Por La Retaguardia
Tras lograr la liberación de César Arias y recuperarse de la represión y las detenciones ocurridas a comienzos de febrero, los integrantes de la Comunidad Guaraní Happo Puau (Raíces Nuevas) mantienen el acampe a la vera de la Ruta Nacional 34, a la altura de la localidad salteña de Embarcación. La Retaguardia dialogó con Diana Situe, hija del cacique de la Comunidad, sobre el conflicto que es –según describió– la raíz de todos los problemas: la defensa de su territorio libre y que se respeten sus derechos como pueblo originario. En paralelo, se realiza un acampe en la CABA para apoyar las demandas no sólo de las comunidades guaraníes sino también de otros pueblos originarios.
El territorio en conflicto cuenta con 6033 hectáreas, y a partir de la realización de un relevamiento en 2015 se determinó que son ocho las comunidades que lo habitan. En 1971, el terrateniente-empresario francés Huberto Bourlon de Rouvre compró la Finca Tres Lomas junto a su esposa en esas mismas tierras, que desde entonces disputa con los pueblos originarios que ya vivían allí. En octubre del año pasado, Bourlon de Rouvre colocó un portón con candado en el camino lo que originó un nuevo conflicto que aún continúa.
Sin embargo, la presión y amenazas del empresario lograron torcer la pelea de algunas comunidades. “Al principio estábamos las ocho comunidades juntas luchando, pero el francés las presionó, amenazándolas con que iban a ir presas si seguían usurpando, como él dice. Entre todos tenemos como 20 denuncias, y la otra gente entró a mediación, dijeron que no querían tener más problemas con el francés y firmaron un acuerdo. Nosotros fuimos la única comunidad que se resistió y dijimos que con él no íbamos a hacer ningún convenio y que queríamos ser libres de portones y de extranjeros que quieren usurpar nuestras tierras. Por esa causa las otras comunidades se hicieron a un costado, firmaron un convenio con él y nosotros fuimos la única que no está de acuerdo con que pongan portones y que él ponga condiciones a nuestra manera de vivir que es con la que venimos desde hace siglos”, explicó Diana Situe, hija del cacique de la Comunidad Guaraní Happo Puau, en diálogo con el programa radial La Retaguardia, que conducen Fernando Tebele y Eugenia Otero.
Situe se refirió además al contenido del acuerdo que las otras comunidades sí firmaron con el terrateniente-empresario: “uno de los puntos era que iban a alambrar y poner portones en todo el territorio. Él nos acusó de que robábamos las maderas, obviamente que nosotros nos opusimos a esto. Lo que le molesta a él es que nosotros tenemos vehículos; en el territorio no hay agua, tampoco luz, está más o menos a 5 kilómetros de la parte baja y tenemos que caminar esos 5 kilómetros para la parte de arriba llevando agua para los sembrados y todo lo demás.; nosotros cargamos el agua en los bidones y los llevamos para regar el sembrado, e íbamos en vehículos y eso es lo que le molestaba, entonces nos acusó de que robábamos madera. Pero nosotros vivimos de nuestro trabajo, sembramos, también hay otros hermanos que son albañiles, y así tenemos distintos trabajos pero no por eso él nos va a denigrar diciendo ‘¿cómo una aborigen puede tener auto, un celular?’, pero es el progreso que gracias a nuestro trabajo conseguimos. Esa es la bronca que tuvo y sigue teniendo de cerrarnos el portón y que no pasemos con el vehículo, lo que a nosotros nos impide llevar el agua al sembrado”.
La visita de Félix Díaz
A mediados de febrero, los integrantes de la comunidad recibieron en el acampe que mantienen a la vera de la ruta a Félix Díaz, quien acudió en representación del Consejo Consultivo Indígena que preside. Al ser consultada por La Retaguardia acerca de si la presencia de Díaz había sido tomada como un gesto de presión o un apoyo, Situe fue clara: “nosotros no pertenecemos a ninguna organización social, ni de pueblos originarios. Es la primera vez que estamos reclamando algo justo para nosotros, porque somos los hijos, los nietos de los viejos que en su momento no chillaron, no hicieron ninguna denuncia, entonces como nosotros vamos a defender nuestro territorio, no pertenecemos a ninguna organización de los pueblos originarios. El acampe está abierto para todas las organizaciones que quieren darnos su apoyo, en este caso recibimos al hermano Félix Díaz como un apoyo de un hermano, porque si bien está en el Consejo Consultivo él se comprometió a presionar al gobierno, a los organismos a los que les compete esta situación en que se apresure el proceso de nuestra carpeta técnica, que se encuentra en este momento en la provincia de Salta y es cuestión de mover los papales y que llegue a Nación; desde ese punto el hermano Félix se comprometió a presionar. Pero nosotros lo recibimos como un apoyo más allá de que él tuvo en su momento conversaciones y se habrá juntado con el gobierno actual, pero nosotros queremos creer o tenemos esperanza en él y en que mueva los papeles”.
