Miles de franceses han organizado una concentración el sábado 23 de septiembre en Bastilla para marchar hacia la Plaza de la Nación, con el fin de mostrar su descontento con las políticas del presidente Emmanuel Macron. Francia Insumisa organizó este evento, que se llamaba: «No al golpe de Estado social».
A diferencia de las otras dos manifestaciones organizadas por los sindicatos obreros, la iniciativa consistió no sólo en impugnar las ordenanzas firmadas el viernes por el presidente Macron, sino también en mostrar una protesta más amplia, como explica Víctor Calfuquir, uno de los miembros más destacados de Francia Insumisa.
“Esta manifestación pretende mostrar oposición a todo lo que el gobierno está haciendo hoy en día, que quiere cortar las conquistas sociales que el pueblo francés ha ganado después de tantos años de lucha. Son 50 años de lucha que el gobierno quiere barrer.”
Manifestantes de todo el país llegaron a París para expresar sus demandas. Este es el caso de Edith Leblois, que viajó desde Bretaña.
«Estoy manifestándome en contra del golpe de Estado social, la ley laboral, la ayuda a los más ricos, en contra del retiro de 5 euros de la LPA, también para la jubilación a los 60 años, porque tengo 60 años y tengo que esperar hasta los 62 años y trabajo de noche en una casa de retiro, por lo tanto un trabajo doloroso, o como dice el presidente soy una lamentable mujer perezosa».
Ella también nota la gran convergencia de las luchas ese día. «Encontramos solidaridad, cada uno con su lema, cada uno con su reclamo y todo esto en el programa del futuro en común, al final habrá quienes defenderán la ecología, quienes defenderán el derecho al aborto, la igualdad entre hombres y mujeres, cada uno se encontrará porque el programa del futuro en común envuelve todo esto».
Una apuesta exitosa
La primera demostración de fuerza Francia Insumisa tiene bastante éxito por cinco razones:
Número: Según los organizadores, 150.000 personas participaron en la manifestación y 30.000, según la Prefectura de París. Sin embargo, las imágenes de una plaza de la República del mundo, que escuchaba atentamente el discurso de Jean Luc Mélenchon, hablan por sí solas. A pesar de la guerra de números, es imposible negar la capacidad de Francia Insumisa para movilizar.
Seguridad: No hubo desbordes. Además, los pocos enfrentamientos fueron inmediatamente controlados por el servicio de orden de la manifestación. Esto le da legitimidad al movimiento desde un punto de vista político y confirma la naturaleza pacífica del movimiento.
Visibilidad mediática: La manifestación consiguió hacer oir un discurso diferente al de Emmanuel Macron en todos los medios de comunicación tradicionales. Además, en las redes sociales el hashtag #JaiBastille se ha convertido en un tema de tendencia.
Convergencia de las luchas: Aunque Francia Insumisa convocó a la manifestación, varias figuras opositoras tomaron la delantera con los diputados de Francia Insumisa, como Benoît Hamon y Pierre Laurent. En la muchedumbre se exhibieron banderas de la CGT, del NPA, de los soldados y de otras organizaciones sociales y, además, Jean Luc Mélenchon afirmó en su discurso que están dispuestos a apoyar a los sindicatos para crear un movimiento más poderoso.
Oposición: Francia Insumisa ha logrado posicionarse como la primera fuerza de oposición al gobierno, lo que dará más visibilidad y credibilidad a las propuestas del grupo parlamentario de Francia Insumisa.