Carta dirigida a Jaime Lacasa González y Jorge Benjumea Peñafiel. Socios fundadores de la promotora ELIX

Hemos venido hoy aquí un grupo de vecinos y vecinas del barrio de Sant Antoni de Barcelona y otros barrios de la ciudad para denunciar el desahucio invisible de inquilinos, promovido por los intereses inmobiliarios especulativos y el actual modelo turístico de Barcelona que han convertido la ciudad, y muy especialmente la vivienda, en un objeto de negocio privado al servicio de fondos de inversión y de inmobiliarias que ignoran las consecuencias y costes sociales de sus prácticas económicas.

Porque vemos el sufrimiento de los vecinos y vecinas que esperan la notificación de una subida abusiva del alquiler que no corresponde a los salarios que se pagan y que no podrán asumir, o el burofax que les comunica que no se les renovará el contrato y que tienen que marchar de su casa. Hemos venido por Merche, Clara, Eli, Paula, Ernest, Helena, por el barbero de la calle Viladomat, por Ferran de los cómicos de la Ronda de Sant Antoni, y por tantos otros tenderos, por Lali y Pau, Xavier, Anna, en Geno, y otros muchos vecinos que han sido expulsados o están en proceso de serlo.

Estamos aquí para señalar hoy a la promotora ELIX, de la cual son ustedes socios fundadores, porque ELIX es una de las muchas empresas inmobiliarias, que con la complicidad de muchos agentes privados y de las instituciones públicas, son responsables de la subida del precio de la vivienda y de los alquileres a unos niveles asumibles sólo por las rentas más altas y por los turistas. Estamos aquí para denunciar que, con sus más de treinta promociones inmobiliarias en Barcelona, y más de ochenta edificios a su portafolio, son un agente activo y responsable del desahucios invisibles de inquilinos que se han ejecutado o se están ejecutando aprovechando la desprotección legal que sufren los inquilinos bajo la Ley de Arrendamientos Urbanos, y ejerciendo varias formas de intimidación.

Presumen que sus rehabilitaciones “respetan” la arquitectura tradicional de los edificios, que compran edificios “para responder a las necesidades de centenares de personas que buscan un hogar especial.” A quien no respetan es a las personas, y el que no dicen es que sólo en el barrio de Sant Antoni sus edificios “cono encanto,” tan respetuosos con los ornamentos, han supuesto la expulsión de los antiguos inquilinos de Parlamento 4, Calabria 3, Tamarit 116, y Parlamento 1-3, donde están ahora mismo echando a los últimos inquilinos. Calàbria 3 es actualmente un edificio dedicado exclusivamente a pisos turísticos y en Parlamento 4 hay unos cuántos. Queda muy claro a qué necesidades responde su inmobiliaria y a quien satisface su actividad. No cuesta mucho imaginarse cuál será el uso de Tamarit 116 y Parlamento 1-3 cuando acaben con ellos.

Hemos venido hoy aquí a defender el derecho a la vivienda y a vivir en nuestra ciudad, a exigir una legislación que proteja los derechos de los inquilinos y disuada la especulación inmobiliaria. A exigir a ELIX que pare inmediatamente el desahucio de los inquilinos que quedan en Parlamento 1-3 y que dedique este edificio y el de Tamarit 116 a alquiler de largo plazo a precios coincidentes con el sueldo mediano de los vecindario del barrio. Y también hemos venido a animar a los vecinos de Sant Antoni y de todos los barrios de Barcelona a que se organicen para denunciar y combatir la especulación que nos expulsa de nuestros barrios.
No nos echaréis!
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