El actor James Cromwell fue nominado a un premio Oscar por su papel en la película “Babe, el cerdito valiente” y a lo largo de su carrera ha sido nominado a varios premios Emmy. Sin embargo, el drama en el que participó un frío día de diciembre de 2015 no fue parte de una actuación. Cromwell y otras cinco personas fueron arrestadas en Wawayanda, en el norte del estado de Nueva York, por protestar contra la construcción de una planta de gas de 650 megavatios. Él y otros dos de los arrestados se negaron a pagar las multas y fueron condenados a una semana en prisión. El viernes 14 de julio de 2017, el actor de 77 años de edad, junto con Parmilla Malick y Madeline Shaw, una abuela, se entregaron en la prisión de Orange County.
James Cromwell tiene experiencia en manifestaciones. Se inspiró en los activistas por los derechos civiles del sur de Estados Unidos y se sumó al movimiento contra la Guerra de Vietnam. Apoyó de manera directa a activistas de las Panteras Negras perseguidos por el programa ilegal del FBI COINTELPRO en la década de 1960. Cromwell es vegano y ha sido arrestado por manifestarse contra el maltrato animal. No obstante, su más reciente acto de protesta y subsiguiente encarcelamiento constituyen una intensificación de su compromiso para lograr un cambio revolucionario.
Poco antes de entregarse a la justicia, Cromwell dijo en el programa “DemocracyNow!”: “Todos estamos en una lucha, no para proteger un estilo de vida, sino para proteger a la vida misma. Nuestras instituciones están en crisis. Nuestros líderes son cómplices y la población está básicamente desilusionada y desencantada con todo el proceso”.
La planta de gas de Wawayanda es propiedad de la empresa Competitive Power Ventures (CPV), que se autoproclama líder en “energía limpia”. CPV es, a su vez, propiedad de la multinacional Global Infrastructure Partners, que tiene proyectos de combustibles fósiles en todo el mundo. La planta de Wawayanda no está terminada aún y Cromwell, así como muchos otros activistas, quieren asegurarse de que nunca se termine de construir.
“Nos encadenamos unos a otros con candados de bicicleta y bloqueamos la entrada de la planta durante, según el fiscal, alrededor de 27 minutos. El juez y el fiscal dieron a entender que [nuestra acción] no cambiaría en absoluto el futuro de esta planta. Pero sí lo hará. Estamos tratando de enviar el mensaje de que este es un ejemplo, pero está sucediendo en todo el país y en todo el mundo”. La imagen de su detención es estremecedora. Cromwell aparece rodeado de policías del estado de Nueva York, mientras uno de ellos corta el candado con una pinza gigante a la altura del cuello de Cromwell.
Cromwell prosiguió: “Existe una conexión directa entre esa planta y Medio Oriente. Estamos en guerra no solo con Irak, Siria, Afganistán y Yemen. Estamos en guerra con Dimock, Pensilvana, de donde proviene el gas, con Wawayanda, que utiliza el gas, con el lago Seneca, donde se almacena el gas y con Standing Rock”. Cromwell explicó por qué se arriesgó a que lo arrestaran ese día: “La mayoría de las personas no logran identificar la causa, pero todos perciben la amenaza. El capitalismo es un cáncer. Y la única forma de derrotar ese cáncer es transformar de manera radical y absoluta nuestro modo de vivir y nuestra forma de pensar sobre nosotros mismos. Y yo considero a esa transformación radical algo revolucionario. De modo que esta es la revolución”.
Si ocurre la revolución que Cromwell describe, surgirá, en parte, de la labor de un sinnúmero de grupos comunitarios locales que se están alzando en todo el mundo para hacer frente a la creciente catástrofe del cambio climático. Protect Orange County, una organización fundada por Pramilla Malick, es uno de esos grupos y es la organización que coordina la oposición a la planta CPV.
Malick estuvo junto con Cromwell en nuestro programa, donde describió su estrategia: “De hecho podemos detener esto. Queda un permiso por otorgar. La empresa puso los bueyes delante de la carreta. No tienen el permiso para construir el oleoducto lateral. Estamos pidiendo a todos que exijan a nuestro gobernador, el Gobernador Cuomo, que sea un verdadero líder contra el cambio climático y rechace el permiso para el último oleoducto, el oleoducto lateral, y que cierre esta planta”.
Malick, Cromwell y la otra manifestante fueron liberados de prisión el lunes, después de haber cumplido tres días de su condena de siete. Cromwell nos dijo sobre esta experiencia: “Ir a la cárcel es una declaración de que debemos aumentar la apuesta. Ya no alcanza con hacer una manifestación o presentar una petición, porque nadie escucha. La forma de hacer llegar el mensaje a la gente es cometer un acto de desobediencia civil. Debemos cambiar nuestra relación con el planeta y con las personas que viven en él, entre ellos quienes se oponen a nosotros”. James Cromwell tiene una fuerte presencia en la pantalla y sin duda seguirá ejerciendo su arte. Pero el escenario principal para este destacado actor será la calle, y probablemente será el papel más difícil que le toque representar.