En el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas nos reunimos del 13 al 15 de enero de 2017 educadores y educadoras de distintos puntos de Chile (Arica, Santiago, Los Angeles, Concepción), Argentina (Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata), Perú (Lima), Brasil (San Pablo, Río de Janeiro) y Paraguay (Asunción) bajo el lema “El Paradigma del futuro: Aprendizaje Intencional, transformador y no violento”. Luego de estas jornadas concluimos que:
Aspiramos a que se fortalezca una referencia interna para que de ese modo crezca la convicción de un mundo más humano posible, de ese futuro que en algún momento todos nos imaginamos en nuestras vidas. La imagen de ese mundo, cuando nos encontramos con dificultades en nuestra labor como educadores podemos evocarla para seguir adelante.
Sabemos que hay muchos más educadores y educadoras con quienes compartimos el mismo pensamiento, que tenemos la esperanza de una nueva Educación. En este encuentro se nos fortaleció esa esperanza porque no somos uno, ni dos, ni tres, somos muchos y seguro haya muchos más. Ahora tenemos más herramientas, más formas y estrategias, para que podamos ir construyendo eso que tanto anhelamos: humanizar la educación.
Porque hoy falta ese sentido de humanidad, podemos indicar el camino para recuperarlo. Porque la humanidad hoy está muy devastada, y necesita de educadores que tengan las ganas de un mundo mejor, como los que nos reunimos hoy aquí. Queremos recobrar esa humanidad y darle sentido a la vida, porque hay muchas personas que están buscando eso. Como profesores, maestros, transformamos vidas, y podemos ayudar a otros a darles un renovado sentido a sus vidas.
Notamos que cada año vamos creciendo, vamos viendo la diferencia. Y cada año, asimismo, venimos a este lugar en el medio de las montañas, al Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, a buscar la inyección, el impulso para seguir trabajando en este intento. Nos llevamos muchas ganas de hacer, nos vamos con inspiración y numerosas ideas para implementar en los ámbitos educativos.
Aspiramos a poder compartir con los docentes, con otros colegas, y no a imponer. La idea es que ellos se apropien de todo esto y que podamos construir juntos. Nos llevamos nuevas herramientas para trabajar con los niños y con los profesores, porque habilitando a los docentes estamos habilitando también a los niños.
En este encuentro en todos los talleres nos surge el rostro de los estudiantes, de los jóvenes. En esos rostros vemos la necesidad de esta tarea de potenciar la Educación Humanizadora. No podemos hablar menos que de revolución, eso estamos planteando: una revolución en la educación, a pesar de que sea una palabra manoseada. Hay jóvenes estudiantes que también han tomado la difícil tarea de transformar la educación, que han dado muestras de querer cambiarlo todo, con ellos tenemos que seguir tejiendo redes. Porque sabemos que es muy importante un cambio en la educación vinculado con lo espiritual, con lo trascendental, con el ser humano como valor central. “Mis actos tienen en tí mi blanco de libertad”, dice Silo en “Acerca de lo humano”, eso también es un acto revolucionario.
Volamos en alas de un pájaro llamado intento, los humanistas a veces somos incomprendidos, nos ven como utópicos, pero la utopía puede ser muy tangible, hay que hacerla carne, además de transmitirla, irradiarla, intentar, intentar y no parar. Es importante seguir armando la red en esa dirección
Fue un reencuentro con la vocación profunda. Hemos integrado eso espiritual, que conmociona, que toca almas, eso es la profunda vocación. Nos llevamos cosas para estudiar, aprender, aplicar. Nos llevamos la certeza de que la vocación da un sentido querido y diferente a nuestra vida. Da fuerzas para emprender lo que sea, hace sentir que todo es posible y que en realidad no tenemos límites, juntos podemos humanizar la Educación y más allá.
Punta de Vacas es un lugar mìstico, con estas montañas, con la magnitud de los Andes, un lugar que siempre da eso mágico, conecta con esa espiritualidad. En este lugar en 1969 Silo lanzó su mensaje, un mensaje que invitaba a superar la violencia, el sufrimiento, que se lanzaba en un mundo convulsionado, con guerras y golpes de Estado. Muchos decían que era un mensaje que no tenía destino, y hoy a poco menos de 50 años de aquello, estamos profundizando aquí su mensaje. Venir a este lugar es nutrirse, es venir a las fuentes del verdadero mensaje humano. Venir a este lugar a encontrarse con gente que está en esa misma búsqueda. Agradecemos a Silo, sentimos que está acá presente acompañándonos. Es el agradecimiento a un mensaje tan potente que hace posible que todavía los humanistas sigamos con este intento de transformar el mundo, una tarea difícil, pero posible.
Este lugar donde está la montaña, el sol, el viento, un lugar que se carga de la energía de las mejores aspiraciones de la gente, que nos invita a tomar contacto con eso sagrado que habita en nosotros. Con eso sagrado que nos invita a bucear, a aprender, mucho más allá de lo que dicen las palabras. En 2019 se cumplen 50 años de que Silo lanzó su mensaje, desde la Copehu convocamos también a encontrarnos aquí a celebrar ese momento tan significativo.
Hoy podemos sentirnos en el camino de la construcción de una Nación Humana Universal, todos pertenecemos a ese mismo espacio que estamos construyendo más allá de que estemos en distintos países. Porque en cada encuentro se hace presente ese futuro querido, y luego llevamos al mundo un mensaje de un futuro abierto, de un futuro distinto, desde un registro de hermandad y de un proyecto común. Vamos a seguir trabajando en este paradigma del futuro, desde ese registro de la causa común, desde el registro de lo humano, de la fuerza, de la fe inquebrantable de que somos una saeta que vuela hacia los cielos en búsqueda del mayor de los destinos para la humanidad.
Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu)
15 de enero de 2017 – Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas