El Frente Amplio ha venido silenciosamente instalando una esperanza en Chile a la que debemos responder con claridad, para que su propósito llegue más lejos que todo intento anterior, buscando unir las demandas políticas y sociales de nuestro país.
Este proyecto no obedece al antiguo paisaje de los líderes y la masa, en que se aprendió a usar a otros para ser catapultado hacia la cúspide social. Se trata de forjar un tipo de acción diferente para acercarnos a un tipo de sociedad en la que se requiere reconstruir el tejido social que fue destruido por otros.
Todavía quedan militantes políticos que se inquietan por saber “quién” será el próximo presidente, senador o diputado. No se comprende que en la desestructuración general en que se vive, poco significan las mentadas «jerarquías» en orden a la transformación social. Hay otros casos en que la inquietud está ligada a la propia situación personal de supuestos militantes “preocupados por su ubicación en el ámbito del negocio político”. Todo esto se corresponde con un tipo de actitudes que muestran su insuficiencia en un momento de construcción, al tiempo que lo enlentecen.
Estamos diciendo que comprometidos con la acción conjunta y actuando en diversidad con otros en la consecución de objetivos sociales con sentido, debemos tener en claro muchos defectos que en el pasado arruinaron a las mejores causas: maquiavelismos ridículos, personalismos por encima de la tarea proclamada en conjunto y autoritarismos de todo tipo, ya no tienen cabida en el momento actual porque la urgencia nos obliga a abandonar esas precarias e irracionales prácticas que entorpecen el proyecto en marcha.
Tales prácticas entre quienes hemos iniciado este proceso, se encuentran por fortuna procesando de manera positiva. La reflexión y madurez política se ha ido asentando y el trabajo conjunto ha ido ganando un espacio muy significativo.
Entonces ¿qué podemos tener en cuenta para evitar este tipo de circunstancias para quienes se acercan? Por lo pronto cada agrupación o persona debe tener en claro, ciertas condiciones de trabajo que nos ayudan a superar tales problemas. De ese modo, muchas de las actitudes mencionadas antes, tienen el enmarque correcto para su tratamiento. Entonces es bueno saber a qué se viene al Frente Amplio.
Se viene a converger y no a disentir, poniendo el esfuerzo, ideas y propuestas con aprecio por la construcción que se ha forjado, para este propósito transformador alejado de viejas prácticas. Se viene a ponerse a disposición y no a utilizarlo, para el éxito particular, inmediato o de coyuntura.
Se viene a construir una nueva forma de acción política con sincronía social y no a poner en antagonismo a los movimientos sociales y a las agrupaciones políticas. Bueno es lo que une ambos mundos y malo lo que los separa.
Se viene a aprender un nuevo modo de hacer, en que la capacidad de liderazgo se gana por el trabajo sencillo, sin estridencia. Así, los liderazgos no viene por defecto en términos de historia estrechamente personal, sino social, genuina y sobretodo actual.
Se viene a comprender que nos encontraremos con dificultades y que ellas requieren de flexibilidad para su reflexión y superación. En toda tarea conjunta existen y existirán problemas, pero no es en la crítica parcial y no comprometida como pueden ser superados.
Se viene a trabajar en conjunto con otros y no a decir a esos otros lo que hay que hacer, porque lo que está en construcción es un ámbito diverso y reflexivo, cuya intención busca lo mejor para avanzar de forma clara y decidida por sobre los obstáculos.
Se viene a construir una relación de confianza y no a generar desconfianza entre los compañeros de lucha, confiando en que cada uno aportará desde su propia sensibilidad y posibilidad para el beneficio de todos y todas.
En síntesis se trata de poner la mirada más allá de lo que conocemos y hemos aprendido a considerar “normal” en la actividad política y social, para abrirla a una práctica que sea capaz de referenciar una nueva actitud y una nueva manera de construir la transformación política y social de nuestro país.
En cualquier caso la puerta está abierta y son bienvenidas todas las organizaciones sociales y políticas que coincidiendo con nuestras propuestas vienen genuinamente a trabajar en este ámbito.
Esta es nuestra responsabilidad, para responder a la esperanza que muchísima gente está depositando en nosotros.