Por Françoise Baritel y Olivier Flumian
El miércoles 11 de octubre de 2017, Guillermo Sullings, economista humanista argentino, pronunció una conferencia en el barrio de San Cipriano de Toulouse, para presentar las propuestas de su libro «Encrucijada y futuro del ser humano. Los pasos hacia la Nación Humana Universal». Una noche de intercambio, un intento más que ha reunido a personas con diferentes orígenes, diferentes compromisos, que buscan dar coherencia a su vida cotidiana. Una velada que vio crecer el compartir de una esperanza y el profundo anhelo de una Nación Humana Universal.
El significado de la utopía
Guillermo Sullings nos recordó en primer lugar que todas las utopías escritas durante 500 años se han hecho realidad, por ejemplo la abolición de la esclavitud o la introducción del sufragio universal, lo que es muy prometedor para las utopías actuales. En todo momento, las luchas y movimientos sociales por un futuro mejor han definido claramente a las víctimas y a los verdugos. Hoy, las cosas están mucho menos claras. La gente prefiere la paz, pero elige gobernantes que se armen. Queremos proteger el planeta, pero seguimos trabajando productivamente. Este es un tiempo de contradicciones.
Estamos en una encrucijada
Hoy en día, nada se puede resolver de forma aislada. Los problemas dependen unos de otros. Muchas personas hacen cosas para mejorar una situación en particular, pero tienden a trabajar en un solo problema a la vez. Por otra parte, las personas que trabajan para lograr una mayor concentración de poder están muy organizadas.
Por lo tanto, no podemos resolver un problema a la vez, en un solo país. La política, la economía, la ecología, etc., todo funciona en conjunto. Como resultado, ya no sabemos cómo resolver problemas. ¿Cómo entendemos e interconectamos todas las áreas? Con la globalización, las responsabilidades son múltiples e internacionales. Guillermo Sullings intenta aportar una visión holística y temática de los problemas.
La imagen de la Nación Humana Universal podría ser el común denominador de quienes trabajan para construir un futuro mejor.
En la mayoría de los casos, los gobiernos son parte del problema, no la solución. Hay tres formas principales de concentración del poder: el poder político, el poder militar y el poder económico. También hay otros poderes como el poder religioso. La solución está en la lucha por la desarticulación de esta concentración de poder y, en particular, del poder político. Esto se puede hacer con el desarrollo de una verdadera democracia, aumentando la participación de los habitantes. La opinión pública debe presionar cada vez más para que se celebren referendos sobre todas las cuestiones importantes. Debe surgir una conciencia humanista global. La imagen de la Nación Humana Universal puede ayudar. ¿Por qué se detendría la historia humana? La Nación Humana Universal puede haber estado en el interior del Ser Humano desde la prehistoria.
Necesidad de cambio personal y social
Quizás la nación humana universal ya está dentro de nosotros. Pero ella les pide a todos que asuman la responsabilidad. Nuestra tarea sería quitarnos a cada uno de nosotros un poco de egoísmo, individualismo, discriminación, racismo, y sin duda también, a nivel social, quitarnos… algunos bancos.
No debemos olvidarnos de la transformación personal para que nuestras acciones estén cada vez más en línea con nuestros ideales. Guillermo Sullings nos recordó la regla de oro:»Trata a los demás como quieres que te traten». Esta regla, formulada en diferentes civilizaciones a lo largo de la historia, permite un cambio interno y externo simultáneo. La regla de oro permite luchar contra el propio ego con mayor empatía. En cualquier caso, es necesario tener una intención personal.
El futuro está abierto
Hoy en día, cada ser humano tiene una visión del mundo mucho más amplia que en el pasado. Sin embargo, debemos tener cuidado de cuidar el formato por los principales medios de comunicación. Los jóvenes de hoy en día detectan cada vez más a quienes quieren controlarnos y manipularnos. Ahora es necesario desarrollar un misticismo social hacia la nación humana universal. Las naciones como las conocemos son construcciones recientes, tienen sólo 200 años de antigüedad. No vamos en contra del proceso humano. Avanzamos con respeto a la diversidad en todas sus formas. En todas partes se deben crear acuerdos entre los seres humanos, entre los vecinos, con una verdadera interconexión, para luchar contra la concentración del poder. Los seres humanos deberían ser capaces de organizarse de esta manera para lograr un futuro mejor.
El libro está disponible en francés, con ediciones de referencia: www.editions-references.com
En español: http://www.libreriahumanista.com/