En los océanos se puede encontrar desde vida microscópica hasta los animales más grandes que hayan vivido en la Tierra; desde los más descoloridos hasta los más relucientes; desde los que habitan zonas gélidas hasta los que lo hacen en las más cálidas, los que necesitan sol y los que se adaptaron a la oscuridad de las profundidades marinas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos recuerda que los océanos son esenciales para los ecosistemas terrestres, así como una fuente de biodiversidad, alimento y vida. De hecho, alrededor de 40 por ciento de la población mundial vive a unos 100 kilómetros de la costa.
Por ello, una mejor gestión de los recursos marinos es necesaria “para garantizar la seguridad alimentaria mundial”, recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sin océanos, no hay vida
Sencillamente, “sin ellos, la vida no existiría”, recuerda la FAO, que detalla varios argumentos probatorios:
1. La pesca y la acuicultura emplean directamente a 56 millones de personas, y a muchas más en actividades subsidiarias, como el manejo, el procesamiento y la distribución de la producción. La pesca y la cría de peces mantienen a entre 660 y 880 millones de personas, 12 por ciento de la población mundial.
2. Los océanos concentran 80 por ciento de la biodiversidad del planeta y constituyen el mayor ecosistema de la Tierra. La pesca ofrece 20 por ciento de la proteína animal a unas 3.000 millones de personas. Solo 10 especies constituyen alrededor de 30 por ciento de la captura y 10 especies son responsables de 50 por ciento de la piscicultura.
3. Los océanos son una fuente de energía renovable, y se desarrollan dispositivos para generar electricidad a partir de las olas, así como se instalan granjas eólicas en el mar.
4. Los océanos regulan nuestro clima. ¿Sabían que absorben una cuarta parte del dióxido de carbono que los humanos liberan a la atmósfera? Eso los convierte en “sumideros de carbono”, aunque su capacidad de absorber más es limitada.
Alrededor de 90 por ciento del calor adicional derivado del recalentamiento planetario se almacena en los océanos. Sin este servicio, y el de enfriamiento y calentamiento de las corrientes oceánicas, las temperaturas mundiales serían demasiado inestables para la vida.
5. Los océanos afectan nuestro clima. Con el calor del sol, el agua de la superficie se evapora y se condensa formando las nubes, lo que se conoce como el ciclo del agua. Así recibimos lluvias y tenemos agua potable. También contribuyen al viento, las tormentas y los huracanes, y ayudan a producir las lluvias monzónicas, de las que dependen millones de personas en Asia meridional.
6. Los científicos han descubierto que muchos invertebrados marinos producen antibióticos y substancias antiinflamatorias y contra el cáncer. El cangrejo herradura, las algas y las bacterias marinas también resultaron tener propiedades médicas de gran utilidad.
7. Los océanos influyen en nuestra salud y en nuestro bienestar. El agua calma y reduce la ansiedad, y estar cerca de espacios azules tendría efectos positivos para nuestra salud mental.
Por desgracia, distintas actividades humanas amenazan nuestros océanos, advierte la FAO, además de que la sobrepesca reduce la población de peces, pone en riesgo el suministro de alimentos y cambia la cadena alimentaria marina.