Lim Hyun-soo, un religioso de 62 años canadiense de origen coreano, fue puesto en libertad el 9 de agosto por las autoridades de Corea del Norte por «razones humanitarias», gracias a la presión del gobierno de Ottawa y varias acciones de emergencia por parte de Amnistía Internacional.
Desde 1997, Lim Hyun-soo había desarrollado un centenar de misiones humanitarias en Corea del Norte, pero más adelante, a principios de 2015, le había costado una cadena perpetua con trabajos forzados por «conspiración para derrocar al gobierno».
Los más de dos años y medio de prisión, Lim Hyun-soo los pasó yendo y viniendo entre un campo de trabajo y el hospital.
Aunque desnutrido y sufriendo de presión arterial alta, artritis y gastritis, Lim Hyun-soo salió con vida de Corea del Norte, y en las próximas horas volverá a encontrarse con su familia en Canadá.