Más de 100 mil indígenas iniciaron hoy una movilización por tiempo indefinido en 16 de los 32 departamentos de Colombia en reclamo del cumplimiento del Acuerdo de Paz.
Los manifestantes exigen sobre todo la implementación del capítulo étnico del pacto refrendado entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (actual partido Fuerza Alternativa Revolucionara del Común).
La protesta de los pueblos originarios fue convocada por el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular.
A pesar de la voluntad expresada por el Gobierno del presidente (Juan Manuel) Santos de responder a las demandas presentadas, el déficit de derechos de los pueblos indígenas es cada vez más grande y se criminalizan nuestras luchas, señaló una declaración del CRIC.
El Consejero Mayor de la ONIC, Luis Fernando Arias, subrayó que la movilización se da por la defensa de los territorios ancestrales.
‘No habrá paz sin los pueblos indígenas, no habrá paz si no se incorporan nuestras propuestas dentro del Acuerdo de Paz y se desarrolla el Capítulo Étnico y se da el resarcimiento del buen nombre de los 106 Pueblos Originarios, Étnicos, Campesinos y otros sectores sociales del país’, dijo.
Con apreciable población nativa y afrocolombiana, los departamentos Valle del Cauca, Cauca y Chocó son considerados aquí los epicentros de la denominada Minga Nacional Indígena por la Vida.
También participan en la protesta nativos de los departamentos Cauca, La Guajira, Tolima, Huila, Norte de Santander, Chocó, Nariño y Putumayo, entre otros.
A la protesta de los pueblos originarios se han sumado también otros sectores como el campesinado y los maestros en desacuerdo por la lenta implementación de los acuerdos de paz.
Desde el pasado 25 de octubre organizaciones campesinas decretaron un paro nacional en Colombia en rechazo del incumplimiento de acuerdos gubernamentales pactados con el sector agrario desde 2013.
Tanto indígenas como campesinos, muy involucrados en el cultivo ancestral de la hoja de coca, se oponen a la erradicación forzosa de sus plantaciones y llaman a la erradicación de los cultivos ilícitos de manera voluntaria, acompañada de una planificada y garantizada sustitución de sembradíos para garantizar el sustento de sus familias.