Como es habitual en este mes, celebramos el Día del Testimonio, en referencia a aquel 4 de mayo de 1969 en el que Silo dio su arenga pública primera[1], en donde sentaría de modo explícito las bases de su pensamiento, de su propuesta y contribución. Lo hace como un hombre común, libre, que quiere expresarse sobre la vida, el ser humano y los acontecimientos de este mundo. Tarea que ya había comenzado anteriormente, declarando lo siguiente: “Los pájaros agoreros de todas las tendencias y naciones coinciden en afirmar que la humanidad está en su momento crucial. Sea por temor a los fantasmas externos o a sus fantasmas personales, ¿quién no duda hoy sobre las posibilidades de supervivencia humana?”[2].
Muchas son las frases que nos llegan hasta hoy de dicha prédica, plena de vigencia, en especial aquella de: “__ ¡Este mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia! ¡No busques falsas puertas! ¡No hay política que pueda solucionar este afán de violencia enloquecido!
Esto lo observamos diariamente a través de los medios de comunicación, aunque personalmente no vivamos en guerras absurdas donde la muerte ha terminado por naturalizarse. ¡Ello es lo que importa modificar!
Eso hizo Silo en aquella histórica arenga, expresarse con contundencia sobre temas existenciales de suma relevancia que vale la pena considerar, tales como la diferencia capital entre deseo y necesidad. Pues, aprender a distinguir entre lo innecesario y lo necesario nos permite orientar nuestra existencia en una dirección éticamente válida que nos enriquece de sentido, de coherencia. Así lo expresó metafóricamente Silo aquel día cuando habló de un viajero que, para poder proseguir su largo viaje, habría de desprenderse del carro del deseo, de sus adornos y sus ruedas del placer y del sufrimiento, montando solamente sobre su caballo llamado necesidad.
Más acá en el tiempo, en una charla con Mensajeros[3], Silo dijo: “Hay muchas posibilidades que están en la gente cuando sienten una necesidad real de cambio interno”. Palabras tan ciertas e importantes, pero que pueden pasar desapercibidas frente al estruendo de lo banal, de lo efímero, de las cosas vistosas, vacuas y transitorias a las que estamos permanentemente expuestos.
De modo que valoramos decididamente tales propuestas de Silo que retoman temas tan cruciales para el ser humano, como son superar la violencia y el sufrimiento atendiendo a las necesidades, no sólo a las básicas que nos aguijonean constantemente, sino a aquellas otras necesidades como las de afecto, reciprocidad, participación o comunicación sinceras. Además de otras más internas y valiosas, a veces desairadas, como las de coherencia vital, cambio interno, paz interior, buenas relaciones y trato humano. Para ello contamos sin duda como numerosos recursos (en lecturas, ceremonias, reflexiones, intercambios) para poner en práctica.
Quizás esto sea lo realmente necesario a tener en cuenta, y cada celebración nos ayudará a recordar y reforzar lo esencial. Eso haremos, emulando, por qué no, al viajero con aquello de: Montó sobre el animal de la Necesidad, sobre sus lomos, y comenzó al galope por las verdes praderas hasta llegar a su destino.
Todo esto es lo que nos concierne y cada celebración ayuda a recordar y reforzar el propósito.
Y agradecemos, por cierto, las últimas palabras de aquel hermoso día: “__ Hermano mío: allá en la historia está el ser humano mostrando el rostro del sufrimiento, mira ese rostro del sufrimiento… pero recuerda que es necesario seguir adelante y que es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar.
A ti, hermano mío, arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor para que eleves tu corazón y eleves tu espíritu, y para que no olvides elevar tu cuerpo».
[1] La Curación del Sufrimiento. Punta de Vacas, Mendoza, Argentina, 4 de mayo de 1969. Ver ww.silo.net.
[2] La Declaración. Jujuy 1967. Incorporada en folleto Paz es Fuerza. Declaración de 1973. Archivo general
[3] Apuntes segunda reunión conjunta de El Mensaje. Buenos Aires, 20-04-03 Charlas de Silo con Mensajeros. Recopilación. 2002-2010. Publicación de El Mensaje de Silo.