En Sangolquí dieron comienzo las actividades del Octubre No Violento, coordinadas por la oficina de Participación Ciudadana. Una importante presencia comunal disfrutó de los actos culturales y los diferentes testimonios y discursos que se pronunciaron sobre la importancia de fortalecer la paz y la noviolencia en la vida cotidiana, tanto personal, como municipal. Compartimos las palabras de Mariano Quiroga, representante de Pressenza en este evento.
Las fotos son de Geovanny Díaz Navarrete
Un excelente día de la Noviolencia para todos y todas. Agradezco la invitación de formar parte de este puntapié inicial del Octubre Noviolento en Rumiñahui.
Y celebro, además, que las autoridades municipales se plieguen a esta denuncia. Porque si bien el tono es de celebración, de fiesta, también lo es de preocupación y de compromiso en revertir aquellos males que nos aquejan.
No hace falta que les diga la cantidad de violencias que nos afectan de manera diaria. En lo personal, en lo colectivo, en lo social. Nos han educado para justificar la violencia, entendiéndola como algo natural, propio de la especie humana. Toca, pues, educar y educarnos en la noviolencia y de un modo noviolento.
Leonidas Proaño decía que la paz es fruto del dinamismo, de la acción. Porque vivimos en este mundo plagado de violencia. Así que debemos ponernos en acción, ser dinámicos para contrarrestar todas las formas de violencia.
No alcanza con mensajes amorosos, con campañas puntuales. La noviolencia debe ser un compromiso cotidiano, permanente. Tenemos que combatir la propia violencia. Son inaceptables los celos, las envidias, la competencia desaforada, los racismos, los abusos de cualquier índole, la indiferencia, el desdén, la arrogancia.
Fíjense que estoy enumerando actitudes que tenemos todos y todas. Tampoco es cosa de autoflagelarse, pero sí de ir descubriendo cómo opera la violencia que tenemos internalizada.
Es decir, la propuesta de la noviolencia activa tiene que ver con acometer contra todas las violencias del mundo: las guerras, la desigualdad, el machismo, las riquezas en manos cada vez de menos personas, el hambre, la intolerancia, etcétera. Pero también transformar esas violencias que hemos incorporado en esta sociedad, cultura, planeta regido por conductas violentas.
Así que la noviolencia no es solo una metodología de lucha, una forma de contrarrestar las agresiones permanentes que sufrimos nosotros y nuestros semejantes, sino también un fin, una meta, un horizonte, una utopía que nos moviliza minuto a minuto, día a día, semana a semana.
La conducta noviolenta individual es magnífica, pero la construcción de organizaciones, instituciones, movimientos noviolentos, incluso municipios noviolentos, son lo que le da una solidez que puede sostenerse en el tiempo.
Así que los animo a continuar por esta senda, profundizar con estas políticas públicas, que sirven de aliento e inspiración a otros municipios, no solamente en Ecuador, sino en otros países.
Rumiñahui se pone a la cabeza de un modelo de gestión, de ocuparse de sus ciudadanos y ciudadanas, pero incorporando a la ciudadanía también en ese compromiso. Les aseguro que Rumiñahui se ha convertido en un ejemplo que empieza a ser mirado en otros lugares. Desde Pressenza mantendremos el compromiso de que esta experiencia trascienda fronteras y sea tenida en cuenta como referencia.
Les agradezco la invitación para compartir con todos ustedes este motivador evento. Muchas gracias, entonces, Ángela Figueroa, al ingeniero Héctor Jácome y a cada uno y cada una de ustedes por participar de esta iniciativa.
Rumiñahui es gente emprendedora, Rumiñahui es patrimonio, Rumiñahui es turismo, Rumiñahui es también Noviolencia.
¡Paz, Fuerza y Alegría para todos y todas!