Las próximas elecciones presidenciales en Chile están demarcadas por al menos dos hitos, las Primarias y la primera vuelta. Eventualmente es muy posible que haya un tercer hito, la segunda vuelta electoral, si ninguno de los contendores obtiene la mayoría absoluta.
Al momento de escribir estas líneas nos encontramos en la fase que precede a las elecciones Primarias, esto es, procedimiento por el cual las coaliciones definen sus abanderados. Es el caso del Frente Amplio (FA) y Chile Vamos (ChV), no así la Nueva Mayoría (NM), la coalición gobernante que a pesar de haber promovido las Primarias, a la hora de la verdad ha sido incapaz de concurrir a ellas. Con ello, sin querer queriendo, otorga una ventaja al FA y ChV que puede costarle caro. Salvo movimientos de última hora difíciles de prever, todo indica que a la primera vuelta concurrirá con dos candidatos, la que da cuenta de la crisis que la afecta. Una crisis que no es total desde el momento que ninguna de las fuerzas que componen la NM ha abandonado las responsabilidades de gobierno, lo que mantiene las esperanzas de sortear las dificultades que impone una centro izquierda fisurada, por no decir facturada.
Estando a menos de un mes de las Primarias que tendrán lugar el próximo 2 de julio, los cinco precandidatos, dos del FA – Beatriz Sánchez y Alberto Mayol -y tres de ChV -Felipe Kast, Manuel José Ossandón y Sebastián Piñera – ya están mostrando sus cartas. Si bien las encuestas favorecen a Beatriz Sánchez y Sebastián Piñera en sus respectivas coaliciones, no hay que fiarse mayormente de ellas, ya sea por el sesgo de muchas, como por lo volátil que está el escenario por el desprestigio que afecta a los partidos políticos como consecuencia de los vasos comunicantes existentes entre los negocios y la política. Este desprestigio ha generado desconfianza, la que se ha estado expresando en un paulatino aumento de la abstención.
Por el lado del FA la apuesta, tanto de Beatriz Sánchez como de Alberto Mayol, va por el lado de sustituir el modelo mercantilista imperante por un modelo de sociedad distinto. Una sociedad solidaria, respetuosa de las personas y del medio ambiente, que opere bajo la lógica de políticas públicas orientadas a soluciones colectivas para problemas individuales. Al tenor de lo que se ha dado a conocer, la apuesta de Alberto Mayol pareciera ser más clara y más radical, en tanto que la de Beatriz Sánchez tiende a ser más realista, consciente de las dificultades que impone la tarea de gobernar, y más gradual, paso a paso, despacito. Ambos precandidatos, en sus sucesivas presentaciones públicas han ido de menos a más, aprovechando al máximo la ausencia de la NM en esta fase de Primarias.
Por el lado de ChV, los tres precandidatos buscan consolidar el neoliberalismo, reforzando el rol del mercado y renovando la confianza en él y la desconfianza en el Estado. Las diferencias se centran en el perfil personal de cada uno. Manuel José Ossandón es el más díscolo dentro de la derecha y reconoce que en una sociedad tan desigual como la nuestra es imposible dejarlo todo a merced del mercado. Pero lo que lo distingue es cuando pone el énfasis en que tiene las manos limpias, que no tiene nada que esconder, centrando su fortaleza en lo que le diferencia de Sebastián Piñera. Felipe Kast por su parte intenta aportar savia nueva, con un nuevo lenguaje, pero en esencia es prisionero de un neoliberalismo asistencialista. Quienes respaldan a Sebastián Piñera no trepidan en destacar su capacidad de gestión y de trabajo, obviando la turbiedad de algunas de sus actuaciones y decisiones, y la de quienes formaron parte de su gobierno. En este plano Sebastián Piñera es un fiel reflejo del maridaje que se da cuando no se separan los negocios de la política.
El desafío de ambas coaliciones, es convocar para estas Primarias al máximo de los militantes y adherentes de los partidos que las conforman. En ChV se han propuesto superar el millón de votos. Desde el FA , no se dan cifras, por tratarse de una coalición que hace su estreno en sociedad, pero sospecho que querrá superar la cantidad de votos que tenga ChV, un reto mayúsculo.