Por Patricia González
Lola Berthet es actriz y activista cultural comprometida, se siente representada por la Tupac Amaru, exige la libertad de Milagro Sala y se reconoce militante “tupaquera”. Hizo su debut en Verano del ‘98 logró inolvidables personajes que quedaron en el imaginario colectivo como el de Hilda en la novela Los Roldán, pero el éxito llegó con Rita la mucama de Son amores, que llegó a medir 40 puntos de rating y hasta un Martín Fierro de APTRA como revelación. En el último año de su carrera comenzó a formar parte de diversas obras independientes.
En la actualidad da clases de teatro en el Tano Cabrón y en el Sindicato del Poder Legislativo, también participa de una serie web llamada “Soy under” de Gisela Benenzon que se emitirá a partir de octubre por el canal de la Universidad de Tres de Febrero y por You Tube. La tira es ganadora del Primer Concurso de Series de Episodios Web del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
En pleno corazón de Montserrat, en una casona de techo bien alto, pasillo largo y escaleras arriba, se percibe un ambiente muy cálido donde lo primero que se aparece al entrar es un cuadro con la foto de Milagro pegadita a otra más pequeña del Che, ya en el living y respirando revolución dos fotos de Juan Fidel, el benjamín de la casa. Ahí estaba ella con el mate amargo dispuesta a compartirlo y con una sonrisa muy amplia.
«Hay que militar la calle y no perder la alegría»
Lola siente que todavía tiene mucho por hacer desde lo actoral y lo decía así: “Trabaje en la película Toda la gente sola junto a Alejandro Urdapilleta y la verdad es que me hubiese gustado seguir haciendo algo más juntos, pero bueno ya no está físicamente, pero por lo demás tengo claro donde quiero ir y me gusta sorprenderme con la profesión”
Para la actriz la fama es algo que se puede conseguir fácilmente y es muy efímero por eso prefiere hablar de éxito y lo asocia con los logros en lo laboral y en la vida en general: “ Me costó bastante adaptarme. Mas que nada cuando hice Los Roldan que explotaba el rating. La gente me tocaba la oreja por la calle, la única que me llamaba por mi nombre era mi mamá, todo el mundo me decía Hilda. Nos inventaban historias a todos los del elenco, yo opté por correrme y entender lo que quería. La actuación me importa mas que el medio. En ese sentido me parezco mucho a mi viejo, para mi es un laburo, voy, hago lo que tengo que hacer y después tengo mi vida”.
Le gustaría poder vivir del cine y recuerda de su infancia ver 11 películas “al hilo” en los fines de semana con su padre, entiende que el cine tiene algo maravilloso que es siempre parte de la historia, un documento que permite retratar distintos procesos históricos-políticos y se emociona con el recuerdo de quien considera un referente importante en su vida: “Mi gran maestro de cine es Leonardo Favio él siempre decía que no era un director de cine peronista sino un peronista que hacía cine. Y ahora también se está marcando una etapa, un devenir neoliberal con este modelo de gobierno”.
“El INCAA es un ente autárquico nunca se mantuvo con los impuestos de nadie, siempre se mantuvo con el valor de las entradas de la gente yendo al cine”
Respecto como afecta la crisis económica a la producción de cine nacional la actriz la describió como una “realidad preocupante” ya que consideró que no sólo abarca a los productores y a los actores sino también a una cantidad de gente que trabaja en el cine independiente manifestando que: “ La ley nueva que quieren implementar haría que solamente filmen cinco productoras importantes del país y se acabe el cine independiente y cuando digo que se acabe digo que también se cierran las puertas a nuevos directores, nuevos productores y como me ha pasado a mí de laburar una película con el sueldo mínimo que marca actores pero porque me interesa el proyecto, y quiero hacerlo ya que esas películas después abren un montón de puertas en el exterior, como fue en mi caso con “La memoria del muerto” de Javier Diment a partir de ahí el género de terror volvió a producirse en Argentina, eso resultó en trabajo para técnicos en efectos especiales y mucha gente más ”.
¿Cuándo sentiste que la militancia era un camino posible?
Cuando empezó a hablar Néstor Kirchner, soy parte de una generación vendada, la de los 90 la del no te metas la política es sucia, yo esto siempre me lo preguntaba empecé a hacer teatro con Teatro por la identidad que dirigía Fanego y me preguntaba muchas cosas. Sebas Miquel, un gran fotógrafo, me invita a ver una muestra de fotos de la Tupac Amaru, ahí empecé escucharme y me sentí muy bien cuando la conocí a Milagro Sala y hasta el día de hoy digo que soy militante Tupaquera. Conocer lo que hizo en Jujuy poder sumarme a hacer talleres para chicos y sin percibir un peso, para mí fue el comienzo de poner el cuerpo a la lucha.
¿Quién es Milagro Sala para vos?
Milagro Sala es un antes y un después en mi vida. Milagro es dignidad, trabajo y alegría, Cuando digo Milagro también digo la Tupac, lo que logró en Jujuy y luego que se extendiera a todo el país. Para mí es una guerrera y es una marca de por vida, por eso soporta lo que está soportando.
“¿Cómo el coya me está poniendo una universidad, un centro cultural, un centro de salud, un centro odontológico? ¿Cómo puede ser que una coya copie un modelo de Cuba de una pileta para discapacitados?”
Con emoción en las palabras Lola dice que “Milagro Sala está presa por venganza” y además agrega: “Por negra, por coya, por el desprecio al otro ¿Cómo puede ser que una coya copie un modelo de Cuba de una pileta para discapacitados? Les molesta que el pueblo esté en la calle y feliz. Eso le molestó y le molesta a Morales. Y tampoco hay que olvidar que en Jujuy está Blaquier y que las construcciones de las casas de la Tupac costaban un 40% menos que la construcción privada. Eso también molestó”.
La militancia también la lleva a seguir profundizando y creciendo desde su lugar de actriz sin dejar de luchar por los derechos de los trabajadores, siente que este es el momento de dar todo lo que la Tupac le dio y poder aplicarlo en lo suyo y afirma que: “Cada vez hay que luchar más. Gracias a dios tengo muchas oportunidades de escuchar a Estella o a Taty Almeida que siempre nos dicen “si están cansados acuérdense de nosotras”. Y ahora, nuestra generación, somos los que tenemos que pelear más que nunca.