La Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, abrió sus puertas para el lanzamiento de la campaña “Transforma la norma: Microagresiones- Macroimpactos”, impulsada por Nicole Tejada y Andrea Ortiz, ambas estudiantes de la Facultad de Comunicación Organizacional, de la Universidad San Francisco de Quito y por La Comunidad para el Desarrollo Humano, organización humanista que trabaja impulsando Consejos Permanentes por la Noviolencia Activa en diversas instituciones educativas de Quito.
A pesar del ambiente frío y lluvioso de la capital ecuatoriana, dentro del auditorio de la Casa de la Cultura se vivió una jornada colorida, llena de adolescentes de varios establecimientos educativos, música, reflexiones y experiencias personales que cumplieron su meta de informar y motivar a los jóvenes a cambiar la cultura lingüística violenta, aprendida a través de la normalización de la violencia de género.
Conversamos con Nicole Tejada y Andrea Ortiz, creadoras de la campaña y nos cuentan que la misma nace como un proyecto de tesis a partir de un tema de género, de donde se desprende el nombre de “Transforma la norma”, que tiene varias líneas de trabajo. Ellas se enfocaron en Microagresiones- Macroimpactos, inspiradas en las vivencias cotidianas desde su entorno académico hasta las redes sociales.
Explican que las micro agresiones verbales de género, son frases y palabras de uso cotidiano que perpetúan los estereotipos de los diferentes grupos sociales; por esta razón, el público objetivo son los jóvenes de entre 15 y 18 años, que utilizan más las frases coloquiales aprendidas desde generaciones pasadas e incluso tienen la capacidad de adaptar palabras nuevas al lenguaje cotidiano.
El reto de la campaña es crear conciencia sobre el macro impacto que tienen esas micro agresiones, que se vuelven condicionantes de la imagen y reputación de las persona; además que los jóvenes ya no lo tomen a la ligera, sino que propongan espacios de acción, diálogo y promoción para llegar a posibles soluciones.
Tanto el equipo impulsor de La Comunidad para el Desarrollo Humano, como Nicole y Andrea, son conscientes de que es un trabajo arduo con resultados a largo plazo. Al momento, en el marco de los procesos que lleva adelante La Comunidad, la campaña se ha puesto en marcha en el Colegio Municipal Antonio José de Sucre de la ciudad de Quito. Se aspira a llegar a muchos establecimientos educativos.
Aspiran también a que realice un filtro del contenido de los textos educativos, para así evitar el uso de lenguaje discriminatorio en el pensum educativo y, además, quieren lograr que las micro agresiones sean legislativamente consideradas como violencia.
Andrea Ortiz nos insta a tomar conciencia de las palabras que utilizamos a diario para disminuir el lenguaje discriminatorio e influir en las personas de nuestro entorno. Por otro lado, Nicole Tejada considera que lo importante es dirigirse al centro de nuestra sociedad que es la familia, donde muchas veces no se tiene conciencia del macro impacto que tienen las palabras.
Finalmente, desde la perspectiva de La Comunidad para el Desarrollo Humano, la transformación en los modos de relacionarnos y convivir en los espacios más cercanos, como la familia y la escuela, es central en el camino de la construcción de una sociedad y un Ecuador Noviolento.