Pamela Jijón soñó por muchos años con la idea de abrir una casa donde se incuben proyectos artísticos y culturales, luego de hacer su doctorado en Filosofía en Francia, además de incursionar en las Artes Escénicas en dicho país y así complementar sus estudios en Danza, volvió a Ecuador aún con la idea rondando su cabeza, misma que cobró fuerza cuando se contactó con su amiga y, ahora socia, Gabriela Ponce del colectivo “Mitómana Artes Escénicas”, quien cuenta con un masterado en Teatro. En Casa Moujou trabajaron juntas en el montaje de la obra, titulada “Esas putas asesinas”. Cuando buscaban espacios para el montaje de su siguiente obra “Tazas rosas de té”, surgió la posibilidad de ocupar una casa, ubicada en la calle Martin de Utreras y Mariana de Jesus, en la ciudad de Quito y en enero de 2016, con la colaboración de todo el colectivo Mitómana artes escénicas y en especial de David Intriago, Casa Mitómana abrió sus puertas.
En Ecuador existen espacios de difusión, proyección, exposición y circulación de las obras, pero son escasos aquellos dedicados a la creación, sobretodo en artes escénicas; esta itinerancia, si bien tiene mucha riqueza, también es signo de la precariedad en el proceso de creación, por esa razón, el fin de Casa Mitómana, es constituirse en un espacio que incuba los proyectos artísticos y culturales brindando a los artistas un espacio profesional para su desarrollo. De ahí que la línea de fondo de Casa Mitómana sea el programa de residencias. El proceso inicia con la selección de los proyectos que tendrán por tres meses un espacio gratuito en la casa para su desarrollo, además de un tiempo determinado para presentar su obra, misma que tendrá una curaduría, con expertos en el tema que valoran su desarrollo y al final del proceso, la Casa crea una red de difusión.
La Casa tiene además una línea de talleres pensados a largo plazo y con un alto espectro disciplinar: artes escénicas, fotografía, cine, artes plásticas, literatura, etc .Estos ciclos de formación no solo se dirigen a gente joven, sino que involucran a todos los miembros de la comunidad, como la línea de encuentros literarios, lanzada en mayo, para personas mayores de 55 años.
Casa Mitómana busca tener una programación que entre en diálogo con lo que sucede a nivel internacional en cada disciplina. Este año, la programación Sala Mitómana: “Escrituras expandidas, cursos disciplinares e investigación escénica”, resultó ganadora en el Fondo Iberoamericano Iberescena, cuenta durante todo el año, con invitados y colaboradores internacionales, que desarrollarán obras, dictarán talleres y realizarán desmontajes artísticos, desde la teoría y la investigación, permitiendo que las artes escénicas sean movilizadas en nuevos lenguajes, como es el caso del teatro del objetos, cuyo taller fue dictado por la compañía Oligor y Microscopía.
Es común ver que la gente se auto excluye de las expresiones artísticas, es ahí que los colectivos deben desarrollar estrategias de creación de público, explicarle este nuevo lenguaje e incluirlo en el proceso, existen varias estrategias en el espacio de la Casa donde luego de una obra, los asistentes pueden conversar con un experto y despejar sus dudas, otra forma es a través de presentaciones en colegios, el trabajo con estudiantes como los de Minor teatro de la USFQ (Universidad San Francisco de Quito) que presentaron su obra de fin de curso, el concierto del Colegio Pachamama, la tarjeta “ Del Vecino” que da acceso a precios módicos a quien la posee; el jueves de Cine infantil y Cine al patio, promociones “2×1” a parejas, el trueque de servicios y objetos; incentivar a las personas de la tercera edad a dar servicios gratuitos en su área de conocimiento y así satisfacer la necesidad de compartir sus habilidades. En fin, se trata de lograr un flujo constante, “crear un espacio público desde un espacio privado”.
Casa Mitómana es un espacio autogestionado que asiste a reuniones de gestores y centros culturales independientes para así pensar en maneras de abrir la Casa a la diversidad creativa que existe en cada organización y lanzar una línea de trabajo con el fin de mutualizar porque “el fin del arte y la cultura es siempre sumar”, mientras más colectivos, mientras más calidad y más personas se dediquen al arte, más público se va a tener.
Para Pamela es agradable ver que, en la actualidad, Quito cuenta con una agenda cultural y a nivel nacional existe la Universidad de las Artes, la Escuela de Teatro de la Universidad Central del Ecuador o la Minor Teatro de la USFQ, demostrando que ya hay academia formando artistas con indudable valor, lo que dinamiza esta nueva generación que sale con diferentes perspectivas en cuanto a estética y nuevos lenguajes. Casa Mitómana quiere, a futuro, formar parte de esa evolución, como un centro de formación constituido.
Finalmente, cuando hablamos de Arte y Noviolencia, Pamela Jijón afirma que en un espacio de creación existen conflictos de manera constante, entonces, aprendes a negociar y a crear de manera no violenta también. La única posibilidad de acceder a un mundo de paz y noviolencia, es enfrentando la realidad del conflicto; específicamente, la sociedad ecuatoriana tiende a evitarlo y cuando eso sucede, se niega la existencia del mismo, abriendo paso al resentimiento y “un pueblo resentido, es un pueblo violento”.