El lunes 20 de febrero, el parlamento británico debatió si debían o no permitirle una visita de Estado a Donald Trump, tomando en cuenta que la Primer Ministro Theresa May le ofreció una invitación cuando fue a Washington, siete días después de la inauguración de Trump.
1.8 millones de personas firmaron una petición en la que se pide que la invitación se retractada, en tanto sólo 300.000 personas firmaron otra petición a favor de la visita. Ayer se discutieron ambas peticiones en el palacio de Westminster.
El periodista Owen Jones y la Coalición Detengamos a Trump (Stop Trump Coalition), junto a el movimiento Un Día Sin Nosotros: Protesta Nacional Reino Unido (One Day Without Us: UK National Protest) convocaron a un día de acción a nivel nacional que se realizaría el 20 de febrero, para “ponernos de pie y decirle que no al futuro de odio, racismo y división que Donald Trump está intentando crear, y para decirle que no a la vergonzosa complicidad en la que está cayendo Theresa May y el gobierno británico al apoyarlo”.
Alrededor de 7000 personas se reunieron en la plaza Parliament Square a escuchar a diversos oradores. Entre ellos hubo miembros del parlamento, líderes de sindicato y miembros de asociaciones en contra del racismo. Hubo eventos similares en muchas otras ciudades, en todo el país.
El ministro de exterior Sir Alan Duncan dijo: “creemos que es absolutamente correcto que todos usemos las herramientas que tengamos a disposición para establecer un terreno común con el presidente Trump”, confirmando que la intención del gobierno es continuar con la invitación.
El debate del parlamento terminó sin que se votara al respecto de la visita, pero las protestas muestran que la llegada de Trump será enfrentada por una amplia oposición.
Traducido del inglés por Emilio Stanton