Volver a las raíces
Diana Situe tiene 28 años y al igual que muchos jóvenes de su comunidad salió a dar pelea por sus derechos ancestrales, a exigir ser respetados como pueblos originarios, una lucha que no siempre han dado con la misma vehemencia sus padres y abuelos. “Yo no sé mi lengua materna, la conozco pero no la hablo, pero creo que es cuestión de sentirse orgulloso de sus propias esencias –reflexionó al respecto Situe–. En su momento, mis viejos por ejemplo tenían vergüenza de hablar en la escuela y en la calle el idioma porque los discriminaban; hoy por hoy yo siento al ver otras luchas de otros hermanos, como los mapuche y otras comunidades que luchan, ese entusiasmo que te contagia. Desde que tengo mis 20 años he participado de muchos encuentros, nos invitó el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), e incluso en una organización Bartolina Sisa, muchos encuentros siempre referidos a los pueblos originarios, y me he encontrado con jóvenes de mi edad que siempre en su forma de hablar y cómo ellos se sienten orgullosos de su esencia, es eso que a mí me contagió y me dio esas ganas de hablarle a mis otros compañeros y hermanos y decirles que defendamos lo que es nuestro, lo que nos pertenece, lo que nos dejaron nuestros abuelos, las culturas, volvamos a superar eso sin la vergüenza que tenían nuestros abuelos. Ese es el entusiasmo y esos encuentros hacen que vos te animes y sientas el apoyo de que existen otros grupos de jóvenes que pelean por la misma causa, el mismo conflicto que vos tenés en tu territorio, y venís con todas esas ganas a decir ‘esto es mío y lo voy a defender’”.
¿Chau educación bilingüe?
También se le consultó a Situe qué ocurre en sus comunidades con la educación bilingüe y la presencia de maestros originarios: “más allá de que se dé o no en las escuelas, me parece que hay mucha gente que debería recuperar la lengua y pelear por eso, porque acá hay varias escuelas, por ejemplo, en Embarcación, en las que se enseña muy poco la lengua materna. El wichí sí hay maestros bilingües, pero por ejemplo en mi comunidad tengo una escuelita donde no hay maestro bilingüe y son todos guaraní y la verdad que es una lástima que se pierda eso. De esto también pusimos al tanto a Félix y hay que pelearla nomás. Estamos con la postura de que eso se recupere. Es una de las herramientas que el pueblo guaraní tiene para pelearla, quiero que mis hijos cuando sean grandes digan ‘soy guaraní, tengo esto y hablo esto y tengo mi cultura y la voy a defender’, es cuestión de incentivar a los chicos, los hijos, los hermanos y a todos los jóvenes de la comunidad que hay que defender, es una riqueza muy grande que tiene el pueblo guaraní que hoy por hoy muy pocos jóvenes se prenden con el tema”, aseguró la joven.
Hacia el cierre de la charla con La Retaguardia, Situe reiteró que para que su comunidad levante el acampe al costado de la Ruta Nacional 34, es preciso que se les reconozca la carpeta técnica del relevamiento efectuado en 2015 de las comunidades que habitan el territorio en conflicto: “hace ya mucho tiempo, dos años. Ya tuvieron el tiempo suficiente para seguir todo el proceso; ahora ponen la excusa del cambio, de que no hay presupuesto, un montón de peros, pero pasaron dos años y tienen el tiempo suficiente como para aceptar el cambio y mandarlo a Buenos Aires y es cuestión de ponerle ganas”.
En este punto, Situe explicó que esta carpeta es una herramienta con la que cuentan las comunidades para defender con más fuerza su territorio: “más allá de que tenemos nuestros derechos consuetudinarios, necesitamos ese documento, tenemos derecho a obtenerlo”, finalizó.
Ya cumplidos 30 días de acampe, la comunidad Happo Puau continúa firme en su reclamo, al costado de la ruta, y a la espera de respuestas.