Una cosa maravillosa acerca de observar y analizar la mente humana es que hay una variedad aparentemente infinita de fenómenos que observar y analizar. A veces me pregunto si es incluso remotamente posible dominar este tema, pero, aunque no lo sea, al menos proporciona una fuente interminable de «entretenimiento».
El fenómeno que quiero discutir en este artículo es lo que Anita McKone y yo llamamos la «rata mágica».
Antes de proceder, permítaseme enfatizar que la «rata mágica» es un trastorno psicológico increíblemente peligroso que afecta a la mayoría de los líderes políticos y prácticamente todos los líderes corporativos, incluyendo especialmente a los estadounidenses, haciéndolos incapaces de responder inteligentemente y apropiadamente a las crisis en curso en asuntos humanos. Y, trágicamente, afecta a la mayoría de la gente también, lo cual es una razón por la que es difícil reunir una respuesta estratégica a estas crisis, incluso a nivel de base.
Al describir este trastorno, también quiero enfatizar que nunca ocurre de manera aislada. Los individuos afectados por este trastorno tendrán invariablemente una multiplicidad de otros trastornos también, no necesariamente marcados como «trastornos» en la literatura psicológica.
Entonces, ¿qué es la «rata mágica», y por qué no puede ser atrapada?
Cuando un ser humano está aterrorizado como para considerar un hecho particular o conjunto de hechos, su mente tiene una enorme variedad de mecanismos inconscientes para impedir que lo haga. La versión más obvia de este fenómeno que se ha identificado se conoce como «negación». Véase «La psicología de la negación» [“The Psychology of Denial”].
Sin embargo, la «rata mágica» es un fenómeno diferente que la mayoría de los seres humanos utilizan rutinariamente (inconscientemente) para evitar tener que responder a circunstancias aterradoras. La naturaleza de estas circunstancias temibles varía de un individuo a otro, aunque los patrones se pueden observar fácilmente en muchos contextos.
En 2003, Anita tuvo un sueño en el que una rata corría y yo la perseguía y la golpeaba con una barra de hierro. Sin embargo, cada vez que yo parecía dar un golpe en la rata, la rata simplemente desaparecía y reaparecía en algún otro lugar. Y así mi persecución se reanudaba. Simplemente, yo no era capaz de ayudarla.
Este fenómeno psicológico es fácilmente observable y muchas personas podrán evocar esto de su propia experiencia. La «rata mágica» ocurre cuando alguien recibe información que la aterroriza. Es importante entender que es poco probable que su temor sea mostrado fácilmente y que a menudo se oculte detrás de algún comportamiento, como un argumento aparentemente «racional» o un comentario improvisado como respuesta, o tal vez incluso una broma.
La espantosa información puede ser personal, pero puede ser fácilmente información de cualquier otro tipo, como en relación con algo que sucedió históricamente o sobre el estado del mundo. Lo que importa es que la persona a quien la información se presenta se sienta (inconscientemente) aterrorizada por ella y responda (de nuevo inconscientemente) empleando la «rata mágica».
La «rata mágica» es simplemente el mecanismo por el cual una mente inconsciente y aterrorizada cambia instantáneamente su atención de algo espantoso a algo más agradable para evitar tener cualquier tiempo para comprometerse conscientemente con la información presentada. El cambio sucede instantáneamente precisamente porque la persona está tan aterrorizada por la información, que su mente retira su atención de ella en un momento. Si su mente no lo hiciera, la persona se vería obligada a considerar la información y a darle respuesta.
Mientras Anita y yo discutíamos este fenómeno recientemente, podíamos recordar fácilmente haber observado cuatro diferentes respuestas que involucraban la «rata mágica». En ningún orden en particular, la primera respuesta es que la mente inconsciente de la persona aterrorizada bloquee la información aterradora tan eficazmente que bien podría nunca haber sido pronunciada/escrita; entonces, proceden como si nunca se hubiera dado.
