La lucha de los estudiantes hondureños por el pleno ejercicio de su derecho a la educación ha sido larga. En los últimos años, esta lucha se ha hecho muy visible y se ha intensificado. A lo largo del año anterior, la lucha universitaria condujo a una mesa de diálogo que firmó acuerdos en julio de 2016. El cumplimiento y seguimiento a dichos acuerdos ofrecido muchas dificultades. El propio MEU y organizaciones nacionales y regionales han insistido en la importancia de retomar la mesa, llegar a acuerdos y darles seguimiento. Al parecer,esto no ha funcionado. Para comentarnos qué ha sucedido y cuál es la situación, tenemos con nosotros a Héctor Ulloa, vocero del Movimiento Estudiantil Universitario de Honduras (MEU).
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Pressenza conversó con Héctor Ulloa, vocero del Movimiento Estudiantil Universitario de la Universidad Autónoma de Honduras, sobre el intenso conflicto entre estudiantes y el gobierno, mismo que surge luego de que se firmara un acuerdo en el año 2016, para modificar la normativa académica, que afecta a los estudiantes; además se contempló el tema de las elecciones estudiantiles, que, en el año 2004, se vieron afectadas por la entrada en vigencia de la Ley orgánica que les quitó la representación en el Consejo Estudiantil y en 2013, a través del Congreso Nacional, las autoridades promulgan un decreto en el que los estudiantes pierden el derecho a elegir, al ser ellas las que elijan a los miembros del Consejo.
Las autoridades no reconocen dicho acuerdo y además hacen caso omiso a la petición de desistir a la persecusión penal de ciertos compañeros y la condena de tres de ellos a penas de entre tres y cinco años de prisión, por ejercer su derecho a la protesta. Con estos antecedentes, llegamos al 2017 en la misma situación, los acuerdos fueron firmados en “papel mojado”.
Ahora se arrecia más la criminalización sistemática hacia los estudiantes y que va más allá de los requerimientos fiscales, se ha emprendido una fuerte campaña de odio, al punto de pagar espacios en los grandes medios corporativos para exponer los rostros de los voceros del Movimiento, acusándolos de vandalismo para que así la sociedad arremeta contra ellos, incluso se han presentado disputas violentas entre estudiantes; 26 alumnos tienen procesos judiciales y la policía militar ha llevado a cabo desalojos ilegales en varios edificios del campus universitario, muchas veces vestidos de civiles, a bordo de vehículos con vidrios polarizados y arrojando bombas lacrimógenas que, la semana pasada, han dejado como resultado un par de estudiantes hospitalizados.
El afán de las autoridades es mantener su método continuista y el Movimiento Universitario es el más grande y único que se encuentra organizado en la Universidad Autónoma de Honduras, es así que en el Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, participaron más de 70 organizaciones estudiantiles, aglutinadas dentro del Movimiento, ya que esta es una plataforma para todas las organizaciones de estudiantes de carrera, movimientos independientes y frentes diversos, con el fin de accionar una misma agenda.
El Movimiento está presente en los ocho centros regionales y las diferentes facultades de cada uno de ellos; organizaron una marcha, de tal magnitud, que se denómino la “Mamá de las manifestaciones”, ya que contó con un promedio de 10 mil estudiantes que exigían la destitución de autoridades, el restablecimiento del Consejo Estudiantil y el respeto de la autonomía universitaria. Tantos estudiantes movilizándose por una misma causa, era un fenómeno que no se veía en Honduras desde hacía más de dos décadas.
Héctor explica por qué el gobierno toma excesivas replesalias en contra de los estudiantes, “estas se deben a que la sra. Rectora de la Universidad Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos, tuvo su primer período a la cabeza de la institución, en el año 2009, ya en el 2013 desarticuló el Gobierno universitario y adujo en el Congreso Nacional que no se podían elegir nuevas autoridades, emitiéndose un decreto mediante el cual ella podía reelejirse. En el 2017, luego de su reelección, busca una nueva prórroga o elección ilegal; el hecho de que disolviera al sector estudiantil y al Consejo universitario, que es el máximo órgano de dirección, además de no realizar elecciones para la nueva junta de dirección universitaria, solo hace pensar que existe “compadrazgo” entre el gobierno y la Universidad, ya que ésta recibe el 6% del presupuesto nacional, la misma mantiene al hospital público más grande del país, tiene a su cargo el observatorio de la violencia y rige al resto de universidades del país”.
Para las autoridades, no es conveniente que el pueblo tome el control de ciertas instituciones, ya que esto supondría perder un punto clave desde donde salen muchas de las directrices en materia de salud y educación; los grupos de poder pueden seguir avanzando mientras elaboran una falsa reforma donde no cabe la participación de docentes y estudiantes, llevando a cabo procesos de mercantilización y desregulación de la educación, excluyendo a la gente y creándole esa falsa y dañina idea que lleva el eslogan del gobierno: “La educación es un privilegio”. La lucha del Movimiento Estudiantil Universitario es que la gente entienda que la educación es un derecho.
Respecto a la evaluación que se le está realizando a Honduras, desde el Foro Político de Alto Nivel en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Héctor Ulloa conidera que el gobierno nacional ha jugado un papel vergonzoso y apático, en el que no interviene, pero permite que la crisis crezca; por lo que es momento de que, a través de los diputados, se solucione dicha crisis dándole la legalidad a la comunidad universitaria para poder instalar los órganos que permitan la participación de todos los estudiantes y no solo de las autoridades y sus allegados.