La creciente resistencia a la derogación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA, por sus siglas en inglés), popularmente conocida como Obamacare, marcha, literalmente, sobre ruedas. Son hombres y mujeres en sillas de ruedas quienes encabezan las protestas contra los diversos proyectos de ley draconianos que se están tratando en el Senado de Estados Unidos para derogarla. Organizados a través del grupo de defensa de los derechos de las personas con discapacidad ADAPT, muchos de estos activistas han sido arrestados por manifestarse en los pasillos del Congreso estadounidense y en las oficinas de los senadores en sus estados de origen contra los recortes al programa Medicaid.
“¡Maten al Proyecto de ley, no nos maten a nosotros!” y “¡Es vergonzoso, es vergonzoso!” eran algunos de los cánticos que invadían la galería de visitantes del Senado y se escuchaban dentro de la propia Cámara, mientras el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, convocaba la primera votación de procedimiento para iniciar el debate sobra la derogación de la Ley de salud aprobada durante el gobierno de Barak Obama. Dos senadoras republicanas, Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska, junto con los senadores demócratas y los dos senadores independientes votaron en contra de iniciar el debate. El vicepresidente Mike Pence se vio obligado a emitir un inusual voto para romper el empate, por lo que la propuesta republicana de dar inicio al debate fue aprobada con 51 a favor y 50 en contra.
Treinta y un manifestantes fueron arrestados en la galería del Capitolio, mientras otros 64, muchos de ellos, personas discapacitadas en silla de ruedas, fueron arrestados en el atrio del edificio de oficinas Hart del Senado. Estas manifestaciones fueron las más recientes de una serie de acciones no violentas para oponerse a la derogación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio.
Stephanie Woodward, abogada de ADAPT, que está en silla de ruedas, se sumó al grupo de alrededor de 60 personas que el 28 de junio realizó una protesta en la oficina de McConnell en Washington D.C. Poco después de haber sido detenida tras la protesta, Woodard dijo en el programa Democracy Now!: “Nos tiramos al suelo para demostrar que las personas con discapacidad se morirán si se aprueban los recortes de más de 800.000 millones de dólares propuestos a Medicaid. No vamos a quedarnos sentados y callados, mientras ustedes proponen matarnos. Decidimos realizar actos de desobediencia civil después de que ninguna de las otras medidas funcionara. Participamos de reuniones, organizamos campañas de incidencia de un modo que la gente considera amable. Pero cuando nada de eso funciona, recurrimos a la desobediencia civil para demostrar que lucharemos por nuestros derechos”.
Otro grupo de ADAPT ocupó la oficina en Denver del senador republicano de Colorado Cory Gardner. Los activistas de ADAPT, que fue fundada justamente en Denver en la década de 1970, permanecieron dos noches allí. Los empleados del senador apagaron al aire acondicionado para intentar que el calor sofocante ahuyentara a los manifestantes, muchos de ellos discapacitados. Sin embargo, los manifestantes se negaron a retirarse y, finalmente, fueron expulsados por la policía de Denver.
Kaylyn Heffernan, una de los nueve activistas que fueron detenidos por la policía en Denver, declaró: “El primer día que estuvimos allí no nos dejaron ir al baño en el mismo piso. Estuvimos allí durante tres días y dos noches, alrededor de casi 60 horas en total. Parece que el primer día apagaron el aire acondicionado, pero tuvimos mucho apoyo de la comunidad, que nos llevó recursos, personas sin discapacidad que nos llevaron medios para poder ir al baño y ventiladores para que circulara el aire”.
Medicaid es una parte importante del sistema de atención de salud de Estados Unidos. Fue creado al mismo tiempo que Medicare y promulgado por el entonces Presidente Lyndon Johnson en 1965. En sus más de 50 años de existencia, el programa ha cambiado y se ha expandido. Medicaid proporciona cobertura de salud a las personas con discapacidad y a las personas de bajos recursos. Según un análisis reciente del Servicio de Investigación del Congreso, Medicaid paga alrededor de un 15% de toda la atención de la salud en Estados Unidos, lo que incluye la mitad de los nacimientos, un 40% de la atención de la salud de los niños y niñas del país y la cobertura de salud de dos tercios de los estadounidenses que viven en hogares de ancianos. También cubre casi la mitad de las prestaciones totales del Programa de Servicios y Asistencia de Largo Plazo (LTSS, por sus siglas en inglés). El LTSS proporciona asistencia fundamental diaria a las personas con discapacidad. Sin esa ayuda, muchos de ellos no podrían trabajar o realizar sus actividades y algunos, de hecho, morirían.
Cuando era candidato a la presidencia, Donald Trump prometió varias veces que no haría cambios a Medicaid, Medicare ni a la seguridad social. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, viene prometiendo desde hace tiempo justamente lo contrario. Ryan dijo recientemente al editor de la revista National Review, Rich Lowry, en relación con una fiesta a la que ambos asistieron en sus primeros años en Washington D.C.: “Hay que devolver la administración de Medicaid a los estados, poner un límite a su crecimiento. Lo hemos soñado desde que estoy aquí, desde la vez que estábamos tomando cerveza en aquella fiesta”. Ryan es un ideólogo de disminuir el tamaño del Estado y está decidido a reducir la ayuda social. Dicen que quieren reducir el gasto público, pero luego votan entusiasmados para aumentar el presupuesto militar. Lo que los republicanos están intentando hacer es eliminar la red de seguridad social y transferir ese ahorro a los ricos. Incluyeron en los proyectos de ley para derogar Obamacare un cambio radical en el modo en que se calculan los fondos para Medicaid, poniéndoles un límite y restringiendo el modo en que se ajustan con la inflación. Esto provocaría un recorte a Medicaid en los próximos diez años de alrededor de 800.000 millones de dólares.
La Oficina de Presupuesto del Congreso ha previsto que derogar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio dejará a al menos 22 millones de personas sin seguro de salud en los próximos diez años. El intento de matar a Obamacare no ha triunfado e, incluso, si el Senado aprobara alguna versión para derogarlo, probablemente tendría que conciliarse con el proyecto de ley de la Cámara de Representantes antes de que Donald Trump pueda convertirlo en Ley. Agosto seguramente será un mes de fuertes protestas, encabezadas por los activistas de ADAPT y sus aliados. Stephanie Woodward prometió: “No me quedaré de brazos cruzados mientras las vidas y la libertad de mis hermanos y hermanas con discapacidad en todo el país corren peligro a causa de este proyecto de ley”.