Título: Burocráticamente iguales. Técnica: Mixta/lienzo. Dimensiones: 1,50 x 1,90.
Por Madonna González Yera
El arte constituye una representación de la realidad a partir de la cual se presenta una interpretación de la misma en la cual confluyen los intereses y preocupaciones del creador, así como la necesidad propia del contexto en el que se produce. La obra de arte va más allá de los elementos formales que la componen para hacernos ver desde la perspectiva individual una preocupación que ha emergido por su necesidad y se convierte en objeto de necesidad y realidad social.
La obra Burocráticamente iguales, del artista de la plástica Alejandro Albelay Acevedo, realiza el análisis desde lo pictórico respecto a una de las problemáticas que dominan a la sociedad contemporánea: la burocracia. Fenómeno que no constituye especificidad de realidades sociales particulares, sino que de forma general se superpone en la realización práctica de la vida en la sociedad contemporánea.
La masa, como mecanismo para comunicar la totalidad que se forma parte de la burocracia. metamorfoseada tras la forma de los papeles en los que se organiza la sociedad, y, por tanto, el todo que representan los sujetos. Donde queda por fuera la expresión política de la burocracia como mecanismo de regulación y control social.
El tratamiento de la figura humana de una forma desenfadada, potenciando el elemento expresionista. Así como la diversidad de sujetos implicados en la conformación general de la sociedad. La serialización de los individuos sin la repetición uniforme de los sujetos, más bien como expresión de la multiplicidad que compone el todo social.
El plano de color blanco, que se coloca por encima del control de la masa; que incide sobre cada uno de los implicados, dando la sensación de que es imposible quedar libre de la exposición a sus efectos. Es, a su vez, una representación de poder en tanto se impone por sí misma y se sustenta sin la necesidad de la aprobación social, sino por sobre la misma. Constituye una metáfora bien construida de la concreción de la burocracia como clase social en el poder.
Hablamos de una sociedad en la que un sector parásito se sustenta del trabajo socialmente construido, y que a su vez este constituye el sector poblacional en el que se concentran las capacidades para decidir respecto las posibilidades de realización del resto. Aunque no esté estructurado legítimamente como una clase, puesto que lo determina la diversidad de formas en las que se representa, al igual que el plano de color indeterminado en cuanto a forma. Sí es capaz de nuclearse como una totalidad en la que se trabaja en lo fundamental por sustentar un estatus social alcanzado.
El cuadro capta la preocupación, y en ocasiones inconsciencia de las víctimas silenciosas de la burocracia: que es la sociedad misma. El arte se convierte de esta forma en mecanismo para reflexionar sobre el creciente poder que alcanza la burocracia en el mundo de hoy y cómo la masa continúa sometida a ella sin la necesaria revolución que sea capaz de extirparle todas las formas de poder que posee.
*Alejandro Albelay Acevedo. Artista de la plástica santaclareña, estudiante de la Universidad de las artes en Cuba (ISA).