Nepal realizará sus primeras elecciones locales en 20 años a mediados de mayo, anunciaron hoy fuentes gubernamentales, lo que eleva las esperanzas de estabilidad política en un país profundamente dividido.

 

Las últimas encuestas para los órganos locales en este país de Asia meridional fueron en 1997, mientras los puestos quedaron vacantes en 2002, cuando terminaron los mandatos en medio de una guerra civil.

Más de 700 municipios y consejos de aldea irán a las urnas el 14 de mayo, a pesar de una amenaza de los grupos madheshi del sur por no haber enmendado la Constitución para cambiar la división administrativa.

Con la medida, el gobierno allanó el camino para terminar con un vacío de varios años a nivel popular, al cumplir con una disposición crucial de la Carta Magna, pero se enfrenta a la oposición de Samyukta Loktantrik Madhesi Morcha, una alianza de siete partidos regionales.

Así, en respuesta al anuncio, el grupo -solicitante de una enmienda constitucional antes de anunciar las fechas de las elecciones- emitió una declaración donde amenazó con cerrar una vasta franja de área en las llanuras del sur del país.

‘Nos vemos obligados a continuar las protestas a menos que las autoridades modifiquen la Constitución tras un acuerdo con nosotros’, subrayó el comunicado.

También presionaron al gobierno de coalición del maoísta Partido Comunista de Nepal y el Partido del Congreso con la posibilidad de retirarle su apoyo.

Exactamente 17 meses después de promulgar la Constitución y del nacimiento de la República, Nepal convocó a las primeras elecciones locales acuciado por los plazos previstos para convocar comicios municipales, provinciales y centrales antes del 21 de enero de 2018.

En tanto, el desacuerdo con la Carta Magna llevó a esas formaciones políticas de la región de Terai, la más rica y fronteriza con la India, a un bloqueo del que Katmandú acusó a Nueva Delhi, causante de una crisis económica considerada aún peor que la provocada por el terremoto de abril de ese mismo año.

Mientras la guerra civil terminó con un acuerdo de paz en 2006, la política fracturada fue a la deriva, con frecuentes cambios de gobierno y violentas protestas entre grupos étnicos que exigen derechos y una mayor representación en las instituciones estatales.

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