Zahira es una adolescente belga que viene de la inmigración pakistaní y que experimenta un cambio total en su vida el día en que sus padres le anuncian que debe casarse con un muchacho pakistaní que ellos elegirán para ella.
Zahira es una adolescente a la occidental, que va al colegio, habla francés, hace sus deberes, tiene una mejor amiga y de tanto en tanto se pone de acuerdo con sus amistades para salir a bailar. Pero Zahira también es una chica de la cultura pakistaní, musulmana de confesión, que habla el urdú, usa velo cuando sale de la casa, practica el rezo y tiene un profundo respeto por sus padres.
Pero, este perfecto equilibrio se verá en peligro cuando tenga que elegir entre la tradición de la cultura pakistaní, que quiere que se case con un joven elegido por sus padres, o seguir su vida de adolescente occidental despreocupada. En suma, elegir entre el amor de su familia y su libertad individual.
Fundamentada libremente en hechos reales, la película “Noces” (Boda) es un viaje profundo e íntimo a uno de los grandes problemas de las sociedades cosmopolitas occidentales: hasta dónde una cultura tiene derecho a intervenir en otra.
El cineasta Stephan Streker nos muestra una visión muy humana y matizada de este problema. Aquí no hay padres malvados que quieren casar a su hija a la fuerza, sino padres muy preocupados por el futuro de su hija y que tratan de hacer lo mejor (según su propia concepción) para que ella se convierta en una persona respetable. Un hermano mayor dividido entre el amor por su hermana y su rol de pilar de las tradiciones y defensor del honor de la familia.
Al mismo tiempo, no están los buenos occidentales, representados en la figura de Aurora (la mejor amiga de Zahira) y de su padre, que quieren tratar de liberar a una pobre chica de la opresión, pero en cambio son gentes que no llegan a comprender lo que está en juego en relación con la identidad y la complejidad de una cultura diferente.
La historia de Zahira es un ejemplo de cómo numerosos conflictos culturales terminan por cristalizarse en el cuerpo de las mujeres porque en la dominación y la sumisión de ese cuerpo reside la clave de las tradiciones, la identidad y el honor de una familia. Uno de los aspectos que destaca el filme es que esta dominación no siempre se ejerce a través de la violencia física, en cambio, puede presentarse como un gesto de bondad o de amor.
“Boda” es la mezcla perfecta entre un escenario simple pero profundo, una realización actoral impecable y una temática compleja abordada con humanismo y madurez que nos lleva a la reflexión sobre el rol de la mujer, la familia, el amor, las tradiciones y la cultura en un mundo globalizado.