien – replicarla en otros lados. Pero todo eso formará parte de un libreto que tendremos que armar después del domingo.
«…un tema fundamental es cómo avanzar hacia una democracia directa, más participativa, consultiva, dialogante»
P.: Sales elegido diputado, ¿Qué mecanismos vas a poner en marcha para conocer la opinión de la gente y cómo harás para dar la mayor participación posible a la población?
T.H.: Yo aspiro a poder hacer acá en el distrito lo mismo que los humanistas plantean a nivel general: avanzar desde una democracia representativa a una democracia directa, participativa. ¿Qué significa eso? Que incorporemos las iniciativas populares de ley, es decir, que la ciudadanía pueda presentar proyectos de ley, para lo cual tiene que reunirse, organizarse, dialogar, discutir y ver qué leyes son sus prioridades. Esa es la gracia que tiene, que existan plebiscitos, tanto a nivel nacional como a nivel distrital, comunal, local; que existan mecanismos de revocación de mandato, por cuáles se pueda sacar a quienes se eligen y que después se quedan ahí atornillados al cargo por largos períodos; que se tenga que rendir cuentas de las actividades realizadas por todas las autoridades, especialmente las electas y no electas, pero que están en cargos de relevancia pública. Bueno, me parece que son todos mecanismos que profundizan la democracia, la hacen más directa y le devuelven el protagonismo a la gente. Si hay algo que nos motiva a nosotros es cómo tú devuelves, o les das por primera vez porque en muchos casos no lo han tenido, el protagonismo a la ciudadanía. Hoy día vivimos en una democracia muy formal, en la cual se supone que uno vota cada cuatro años pero ese voto después no tiene ninguna incidencia, porque por lo demás prometen una cosa y luego hacen otra y representan a otros intereses. Entonces, para mí un tema fundamental es cómo avanzar hacia una democracia directa, más participativa, consultiva, dialogante, y eso para mí es válido, tanto en términos de los proyectos de ley que debiéramos nosotros impulsar a nivel nacional como a la forma de trabajo en el distrito.
P.: Laura Rodríguez, diputada humanista que fue elegida en dos comunas de tu mismo distrito, habló y escribió mucho sobre el virus de altura. ¿Cómo te estás vacunando, tú y tu equipo, en contra de este virus, que podría afectarte en caso de elección, por supuesto?
T.H.: Usted tiene que pedirme hora antes que yo le responda a esa pregunta… jajaja… Llene un formulario por triplicado… jajajaja… Yo creo que los humanistas estamos bastante bien vacunados en general contra el virus de altura, pero al mismo tiempo creo que nunca hay que dejar de ejercitarse. Esto es como el gimnasio, y la mejor forma de ejercitarse es, creo yo, trabajar en equipo, estar siempre trabajando en equipo, y en segundo lugar no perder nunca el sentido del humor. Y el humor pasa básicamente por reírse de uno mismo, porque creo que uno es el más gracioso y surrealista de todos. Entonces, ¡Eso ayuda mucho!
Para nosotros, los cargos son funciones y no hay gran diferencia entre cada una de las funciones de un equipo, mientras estemos pasándola bien, mientras estemos complotando, mientras estemos en un proyecto, yo creo que estamos vacunados. Y por otra parte, siempre tener a mano el libro de la Lala… por si se nos olvida.
Agradecemos esta entrevista, realizada por parte de distintos editores de Pressenza.