Por Fabrice Renault
Instaurar un toque de queda, facilitar la práctica artística o deportiva, entender la química del cerebro de los niños: es el compromiso triple que contribuyó a hacer retroceder sustancialmente la toxicomanía en Islandia. Algunas explicaciones aclararán este método islandés, que algunos calificarán de poco ortodoxo. De cualquier manera, hay que reconocerle una eficacia increíble, jamás vista a nivel de país.
Poco antes de las 15 horas, un viernes de sol por la tarde, el parque Laugardalur cerca del centro de Reikiavik parece prácticamente desierto. De vez en cuando nos cruzamos con un adulto empujando un coche de bebé, el parque está rodeado de viviendas. La escuela ya terminó, y… ¿dónde están los niños?
Caminamos un poco con Gudberg Jónsson, un psícologo local, y Harvey Milkman, un profesor de psicología estadounidense que da clases durante una parte del año en la Universidad de Reykjavik.
Gudberg nos dice que, “hace veinte años los adolescentes islandeses figuraban entre los más bebedores de alcohol de Europa”. Milkman agrega, “no se podía caminar por las calles del centro de Reikiavik los viernes a la tarde sin sentirse en peligro (…) Había hordas de adolescentes borrachos que te interpelaban”. Pero eso era antes.
¿En qué se ocupa hoy la juventud islandesa?
Llegamos frente a un gran edificio. “Y aquí tenemos la pista de patinaje cubierta”, dice Gudberg. Algunos minutos antes, pasamos delante de dos salas dedicadas al bádminton y al pin-pon. En el parque, hay también una pista de atletismo, una piscina climatizada por geotermia. Por fin vemos algunos niños jugando con entusiasmo al fútbol en una cancha sintética.
En este momento los jóvenes no andan deambulando por el parque, explica Gudberg, porque están en actividad extraescolar en estos distintos lugares dedicados al deporte, o en clubes donde se practica música, danza… o bien pueden estar de paseo con sus padres.
Resultados impresionantes
Para llegar a este resultado extraordinario, Islandia se basó en pruebas concretas pero también utilizó el sentido común. “Este estudio sobre el estrés en la vida de los adolescentes es el más destacable y el más profundo que yo haya visto jamás”, dijo Milkman, “Estoy impresionado por la forma en que todo funciona”.
¿Se puede exportar la receta islandesa?
Milkman estima que si el modelo islandés se adoptara en otros países podría beneficiar el bienestar general, psicológico y físico de millones de niños, sin hablar de los beneficios para la sociedad en general y para las finanzas de los sistemas de salud en particular.
Milkman forma parte de un grupo de investigadores convocados por el Instituto nacional estadounidense sobre el abuso de las drogas. Él y otros, tienen la tarea de responder a las preguntas como:
- ¿Por qué la gente empieza a usar drogas?
- ¿Por qué siguen?
- ¿Cuándo alcanzan el umbral de abuso?
- ¿Cuándo dejan de tomarlas?
- ¿Y cuándo vuelven a recaer?
¿Por qué empiezan? “Es que en los estudiantes está la disponibilidad, son corredores de riesgos, hay alienación y a veces también depresión”.
¿Pero por qué siguen? “Aquí llegué al tema del umbral de abuso (…) podría ser que los adolescentes estén inmersos en una moda de abuso, incluso antes de que estén en dependencia del producto, porque es su costumbre enfrentar los excesos”.
En el Metropolitan State College de Denver, Milkman participó en el desarrollo de la idea de que, la gente se empeña en modificar la química de su cerebro. Los niños consumidores regulares van tras un “rush” o momento de euforia (que lo obtienen robando tapas de rueda y radios y después, autos; o con los medicamentos estimulantes). Por supuesto, el alcohol también modifica la química del cerebro. Es un sedante que actúa primero en el cerebro, puede eliminar las inhibiciones y reducir la ansiedad, en dosis limitadas.
La gente puede hacerse adicta, ya sea a la bebida, a los autos, al dinero, al sexo, a las calorías, a la cocaína… La idea del comportamiento dependiente se ha convertido en nuestra marca de fábrica.
Esta idea dio nacimiento a otra idea: “Por qué no orquestar un movimiento social en torno a los picos naturales obtenidos por algunos en la química de su cerebro -porque parece evidente que la gente quiere cambiar su conciencia- pero sin los efectos nocivos de la droga”.
