En uno de mis artículos anteriores, llamado «¿Cuánto tiempo tardó en tomar esta foto?» [en inglés], me referí a un documento escrito por Silvia Swinden titulado «El espacio de representación» [en inglés]. El estudio continuo del documento ha producido más información y ha inspirado el presente artículo.
La contribución de Silvia identifica momentos importantes en el proceso de la historia humana para explicar el concepto del Espacio de Representación. Podríamos usar el mismo estudio para entender cómo llegamos a nuestro actual nivel de violencia. La violencia no es «natural» sino una construcción humana que sigue desarrollándose, y su trayectoria alcanza una escala más grande día a día.
En la medida en que el sistema actual va en desarrollo, vemos un crecimiento correspondiente en la violencia. Somos testigos de un miedo creciente y de inseguridad en las personas, y nada en el horizonte parece tener ninguna posibilidad real de detenerlo.
Veamos una alegoría que podría ayudar a ilustrar nuestro escenario. En mi recorrido hacia el trabajo tomé un tren elevado que cruzó un paisaje grande de construcciones. Nuevos edificios de 50 pisos surgen casi diariamente. En medio de esta zona de construcción había una sala de cine de otra época, una estructura de ladrillo rojo con historia, de pie, entre un mar de hormigón y estructuras de vidrio. Un día un grupo de trabajadores de la construcción con sombreros amarillos comenzó a desmantelar el edificio. Ellos estaban desarmando el edificio, ladrillo por ladrillo, organizando un montón de buenos ladrillos y un montón de ladrillos rotos, un montón de madera y un montón de metal, un montón de piedras, y así sucesivamente. Cada pila era transportada en camión para ser reciclada en nuevas construcciones. Era como ver una película de construcción de Lego, pero rebobinándose. Hasta que un día ya no había nada – listo para algo nuevo. Por supuesto, ahora no se sabe qué pasará con ese espacio, si habrá allí un nuevo edificio de oficinas, un parque, un centro comunitario, una escuela o algo más, así que podemos dejar volar nuestra imaginación hasta que empiece la nueva construcción y nos dé señales.
Ahora, imaginemos que este mismo proceso de deconstrucción y reciclaje ocurre en nuestra sociedad, con cada ladrillo representando una pieza de violencia. Primero debemos aceptar que nuestro cine está obsoleto, nuestro sistema está obsoleto y no puede ser mantenido. Nuestro cine se tiene que ir y necesitamos ese espacio para que dé espacio a algo nuevo en el futuro. Uno de los principios de acción válida de Silo es: «Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.» ¿Cuánto tiempo vamos a RESISTIR la evolución de la conciencia humana? ¿Cuánto tiempo antes de eliminar todas las formas de violencia de nuestro espacio de representación?
Personalmente, no puedo seguir dando el 45% de mis impuestos a los gastos militares, no puedo seguir viendo a la gente encarcelada por motivos injustos. No podemos tener el riesgo de que la guerra nuclear crezca cada día. No podemos seguir teniendo la concentración de dinero, poniendo en riesgo nuestra llamada democracia y empobreciendo a la mayor parte de la humanidad. No podemos seguir ignorando nuestro entorno natural. No podemos seguir teniendo este ridículo debate sobre el aborto con los llamados «pro-vida» que no tienen ningún problema en enviar a los jóvenes a las guerras para matarse a sí mismos y a otros. Ningún dinero o tecnología resolverá esta violencia. Sólo nosotros, como Seres Humanos, podemos hacerlo. ¿Estamos dispuestos a entender y modificar nuestro espacio de representación?