Corren tiempos difíciles en el Reino de Isabel II. Entre atentados terroristas, células yijadistas reclutando miles de jóvenes violentos, torres residenciales fundidas por las llamas, un servicio nacional de salud en vías de la privatización, precios inmobiliarios astronómicos, y el caos del Brexit, estamos siendo testigos del derrumbe político y social de una nación que durante muchas décadas fue un ejemplo a seguir en Europa y en el mundo.
Cada día es más tangible la crispación social en las calles de las ciudades británicas: los sin techo pierden su invisibilidad en los barrios más prósperos; las clínicas fuera de las zonas más ricas son tercermundistas, y los que carecen de un sueldo decente acaban comiendo pollo frito hormonado o pizzas resecas a diario.
¿Qué ha sido de la Grande Gran Bretaña de antaño? Una primavera de 1979 Margaret Thatcher se hizo con el poder y comenzó la debacle. En los tiempos que corren, y teniendo a Theresa May como la última heredera de aquellas políticas neoliberales iniciadas por la Dama de Hierro, el buque se va a pique. Los ciudadanos de a pie somos los náufragos, pero el capitán y su tripulación siguen la ruta marcada sin un compás a mano.