La segunda respuesta es que la persona atemorizada por la información cambie instantáneamente el tema de la discusión a otra cosa que la haga sentirse segura (de modo que no tienen que comprometerse con la información). En algunos contextos, esto podría parecer una respuesta «racional», pero, de hecho, un examen más detallado revelará que su respuesta es irrelevante para la cuestión planteada anteriormente. Esta versión es probablemente la más difícil de identificar simplemente porque la mayoría de nosotros hemos aprendido a ignorar en gran medida lo que probablemente (pero incorrectamente) percibimos como «cortinas de humo».
La tercera respuesta es «lanzar bombas de humo», como Anita lo describe, de modo que todo el asunto quede nublado por un «ruido» distractor diseñado para distraer la atención de la persona o personas que presentan la información en primer lugar, de manera que sean seducidos hacia la discusión de un tema menos temible. Estas «bombas de humo» pueden tomar muchas formas, incluyendo la introducción de información irrelevante para confundir u ofrecer un comentario sarcástico como preliminar a cualquier respuesta (que, por supuesto, será de un tema muy amplio).
La cuarta respuesta es que lo ataquen a uno verbal o físicamente, porque la información que uno da se considera un ataque contra el cual deben defenderse de inmediato y agresivamente. Esta versión del problema a veces se denomina «matar al mensajero».
No hay duda de que hay otras versiones de la «rata mágica», pero lo que importa es que la persona en cuestión está tan asustada que encuentra una manera de evitar tratar el tema que la asusta.
El propósito del mecanismo de la «rata mágica» es permitir que un individuo permanezca seguro en la ilusión que ellos mismos han creado para sí mismos, y es vital que la verdad no penetre esta ilusión.
¿Por qué un individuo quiere (inconscientemente) usar una ilusión para sentirse seguro? Por la simple razón de que, cuando niño, el individuo nunca se sintió seguro, pero también porque nunca se le dio seguridad o las condiciones necesarias para sentir, al mismo tiempo, ese miedo mientras se sentía seguro, y de hecho estar seguro la mayor parte del tiempo. Así pues, debido a que la evolución no preparó a ningún individuo para vivir en un estado permanente de sentimiento aterrorizado, el niño no tiene otra opción que generar (inconscientemente) una sensación ilusoria de seguridad en un entorno inseguro. Una vez que el niño ha hecho esto, sin embargo, el estado ilusorio se vuelve «permanente» y es «defendido», consciente e inconscientemente, dependiendo del contexto, utilizando mecanismos como la «rata mágica» descrita anteriormente.
Entonces, ¿este problema es muy frecuente? Desafortunadamente, está «por todas partes». Por ejemplo, si toma usted la información que he presentado arriba y considera esto la próxima vez que escuche o lea algo de Donald Trump, tendrá una excelente oportunidad para observar e identificar las maneras en que su mente usa rutinas de «ratas mágicas» para evitar enfrentarse con la realidad. Véase, por ejemplo, sus decisiones en relación con el medio ambiente y el clima, resumidas en «Una lista corriente de cómo Trump está cambiando el medio ambiente» [‘A Running List of How Trump Is Changing the Environment’]. También puede usted reflexionar sobre la extraordinaria violencia que este hombre sufrió, cuando era niño, a manos de los adultos que se suponía lo amaban. Además, se podría considerar el peligro fenomenal para la humanidad de tener a este individuo a cargo del mayor arsenal nuclear del mundo y su principal destructor humano, ambiental y climático: el ejército estadounidense.
Pero Trump no es la única persona afectada por este trastorno psicológico. Los miembros de ambas cámaras del Congreso de los Estados Unidos, con pocas excepciones, también exhiben rutinariamente este trastorno, aunque, debe enfatizarse, a menudo se combina con otros trastornos, ya que de manera aterrorizada se someten a las directrices de la loca elite neoconservadora que lleva la política exterior de EUA y su perpetua guerra contra la vida.
