Fue un 26 de abril de 1937, en hora vespertina, cuando las campanas de la Iglesia Andra Mari de Gernika, una pacífica localidad vizcaína de unos 7000 habitantes, empiezan a replicar avisando de la llegada de la temida Aviación Condor alemana apoyada por fuerzas aéreas italianas, aproximadamente unos 40 aparatos. Tres minutos duró el horror. La devastación causada por las más de tres toneladas de bombas arrojadas, dejó un reguero de muerte y destrucción y prácticamente el pueblo arrasado. Ahí se forja la historia del cruel bombardeo de Gernika, cuya memoria quedó borrada por el franquismo durante de 40 años. Según cuentan algunos historiadores, unas 2.000 personas perecieron en el vil acto de fuerza demostrado por las dos potencias europeas gobernadas por el fascismo, como preludio de lo que vendría años más tarde cuando provocaron la segunda “Gran Guerra” europea del siglo XX.
80 años después Gernika conmemoró el bombardeo con actos de diversa índole relacionados con la tragedia. Este aniversario fue singular. La efeméride contó con una gran proyección internacional y consiguió atraer hasta el pueblo vizcaíno a los medios más importantes del mundo.
Todos los años Gernika homenajea a los corresponsales de guerra y, sobre todo, al británico George Steer, quien al día siguiente de la masacre contó con crudeza para el diario The Times lo sucedido en la villa. El tremendo relato en forma de crónica del reportero, inspiró a Picasso para pintar su cuadro más famoso, El Guernica. Steer y todos los que contribuyeron a contar lo que sucedió, entre ellos el periodista francés Mathieu Corman han sido recordados en la mañana del miércoles 26 con una ofrenda de flores realizada a pies del busto que el pueblo de Gernika dedicó al periodista inglés. El alcalde de Gernika, Jose Mari Gorroño, junto a miembros de la corporación y acompañados por los junteros de Bizkaia e integrantes del Gobierno foral, han guardado un minuto de silencio junto al árbol de Gernika, en recuerdo a las víctimas del bombardeo.
Entrega de los los XIII premios Gernika por la paz y la reconciliación
La jornada siguio a medio día con la entrega de los XIII premios Gernika por la paz y la reconciliación, que este año recayeron en el presidente colombiano Juan Manuel Santos, el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Timochenko, y el fotoperiodista Gervasio Sánchez. En nombre del gobierno colombiano, recogio el premio el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo. Jaramillo apostó por que no se olviden nunca las consecuencias del bombardeo, porque «pasan hechos terribles, pero, en la medida en que mantenemos la memoria viva y clara, estamos haciendo mucho para evitar que vuelvan a ocurrir».
El abogado Enrique Santiago fue el encargado de recoger el premio en nombre del líder de las FARC. El abogado de la guerrilla colombiana, denunció que la ausencia de Timochenko en la entrega de estos premios no se debió a problemas de agenda, como se había anunciado, sino a que las autoridades de Colombia no dieron el pasaporte para viajar a Gernika. En su nombre, este letrado declaró que es «urgente que los ojos del mundo se fijen en Colombia para garantizar el cumplimiento del acuerdo de paz e impedir que la ultraderecha, que ha intentado boicotear el proceso, cumpla su promesa de revocarlo si gana las elecciones”.
El fotoperiodista y reportero de guerra, Gervasio Sánchez, fue el tercer premiado. Gervasio, con una dilatada experiencia en los conflictos más cruentos de los últimos tiempos, volvio a criticar las guerras en su intervención diciendo que era «un honor» recibir el premio y que “las guerras no finalizan en las fechas oficiales, sino que continúan décadas después, porque la paz supone limpiar de minas los caminos, encontrar a todos los desaparecidos y entregarlos a sus familiares, pedir responsabilidades políticas y jurídicas a quienes han participado en los crímenes de guerra».