Una experiencia precedente que demostró su eficacia
En 1992 en Denver, el equipo de Milkman había obtenido una subvención del gobierno de 1,2 millones de dólares para su proyecto Self-Discovery. Se propuso a unos adolescentes vivir sus “rush” de forma natural, como alternativa a las drogas y a los actos de delincuencia. Implicaba a profesores, consejeros y enfermeros escolares. Estos niños de menos de 14 años no consideraban que necesitaban un tratamiento, pero tenían problemas relacionados con los estupefacientes y los actos menores de delincuencia.
No les decíamos que vinieran a tratarse. Les decíamos que les íbamos a enseñar todo lo que quisieran aprender. Música, danza, hip hop, arte, artes marciales… La idea era que esos distintos talleres podrían aportar una serie de modificaciones en la química del cerebro de los niños y brindarles aquello que necesitan para enfrentar la vida de una mejor manera.
En el mismo lapso de tiempo, los niños iban obteniendo competencias de vida con el énfasis puesto en el autoconocimiento, la reflexión sobre sus vidas y la manera en que interactuaban con otras personas. Globalmente, la prevención de los estupefacientes no funciona, porque nadie le presta atención. Lo que se necesita tener son las competencias de vida para actuar sobre esta información, según Milkman.
Los niños se comprometieron en un programa de tres meses… algunos se quedaron cinco años.
Durante ese tiempo en Islandia
En 1991, Islandia se interesa en los trabajos de Milkman, en sus ideas y sus conclusiones y en su primer centro residencial de tratamiento de la toxicomanía para adolescentes. Un centre concebido en torno a la idea de ofrecer a los niños islandeses la posibilidad de hacer mejores cosas en su vida. Esto atrajo la atención de una joven investigadoras de la Universidad de Islandia, llamada Inga Dóra Sigfúsdóttir, quien plantea la siguiente pregunta:
¿Podríamos utilizar alternativas sanas a las drogas y el alcohol, ya no para tratar a los niños que tienen problemas, sino para evitar que otros se vuelquen a la bebida o los estupefacientes?
Una vasta encuesta entre los jóvenes arroja resultados alarmantes
En 1992, jóvenes de 14, 15 y 16 años de todas las escuelas de Islandia contestaron una encuesta. Este proceso se repitió luego en 1995 y 1997:
- ¿Probó ya el alcohol?
- En caso afirmativo, ¿cuándo fue la última vez que bebió una copa?
- ¿Ha estado en estado de ebriedad?
- ¿Probó el cigarrillo?
- En caso afirmativo, ¿con qué frecuencia fuma?
- ¿Cuánto tiempo pasa con sus padres?
- ¿Tiene una relación cercana con sus padres?
- ¿Qué clase de actividad practica?
Los resultados de estas encuestas a nivel nacional fueron alarmantes, la cuarta parte de los adolescentes fumaba todos los días y más del 40 % había bebido en el transcurso del mes anterior.
Pero cuando el equipo fue escarbando en los datos, pudo identificar cuáles eran las escuelas que tenían los peores problemas y cuáles tenían menos. El análisis reveló diferencias claras entre la vida de los niños que decían que ya habían bebido, fumado o consumido drogas, comparado con los otros niños abstinentes. El equipo puso en evidencia factores fuertes de protección, que son:
- la participación en actividades sobre todo deportivas, practicadas tres o cuatro veces por semana
- el tiempo compartido con los padres durante la semana
- sentirse contenido en la escuela
- no estar afuera cuando se acerca la noche
Un plan ambicioso aplicado a escala nacional
Con los datos de la encuesta y los conocimientos adquiridos en la investigación, más los de Milkman, se introdujo progresivamente un nuevo plan nacional.
- Las leyes se modificaron. Se hizo ilegal comprar tabaco para los menores de 18 años o alcohol para los menores de 20 años. Se prohibió la publicidad sobre el tabaco y el alcohol.
- Los lazos entre los padres y la escuela se reforzaron. Las representaciones de los padres se convirtieron en obligatorias por ley y se aplicaron en todas las escuelas. Se forman consejos de escuela con los representantes de los padres.
- Se sensibilizó a los padres acerca de estas cosas importantes: pasar momentos de calidad con sus hijos; hablar con ellos de su vida de niño; saber quiénes son los amigos que frecuentan; pasar las noches en familia.
