Por Mumia Abu-Jamal – Discurso preparado para la Rosa Luxembourg Conference
Lo que está pasando en los Estados Unidos y en Europa es para pensar y estudiar.
A simple vista, vemos tendencias a la derecha: pueblos timidos y resentidos dan el poder a modos politicos que prometen seguridad, especialmente al confrontar los ataques terroristas que han estallado y ensangrentado las capitales del mundo..
Sin embargo, viéndolo con calma observamos que la inseguridad económica, creada por la clase inversionista, ha desatado una guerra de austeridad contra la clase trabajadora y contra los pobres. Inseguridad económica engendra inseguridad política.
Si a ésto agregamos el fenómeno de los ricos que toman el poder, vemos que los multimillonarios ya no se contentan con simplemente rentar o comprar a los políticos.
Los ricos han eliminado a los intermediarios–ahora ellos mismos hacen la guerra de clases. Por éso hoy tenemos a Berlusconi, el magnate de los medios, en Italia; y a Trump, negociante en bienes raíces, en los Estados Unidos. Ellos entran en la política para enriquecerse ellos mismos y para enriquecer a su clase, en una descarada expresión del capitalismo de compinches.
¿Porqué estamos viendo hoy ésto? Porque los partidos capitalistas neoliberales (como los Social-Demócratas en Europa y los Demócratas en los Estados Unidos), proponen planes de austeridad y apoyan políticas globalistas que benefician más a los inversionistas que a los trabajadores. Hacen ésto porque ellos reciben cantidades de dinero de los inversionistas que los patrocinan — y esos patrocinadores son pagados con políticas de negocios que favorecen sus ganancias.
Haciendo éso, quizás han enriquecido a sus partidos. Pero han perjudicado las posiciones sociales de sus votantes, que tienen que soportar la baja de sus salarios y la subida de los precios. Ésto ha causado la enajenación de la clase trabajadora y el creciente desencanto y aún la desesperación entre los trabajadores, porque sus trabajos, especialmente los de manufactura, son llevados a otros países, donde la mano de obra es más barata.
Esa desesperación, que, por ejemplo, brotó de NAFTA, (del nombre en inglés, NorthAmarican Free Trade Agreement, Tratado Norteamericano de Libre Comercio), hizo que muchos siguieran a quien les prometió más y mejores trabajos –Donald Trump es buén ejemplo. En consecuencia, los que, en primer lugar, se beneficiaron con llevar los trabajos a otros países (los capitalistas) ahora se espera que esos mismos capitalistas los reemplacen con más y nuevos trabajos –¡y con mejores salarios!
¿Se puede entender éso?
Los trabajadores que esperan que las mismas fuerzas políticas que los han empobrecido de pronto los hagan ricos, están soñando.
Esos trabajadores esperan algo que jamás ha de llegar.
Traicionados por sus viejos «aliados» neoliberales, en su desesperación ellos escuchan a demagogos derechistas que les prometen trabajo, pan y gloria.
Uno podría pensar que han aprendido de los ejemplos de Alemania y de Italia de hace varias generaciones atrás.
El Partido Nacional Socialista de los Trabajadores, de Hitler, conocido como el Partido Nazi, prometía la gloria –y manchó con infamia a todo el pueblo alemán. De igual manera, el Partido Fascista de Mussolini trajo degradación y destrucción a Italia.
Los pueblos se comprometen con este tipo de figuras en tiempos de desesperación económica, cuando los gobiernos «normales» parecen incompetentes. Incapaces de soportar los retos que confrontan, cuando las codiciones de vida bajan a peligrosos y desesperantes niveles, y cuando el mañana parece más triste que lleno de esperanzs…
Vemos ésto en los vastos movimientos anti-austeridad de Europa continental; así como en el reciente voto «Brexit» de Gran Bretaña.
El neoliberalismo y su proyecto de globalización contra los trabajadores prepara el terreno; y todos aquellos que se sienten nacionalistas, se tragan la píldora.
Los socialistas y los verdaderos izquierdistas han sido puestos de lado y socavados por no servir a los intereses de los trabajadores, o por no oponerse con suficiente fuerza a los globalistas capitalistas. No me refiero aquí a movimientos revolucionarios ni a grupos políticos radicales porque éstos raramente ocupan posiciones en los gobiernos; y cuando lo hacen, se someten al pragmatismo político.
Me refiero a los partidos políticos en el poder en el Occidente capitalista, como el Partido Laborista de Inglaterra, los Social Demócratas de los otros paises europeos y a los Demócratas en los Estados Unidos, todos ellos abrazan el neoliberalismo, o la política del pragmatismo que sirve a los Mercados –mejor dicho, a la clase inversionista.
Y porque los Mercados están al servicio de ésa clase, tienen que traicionar a la clase trabajadora, a los obreros, a los pobres, a los empobrecidos; a los oprimidos. Los Mercados sirven como elegantes y altamente inteligentes y persuasivos servidores del capitalismo que construye cárceles masivas, descuida a las escuelas, hace que policías usen armas de guerra, vende la salud pública a los mejores postores, y mucho más, mientras se hacen pasar como Representantes del Pueblo.
El neoliberalismo, como es personificado por políticos de la clase del londinense Tony Blair, o Bill Clinton, Hillary Clinton y Barack Obama, de Washington, realmente significa política conservadora al servicio del Mercado, represión policial y militar; y la subyugación de los trabajadores –pero todo éso hecho con clase, con una sonrisa, con palabras dulces y persuasivas; y con mucha cortesía.
Escritores políticos por años han llamado a éso, El Tercer Camino, also que está al centro, entre la derecha y la izquierda. Éso es un gran disparate. Porque en realidad es conservador derechista en la acción, mientras que su discurso suena izquierdista.
En los Estados Unidos apoya los encarcelamientos masivos de Negros y Latinos, redadas que son definitivamente racistas, y las guerras en Irak y Afganistán. Apoyó la destrucción de Libia, mientras proveía más armas a Israel.
Ése es, en esencia, el generoso y gentil conservadurismo que abrió las puertas para la llegada de Donald Trump.
Aquí, la política de la ilusión ha causado el surgimiento de la política del miedo y otra vez el surgimiento del Fascismo.
Hoy es tiempo que la verdadera Izquierda se organize; ¡Y SE PONGA DE PIÉ!
Mumia Abu-Jamal, miembro del Partido de las Panteras Negras, periodista y escritora que ha sido encarcelado por más de 35 años después de haber sido condenado en un proceso judicial altamente sospechoso por el asesinato de un oficial de policía en 1981.