Parafraseando los versos de Antonio Machado y que Serrat cantó, haremos un pequeño recorrido por lo que vivimos en la España actual y que podría ser extrapolable a muchos otros lugares.
La España que muere o bosteza
Vivimos en España una situación brutal, obscena, vergonzante, que pareciera se ha instalado como “normal” y que sintetizaremos, apuntando únicamente ciertos aspectos.
Desde hace años, hemos visto cómo se privatizaban todos los servicios públicos que suponían derechos luchados y conseguidos para toda la ciudadanía. Todos aquellos servicios imprescindibles (sanidad, educación, agua…), que podían producir beneficios, han sido transferidos a manos privadas en pocos años para lucro de unos pocos, responsables y beneficiados al mismo tiempo de la tan cacareada crisis que tantos daños sigue provocando, haciendo que caiga la calidad de los mismos.
Hemos visto también cómo se pagaban con fondos públicos los desastres de las políticas bancarias (por ejemplo, al ser rescatados ciertos bancos con fondos públicos), dándose la paradoja de que estas empresas se beneficiaron antes de la crisis (a través de prácticas hipotecarias y de distinta índole, todas ilegítimas) y después de la misma, al quedarse con aquellas casas que no pudieron ser pagadas, por la subida de los intereses y el paro, y al ser “rescatadas” con el dinero de todos los contribuyentes, como decíamos.
De aquellos lodos, estos barros
Pero ¿Por qué pudo ocurrir todo aquello? ¿Por qué se ha llegado a una situación en la cual una tercera parte de la población infantil en el estado español vive en riesgo de pobreza severa? ¿Por qué la sanidad y la educación van perdiendo calidad aunque se mantienen en ciertos niveles únicamente gracias al esfuerzo sostenido de sus profesionales, pese a las dificultades que ponen los responsables políticos para que se mantengan funcionando decentemente? ¿Por qué…?
Las respuestas podemos encontrarla en las noticias diarias. Porque aquellos señores (bancos y grandes empresas), que provocaron este desastre económico, social y personal en el día a día de buena parte de la población, compraban políticos, que firmaban leyes y decretos para beneficio de aquellos y de ellos mismos. Al tiempo que sacaban leyes para reprimir la posible movilización ciudadana, o utilizaban a los cuerpos de seguridad del estado para sus intereses partidistas.
Día tras día, vemos cómo van entrando en la cárcel políticos “insignes” del Partido Popular o están siendo juzgados por un caso tras otro de corrupción y financiación ilegal del partido, a pesar de que cuentan con el apoyo inestimable de ciertos jueces y fiscales conchabados con el poder legislativo y ejecutivo.
Mientras, el presidente Mariano Rajoy, cuando se le pregunta por todos estos casos, dice que no va a comentar “chismes”. Así califica al basurero en que han convertido la vida política y judicial.
Claro, sabe que hoy por hoy, todavía cuenta con el apoyo inestimable de una pequeña parte pero muy activa del poder judicial, como se está demostrando, y con la desinformación de algunos grandes medios de comunicación, lo que les ha permitido entre otros beneficios el apoyo de siete millones de medio de votantes que desde el miedo, la ignorancia o que consideran que es normal que los políticos y los poderosos nos roben, le han llevado a presidir el gobierno que debería ser de todos los españoles.
Bueno, el voto de siete millones y medios de votantes y el apoyo o la abstención de partidos como Ciudadanos, clones del ideario del Partido Popular, o un Partido Socialista que dejó sus ideales en Suresnes y que tampoco se ha librado de casos de corrupción sonados y de la financiación ilegal, que viene desde los tiempos del Caso Filesa. Tal vez, esto explique en parte por qué el discurso del PSOE dice una cosa y sus acciones todo lo contrario.
Con la acción directa de unos y el apoyo de otros, han convertido a este país en una dictadura bananera.
La España que aspira a no morir…
Pero en medio de este lodazal, hay ejemplos de políticos de Podemos, Compromís o las Mareas que levantan la voz en contra, y medios de comunicación que denuncian día tras día todos estos desmanes. Hay gente decente, comprometida y aguerrida que denuncia y planta cara, como los compañeros periodistas que han sacado a la luz pública en los últimos días importantes documentos que demuestran algunos de los desmanes de los populares.
Este vídeo, subido a las redes –entre otros muchos- por el diputado del Parlament Catalá Albano Dante, es un claro ejemplo del trabajo y la valentía de algunos profesionales y de las tramas de corrupción o de las prácticas antidemocráticas que ha desarrollado el actual partido en el poder en España en todos los campos, no sólo en el económico-político.
En medio de este desastre de corruptelas y podredumbre, no sólo hay personas, colectivos o medios de comunicación que denuncian, también los hay que buscan salidas a este desastre, que trabajan cada día para que familias enteras puedan comer, que se ocupan de reivindicar que España cumpla la Carta Social Europea que ha firmado y se asegure de que toda su población tenga unos mínimos cubiertos para salir de la extrema pobreza en la que vive. Hay Ayuntamientos que buscan revertir estas situaciones que les llegan diariamente a sus servicios. Un caso claro son los Ayuntamientos de Barcelona y Madrid, por ejemplo, que están buscando soluciones viendo la viabilidad de implementación de cierto tipo de rentas.
Pero esto no es suficiente, lo corroboramos cada día. Buena parte de la población vive en un clima de asfixia y hartazgo que supera cualquier límite imaginable.
Agradecemos todas esas manos solidarias que se esfuerzan por mejorar la calidad de los más necesitados… pero no es suficiente, no es suficiente y se va a agravar más.
La España despierta que necesitamos construir
Necesitamos elevar la mirada. No sólo necesitamos políticos honestos y comprometidos, necesitamos también políticos y colectivos valientes dispuestos a abandonar la zona de confort del pragmatismo e ir al origen del problema para dar soluciones definitivas.
Si hablamos de economía y sus consecuencias, hay que tratar de comprender los grandes cambios en los que estamos inmersos y que podemos sintetizar en dos puntos: por un lado, el avance tecnológico que implica que cada día habrá menos empleo al mismo tiempo que paradojalmente cada día se generará mayor riqueza en el planeta; y, por otra parte, el cambio que necesitamos hacer en nuestras cabezas para comprender que esta riqueza, que está concentrada en cada vez menos manos, es de todos (porque es la consecuencia del trabajo de toda la humanidad del el momento actual y a lo largo de toda la historia) por tanto nos corresponde.
Cuando nos atrevamos a estudiar y cuestionar estos dos elementos y sus consecuencias, podremos comenzar a encontrar verdaderas soluciones.
Mientras, señores políticos, economistas justificadores de la crisis, partidos políticos con alguna excepción… no nos mareen más con rentas para pobres y trabajen por poner en marcha una renta básica universal e incondicional ya, como un primer paso para comenzar a redistribuir esa riqueza que, no nos cansamos de recordar, es de todos.
Ustedes saben que es posible, los estudios lo demuestran. Sólo han de estar dispuestos a beneficiar a la población, a toda la población… olvidándose tal vez de intereses partidistas cortoplacistas. ¡Eleven la mirada! El futuro de todos está en juego.