Por ejemplo, acaba de resaltarse gráficamente, una vez más, la decisión reciente (virtualmente unánime) del Congreso de imponer sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte por razones que son fácilmente refutadas por la evidencia verificable, si usted no está demasiado aterrorizado para considerar eso. Véase, por ejemplo, ‘Intel Vets Challenge “Russia Hack” Evidence’, ‘The Mask Is Off: Trump Is Seeking War with Iran’, ‘Trump Intel Chief: North Korea Learned From Libya War to “Never” Give Up Nukes’ and ‘With the European Union Livid, Congress Pushes Forward on Sanctions Against Russia, Iran and North Korea’.
Tampoco tendrás problemas para identificar este trastorno en los líderes israelíes o saudíes. De nuevo, sin embargo, están lejos de estar solos.
Pero lo más importante es que la «rata mágica» es casi siempre evidente cuando los adultos son desafiados a considerar su fenomenal violencia – «visible», «invisible» y «totalmente invisible» – contra los niños, que conduce a los resultados aterradores y disfuncionales descritos anteriormente (así como todos los demás resultados aterrorizadores y disfuncionales). Véase «¿Por qué la violencia?» [‘Why Violence?’] y «Psicología sin miedo y psicología temerosa: principios y práctica» [‘Fearless Psychology and Fearful Psychology: Principles and Practice’].
Así que si ni siquiera quieres saber sobre esta violencia, la buena noticia es que tu «rata mágica», si la tienes, te garantizará que ni consideres mirar estos documentos (o no superes la primera página). El problema, para la humanidad en su conjunto, es que si demasiadas personas están demasiado aterrorizadas para considerar la verdad, entonces estamos en un profundo problema del cual no veo salida. Porque si queremos librarnos de este lío, debemos empezar con la verdad, no importa lo aterradora que sea.
¿Hay algo que puede usted hacer la próxima vez que veas a alguien usar su rata mágica? Sí. Usted puede reflexionar acerca de cómo esa persona está tan aterrorizada como para considerar la información en cuestión. Si usted se siente capaz de hacer esto, tenga en cuenta que es posible que también tenga que escuchar su respuesta aterrorizada, que podría ser agresiva también. Para una respuesta más completa a esta pregunta, véase «Nisteling: El arte de la escucha profunda» [‘Nisteling: The Art of Deep Listening’].
Por otra parte, si alguna vez se da usted cuenta de que su propia mente se quita la información que le asusta, vea si puede volver su atención a lo que encontró aterrador y sienta su miedo. La información, en sí misma, no va a causar ningún daño. Después de todo, es simplemente la verdad y usted es infinitamente más poderoso para conocerla y, por lo tanto, estar en condiciones de darle respuesta, incluso si inicialmente le asusta.
Así que si usted se siente capaz de responder inteligente y poderosamente a la realidad, lo que significa que puede contemplar información que es aterradora para muchos, entonces usted podría considerar su participación en la estrategia de quince años de ‘The Flame Tree Project to Save Life on Earth’ y suscribir el compromiso en línea de ‘La Carta Popular para Crear un Mundo No Violento’ [‘The People‘s Charter to Create a Nonviolent World’]. Y si desea desarrollar una estrategia eficaz para resistir una u otra de las muchas amenazas a nuestra supervivencia, considere el uso del marco estratégico explicado en Nonviolent Campaign Strategy.
No podemos atrapar a la «rata mágica» que aflige a tantas personas, pero podríamos ser capaces de ayudar a algunos de ellos a recuperarse de este trastorno psicológico. Podríamos también ser capaces de movilizar a aquellos que no están afligidos (o no tan afligidos) para responder poderosamente a información aterradora sobre el estado de nuestro mundo.
Lamentablemente, sin embargo, muchas personas utilizarán su «rata mágica» hasta el día de su muerte. Lo importante es que no permitamos que esas personas, como Donald Trump, decidan el destino de la humanidad.