Por Leticia Corral / ANRed
Un desproporcionado operativo policial, obligó a un grupo de mujeres a que dejen de hacer topless en una playa en la ciudad de Necochea. El video –donde se puede observar la forma en que los policías varones, amenazaban a las mujeres con llevarlas detenidas por no tener el corpiño de la bikini puesta, mientras que otros varones que estaban en la playa arengaban para que se las llevaran detenidas–, invita a preguntarnos ¿qué es lo que les molesta? ¿Las tetas?
En una playa del centro de la ciudad de Necochea, un grupo de mujeres que estaban tomando sol sin corpiño fueron increpadas por la policía para que se cubrieran, bajo la amenaza de que si no lo hacían iban a llevárselas detenidas. Ante la negativa de las chicas, comenzó una discusión. Para los policías mostrar los pechos en la via pública… es una contravención.
Rápidamente googleo. La terminología jurídica es un gran sistema de nombres. Opone un nombre a determinada acción. ¿Qué es una contravención? Dice la Wikipedia: «El término contravención es utilizado en el ámbito del derecho, y sirve para designar aquellos actos que van en contra de lo legalmente establecido y esos actos pueden representar un peligro tanto para quien lo realiza, como para otros individuos».
Poco me aclara el concepto, porque no me queda claro qué peligro para terceros representan unas simples tetas. Y menos aún que hayan concurrido al lugar 20 agentes de policía y 6 patrulleros.
Claramente el peligro que representan las chicas en topless, es desafiar el orden patriarcal imperante. Porque para la cultura machista las tetas deben estar al aire, exhibirse, solo para el festín de los machos. Las tetas las tenés que mostrar en el programa de Tinelli, no en una playa porque así lo deseas vos.
Porque si no hay un macho mirando «el espectáculo», resulta una inmoralidad que los menores te vean. ¡Si!, curiosamente esos niños y niñas que amamantamos con nuestros pechos.
Hay un orden moral que no esta tipificado en ningún código, que se está rompiendo: y es esa idea socialmente construida de lo que una mujer debe ser. Aquellas definiciones que se asocian a una mujer políticamente correcta: buena madre, buena esposa, trabajadora, amable, dulce, amorosa con sus hijos. Ésta buena mujer no puede ir en tetas, porque moralmente no es aceptable. Por ese motivo, reiteraban los policías: ¡esta es una playa familiar! Esa inmoralidad no pega con la idea de familia heteropatriarcal. En una playa familiar, esas chicas deberían estar bien tapadas o cuidando de sus hijos.
Muchos varones incluso jóvenes, se mostraron muy enojados amparando a la policía y pidiendo que las chicas abandonen la playa: ¡Vos no podés hacer eso! ¡No podés hacer lo que se te canta! les gritaban. Porque «hacer lo que se te canta» es una posibilidad sólo para los varones, no para nosotras. Y si tu decisión es hacer lo que quieras con tu cuerpo, te ves expuesta a toda una serie de consecuencias que van desde las más violentas, como violaciones, femicidios, a que debas abandonar una playa, por desobedecer. Aquí radica otro problema: la obediencia.
Hay que obedecer y no discutir el rol que debemos cumplir. Por eso mismo enoja tanto que «te hagas la rebelde». Alguna vez escuché en boca de la militante feminista Nina Brugo decir que los machos tienen miedo a nuestra sexualidad, nos temen. Porque nosotras ya no queremos reprimir nuestras libertades individuales, no queremos que nuestra sexualidad sea recortada, por salirnos de los marcos establecidos. Queremos deshacer esos estereotipos que nos oprimen, y nos obligan a obedecer. Queremos exhibir nuestros cuerpos cuando lo deseemos, sin que resulte una inmoralidad decidirlo. Porque no hacemos topless para provocar a ningún macho, para ofender a la familia heteropatriarcal. Simplemente hacemos topless para tomar sol.