Francia experimentó un segundo día de movilización el jueves 21 de septiembre, cuando se manifestó en contra de las órdenes que el presidente Emmanuel Macron quiere imponer para reformar el Código del Trabajo.
Miles de personas marcharon por las calles de París, Marsella, Lyon, Nantes y otras ciudades para mostrar al gobierno que las medidas tomadas son contrarias a los intereses de los trabajadores.
La movilización de ayer fue un poco menos numerosa que la primera: según la Prefectura de Policía, 16.000 personas participaron en la manifestación en París, mientras que los sindicatos hablan de 55.000 personas.
La portavoz y ex candidata a la presidencia del Partido de la Lucha Obrera, Nathalie Arthaud, explica la caída en la participación por temor a que los trabajadores pierdan sus empleos, pero insta a no darse por vencidos porque las consecuencias de la política social de Macron pueden ser aún más perjudiciales.
“Siempre es difícil luchar para los trabajadores, existe la carga del desempleo, los recortes salariales. Es complicado para los trabajadores recuperar la confianza, pero estamos convencidos de que habrá que hacerlo, porque Macron no se detendrá ahí, quiere atacar la vivienda social, las prestaciones sociales y las pensiones.
Estamos de alguna manera a la vanguardia, estamos preparando las mentes para una verdadera explosión social.”
Nathalie Artheaud añade que «la gran mayoría del mundo del trabajo se opone a esta explosión del código laboral, las ordenanzas permitirán la explotación ilimitada».
Esto se refleja en las últimas encuestas de opinión (Instituto Elabe), donde el 82% de la población cree que la reforma del Código Laboral dará más libertad a las empresas y el 65% piensa que los derechos de los trabajadores están en peligro.
Sin embargo, no son sólo los trabajadores los que han pasado por la calle. El estudiante Nicolas Lescaut, miembro del sindicato estudiantil Unef, explica que «los jóvenes y los estudiantes no sólo están allí para protestar contra la ley del trabajo, también están allí para protestar contra todas las reformas de Macron: la caída de las APLs, la selección en la universidad, la caída de las asignaciones a las universidades y también la ley del trabajo, que destruye todas las últimas protecciones que teníamos, y además él quiere que creamos que se trata de desarrollo».
Se esperan nuevas manifestaciones en los próximos días: el sábado 23 de septiembre, el llamamiento no presentado de Francia Insumisa para movilizarse contra el golpe de Estado social, y el lunes 25 de septiembre, los sindicatos de transporte por carretera CGT y FO convocarán una huelga.