En su discurso, Morales explicó que el agua es garantía para preservar la paz y la seguridad, pero que ese hecho está en riesgo porque se está atravesando “una crisis del agua, que se intensificará en las próximas décadas” e informó que desde 1947 se han producido 37 conflictos entre Estados.
“Debemos trabajar para tender puentes más que muros”. Con esa frase del papa Francisco, el presidente de Bolivia, Evo Morales inició ayer su discurso en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el que planteó un decálogo sobre el derecho de acceso al agua para preservar la vida y la paz en el mundo.
El mandatario boliviano también aprovechó su visita a Nueva York, sede del Consejo de Seguridad de la ONU, para entregar El Libro del Mar a los representantes de los países miembros de esa instancia. En el documento se explican las razones de la demanda marítima contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Un día antes, el lunes, el Morales denunció ante el foro mundial sobre océanos en la ONU, los graves daños económicos que sufre Bolivia por el “injusto enclaustramiento” al que es sometido y demandó, además, el apoyo de la comunidad internacional para impulsar un “acceso real y soberano (al mar) incluso” para los países sin litoral.
Sin embargo, en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU que tuvo lugar ayer martes, Morales fue más conciliador. En su discurso explicó que el agua es garantía para preservar la paz y la seguridad, pero que ese hecho está en riesgo porque se está atravesando “una crisis del agua, que se intensificará en las próximas décadas” e informó que desde 1947 se han producido 37 conflictos entre Estados relacionados a la problemática del agua.
En ese marco, el el presidente de Bolivia demandó a los Estados “realizar un manejo responsable e integrado de los recursos hídricos en todos sus niveles, incluyendo aquellos transfronterizos al amparo del principio de cooperación”. “Sin agua no hay vida y hoy somos 7.000 millones de personas explotando las mismas fuentes de agua disponibles; un recurso finito, vulnerable y tan escaso que sólo nos queda administrarlo razonablemente”, afirmó Morales, quien dijo que en la etapa neoliberal se privilegió el lucro del agua, señala el periódico Página Siete.
Asimismo, el Jefe de Estado indicó que un alto porcentaje de las aguas dulces son compartidas por más dos Estados, y que no siempre hay acuerdos sobre su naturaleza y propiedad, generando condiciones de conflictividad. Según datos de la ONU -dijo Morales- existen 276 cuencas fronterizas en el mundo, 60 en África, 68 en Europa, 46 en América del Norte, 38 en América del Sur. De estas cuencas, 256 son compartidas por dos o cuatro países, 20 cuencas por cinco o más países.
Para Morales, esta situación, sumando los efectos climáticos, “han expuesto nuevas crisis que generan nuevas tensiones locales, regionales y globales, que ponen en riesgo la estabilidad de la paz y la seguridad de las naciones”. De esa manera, Morales planteó 10 alternativas de solución para evitar una crisis o un enfrentamiento entre Estados por la tenencia de agua. Entre ellas está que “el agua dulce disponible, que se encuentra en muchos depósitos compartidos internacionalmente, su aprovechamiento debe fundarse en oportunidades de colaboración, integración y confraternidad entre los pueblos, no de conflictos sobre su naturaleza de propiedad o sobre sus usos”.