Hemos decidido realizar este proceso con un espíritu de unidad y estimular la participación de los grupos fuera del Acuerdo Nacional de Cese el fuego (firmado por ocho organizaciones en octubre de 2015), según dijo el vice director general de la Oficina Presidencial Zaw Htay citado por medios de prensa.
Ese encuentro, que toma el nombre de uno realizado en 1947, permitió a una veintena de grupos étnicos armados expresar sus criterios y aspiraciones políticas.
Esta nación multiétnica es escenario de conflictos armados desde hace décadas, incluida la situación de la minoría musulmana rohingya en el estado de Rakhine, nuevamente tema de actualidad desde octubre pasado cuando tres puestos fronterizos fueron atacados con saldo de varios policías muertos.
A esos sucesos siguieron operaciones del Ejército para capturar a los asaltantes y luego trascendieron denuncias de abusos contra miembros de la referida comunidad por parte de soldados. Medios de prensa reportaron desde violaciones de mujeres hasta incendios de viviendas, rechazadas por el Ejecutivo.
El nuevo escenario obligó a decenas de miles de rohingyas a abandonar sus lugares de residencia y muchos cruzaron a Bangladesh. Por todo ello organizaciones de derechos humanos y agencias de la ONU, entre otras, critican al gobierno de Myanmar, que considera cuanto acontece allí un asunto interno.