La marcha civil por Alepo es un movimiento civil que está atravesando Europa, siguiendo la ruta de los refugiados, pero en dirección a Siria. Es una iniciativa de solidaridad que también alienta a los que están participando a ayudar activamente a los refugiados y a luchar por la paz en Siria y sus ciudadanos.

Desde el comienzo de febrero, la marcha civil pasó por Austria y también por Baja Austria, siempre a pie. El 7 de febrero, los marchistas llegaron a Viena. Más de 1500 personas participaron en la ruta que comenzó en Berlín y terminó en Viena.

Entrevista con Anna Alboth, iniciadora de la marcha:

¿Cómo estás, después de estos 45 días?

Estoy feliz de que logramos pasar relativamente bien los 45 días. Cuando comenzamos, me preocupaba que, luego de un tiempo, las personas se iban a hartar, y que el equipo se desmoronaría. Hubo muchos desafíos, y no sabíamos cuántos problemas más íbamos a tener. Quizás, si es que lo hubiéramos sabido antes no habríamos iniciado la marcha. Hay problemas logísticos, como las condiciones climáticas. También, algunas personas enfermaron durante la marcha, y hubo mucha crítica de las personas que estaban en contra de la marcha e intentaron boicotearla.

Se hizo correr la voz de que yo le estaba pagando a la gente para que marchara con nosotros. Para mí fue muy doloroso. Yo tengo muy buena condición física y creo que esta marcha tiene mucho sentido, sin embargo, cuando terminaba la marcha en la tarde, agotada de tanto caminar, y al encender mi computadora tenía que enfrentarme a una “guerra por Internet” … Muchas veces me ponía a llorar.

Estoy bien física y mentalmente… Todos tenemos momentos en los que nos sentimos agotados, pero me siento profundamente conectada con estas personas.

Cada dos o tres días, nos encontramos con personas que vienen de Siria. Hay mucha comunicación e intercambio entre los marchistas, y también con los sirios y las demás personas con las que nos encontramos. No me esperaba que las personas que participaron en la marcha comenzaran proyectos en las ciudades donde viven, cuando volvieron a sus hogares. Estoy profundamente convencida de que esta marcha tiene mucho sentido, y que lo que estamos haciendo es algo bueno, pero no esperaba que esto tuviera consecuencias tan pronto.

¿Qué va a pasar cuando lleguen a la frontera de Siria?

Por ahora, es imposible cruzar la frontera de Siria. Si llegáramos a la frontera mañana no podríamos entrar a Siria. Y, precisamente, ése es el problema. Las personas tendrían que poder entrar a Siria, y debería ser posible ir a las ciudades. La situación ha cambiado desde que comenzamos a planear la marcha. Muchas personas nos preguntaron si sabíamos que la situación en Alepo ha cambiado, y le dije que sí, que estoy en contacto con algunas personas que viven ahí. Pero no podemos simplemente olvidarnos de esta situación, luego de todos estos años de guerra, aunque tampoco podemos ignorar el peligro que implicaría ir a Alepo. Es por eso que el nombre de la marcha es “Marcha Civil por Alepo” y no “Marcha Civil a Alepo”.

Incluso si llega a haber paz, felicidad, democracia y todo por lo que luchamos, aún habría mucho que hacer. Siempre hay mucho que hacer por muchos años luego de una guerra. Espero que el mundo no se olvide de eso. Y por supuesto que sueño con que vamos a poder ir a Siria sin arriesgar la vida de nadie. Y probablemente cuando llegue voy a abrazar a todo el que me encuentre.

¿Qué otras experiencias quieres compartir con nosotros?

Cuando comenzamos la marcha, éramos 500 personas. Sólo 10 personas han permanecido desde el principio. Hay un constante flujo de participantes que vienen y otros que se van. Hasta el momento, 1500 personas se han unido. A veces somos 20, y a veces 200. Algunos marchan por un día y otros por una semana. Es maravilloso que el grupo vaya cambiando, hay mucha diversidad, cada día el grupo distinto, pero no hay ninguna oportunidad de desarrollar una dinámica de grupo, lo que es una dificultad para el proyecto.

Necesitamos tener un equilibrio entre hacer cosas serias y pasarlo bien haciendo cosas divertidas. Queremos educarnos, así que hacemos eventos, tardes de discusión o vemos una película y luego la discutimos, pero también necesitamos divertirnos porque somos un grupo de personas que están juntas las 24 horas. Dormimos en el mismo lugar, marchamos por 30 km, y a veces la temperatura baja a incluso 16°C. Las personas necesitan una pausa, o si no se vuelven locas.

Yo no tengo experiencia organizando, por lo que hemos hecho muchos errores. Siento que la Marcha Civil es un largo proceso de aprendizaje. He aprendido mucho sobre política y a expresarme bien y discutir sin pelear. Y también todos los temas logísticos, organizar un desayuno o cocinar para 200 personas. Antes no sabía cómo hacerlo, pero ahora lo sé.

Para leer información constantemente actualizada:

http://civilmarch.org/

https://www.facebook.com/CivilMarchForAleppo

Traducido del inglés por Emilio Stanton