Visitamos la ciudad de Casablanca, una de las poblaciones del sur, donde las autoridades marroquíes trasladan a los migrantes que son capturados en los bosques cercanos a la valla de Ceuta.
Pudimos comprobar los alrededores de la estación de autobuses de la capital financiera de Marruecos, lugar donde se hacinan cientos de personas, incluidos mujeres y niños, y donde no cuentan con ninguna asistencia humanitaria.
Nos hablan de hambre y enfermedades. Mendigan por las calles para poder paliar un poco su situación. Hacen un llamamiento de ayuda a las organizaciones de derechos humanos para poder revertir la situación extrema en la que viven.