En el entorno idílico de la abadía de Floreffe (Bélgica), el festival Esperanzah ha logrado en su año un reto ambicioso: crear un espacio de tres días, una simple e ideal micro-sociedad. En un ambiente de alegría, de bondad, nos tomamos el tiempo… para aprender acerca de acciones concretas para cambiar el mundo, para participar en un medio sostenible mediante la separación de los residuos, conocer a los otros alrededor de debates o compartiendo las mismas vibraciones musicales. Aquí, durante el tiempo de un fin de semana largo, estuvimos en el camino del cambio.
Pressenza estuvo allí, y ahora presentamos algunas instantáneas de la fiesta no convencional.