Fuertes medidas para acompañar a los jóvenes en otra dirección
Toque de queda para los adolescentes. A continuación, se adoptó otra ley que prohibió a los adolescentes de 13 a 16 años estar afuera después de las 22 horas en invierno y después de medianoche en verano. Una medida que hoy sigue vigente.
Enorme apoyo presupuestario para las actividades deportivas y culturales. Se aumentó el financiamiento público para las prácticas deportivas contenidas, la música, el arte y otros clubes. Esto les permite a los jóvenes sentirse bien en un grupo, sentirse bien sencillamente sin el artificio del alcohol o de la droga. Los niños provenientes de familias más pobres recibieron una ayuda en formato de tarjeta de esparcimiento, por un valor de 35.000 coronas (280 €) por año y por niño, que les permitió incorporarse a estas actividades recreativas.
Resultados en el seguimiento cada vez mejores
Las encuestas prosiguieron todos los años. Casi todos los niños de Islandia la efectúan. Siempre hay disponibles datos fiables y actualizaciones. Así, entre 1997 y 2012:
- la proporción de niños de 15 y 16 años que declaran pasar a menudo el tiempo con sus padres durante la semana se incrementó al doble, pasando de 23 a 46%
- el número de participantes en deportes contenidos, por lo menos 4 veces por semana, también se incrementó al doble, pasando de 24 % a 42 %
- siempre en el mismo periodo, el tabaquismo, la alcoholización y el cannabis retrocedieron considerablemente para este mismo grupo etario
La interpretación es muy clara: el aumento de los factores de protección y la disminución de los factores de riesgo permitieron que la recurrencia a sustancias recreativas cayera, de forma más concreta en Islandia que en otros países europeos.
Jóvenes en Europa prueban el programa en 2006
Jóvenes en Europa pudieron probar el método islandés propuesto por algunos municipios, aunque sin plan a nivel nacional como en Islandia. El primer año, ocho ciudades participaron del programa. Al día de hoy, 35 han tomado parte en 17 países, como en Tarragona, en España, donde hay 4.200 jóvenes inscritos.
El método es siempre el mismo: un cuestionario con las mismas preguntas básicas que se utilizan en Islandia y además preguntas suplementarias relacionadas con los usos y costumbres locales. Por ejemplo, recientemente ha surgido el juego por internet como un gran problema en algunas regiones. Los responsables locales quieren saber si está ligado a otros comportamientos de riesgo.
Dos meses después que las encuestas se hayan enviado a Islandia, el equipo reenvía un informe inicial con los resultados y asimismo informaciones comparativas con otras regiones participantes.
Causas universales de las adicciones
El equipo analizó más de 100.000 encuestas provenientes de lugares tan alejados unos de otros como las islas Feroe, Malta y Rumania, como Corea del Sur y, más recientemente, Nairobi y Guinea-Bissau. Globalmente, los resultados muestran que el consumo de sustancias interviene en los adolescentes con los mismos factores de protección y de riesgo identificados en Islandia.
Ningún otro lugar ha obtenido resultados tan probatorios como los observados en Islandia, pero en ninguna otra parte se estableció un “toque de queda” para los adolescentes, una medida bastante controvertida para la opinión pública, una medida que exige un cierto coraje político…
¡Hasta Suecia se ríe y lo llama el toque de queda del niño!
Hay opciones difíciles de implementar. Pero una ley que permite a miles de niños evitar convertirse en adicto, ¿es más liberticida que liberadora? Además, por último, convengamos en que este toque de queda sigue muy vigente en muchas familias donde los niños tienen que estar en casa antes de la medianoche en verano y antes de las 22.00 en invierno.
Cada uno verá, mientras tanto los niños islandeses hacen deporte, tienen acceso a la cultura, pasan más tiempo en familia… y se comportan mucho mejor que en cualquier parte de Europa.
Busque el texto íntegro en inglés How Iceland Got Teens to Say No to Drugs
Fuente en inglés: https://mosaicscience.com/story/iceland-prevent-teen-substance-abuse
Fuente en francés: http://www.mieux-vivre-autrement.com/comment-lislande-a-detourne-sa-jeunesse-des-drogues-alcool-et-tabac.html#sthash.EKKeyjcQ.GXYlecio.dpbs