Cuando se asume la interculturalidad como espacio de diálogo fecundo, se reconocen percepciones y prácticas del proceso salud-enfermedad-atención que se sintetizan no sin contradicciones.
Por Daniel Esteban Manoukian*
En la mitología griega, Higía (Hygeia en latín, Salus-Salus Publica Populi Romani, diosa del bienestar público de los romanos) fue la diosa de la salud, limpieza e higiene. Se le asoció con la prevención de la enfermedad y la continuación de la buena salud. Su nombre dio origen a la palabra “higiene”.
Panacea (que todo lo cura), también de la mitología griega, fue la personificación de la curación; después su sentido se transformó para ser el medicamento capaz de curar todas las enfermedades y la solución de todos los problemas.
La historia de la medicina está regada de esfuerzos por conjugar prevención y curación. Higía compite con Panacea todo el tiempo, reconocen distintos padrinos y responden a distintos intereses. Sin embargo, en la oportuna y efectiva complementación de ambas es cuando encontramos un equilibrio, siempre inestable, que nos permite crecer en favor de la salud colectiva.
Mucho de esa búsqueda reconoce en la interculturalidad una manera de enriquecer la mirada para encontrar nuevos y mejores senderos a favor de la salud. El sustento de la interculturalidad en salud es asumir y reconocer distintas percepciones y prácticas del proceso salud-enfermedad-atención, que operan, se ponen en juego, se articulan y sintetizan, no sin contradicciones, en las estrategias de cuidado, las acciones de prevención y curación en contextos pluriculturales.
El mexicano Sergio Lerín Piñón, sobre la interculturalidad refiere que, “implica reconocer al otro u otros, como seres dignos de ejercer sus derechos, valorando la diversidad como riqueza potencial.” No siempre es fácil asumir el desafío de construir con esos otros, tan sabios, tan decentes, tan dignos.
Por esa razón es una buena noticia que la Legislatura neuquina haya aprobado por unanimidad y en general el proyecto de Ley que impulsó el diputado Eduardo Fuentes (Nuevo Encuentro) para que se instrumente un proceso de consulta previa a las comunidades mapuches para recabar aportes con el fin de redactar la ley de salud mapuche.
En el recinto se hicieron presentes las autoridades de las comunidades Ruca Choroi y Huengueihual de la zona centro de la provincia del Neuquén.
Como miembro informante y autor de la iniciativa, Fuentes expresó “tengo muchas expectativas en que se pueda reconocer e instrumentar la interculturalidad también en lo que respecta a salud en toda la provincia” y agregó “la incorporación clara y concreta de la medicina mapuche, en conjunto con la medicina tradicional, puede aportar contenido, afecto, calidad, pero por sobre todas las cosas, naturaleza”.
Y compartió que “el 80% de los fármacos están hechos sobre la base de plantas medicinales. Plantas que las comunidades manejan y conocen desde siempre” además dijo que “el proceso de conocimiento no siempre necesita de un nombre artificial, de una cajita bien presentada, de una propaganda en televisión. Muchas veces necesita de la profundidad del conocimiento, de la experiencia sobre el problema”.
“Mi valoración a la medicina mapuche está en la confianza, en el vínculo, en el afecto que genera la relación entre el o la curadora y su paciente. Cosa que la medicina tradicional viene perdiendo, entregándose a los beneficios del mercado” sostuvo el legislador.
La interculturalidad es un espacio de diálogo fecundo con claves propias de un proceso de comunicación, que parte de saber que no sabemos, de que todos nos acerquemos con honestidad y respeto, manifestando nuestros propósitos, clarificando nuestros supuestos previos y eliminando en lo posible, todas las barreras simbólicas que nos separan.
Ese espacio de diálogo y de consulta, como la que se propone inaugurar con la ley aprobada, deberá corroborar nuestra capacidad de escucha y también la del otro. Resultará necesario explicar nuestras interpretaciones y cotejarlas con el otro, abriendo un espacio que seguramente no será lineal y no exento de complejidades, pero que claramente puede resultar enriquecedor para el conjunto.
Fuentes concluyó su presentación haciendo referencia al proceso de consulta previa: “de la Salud Mapuche deben hablar los mapuches. Nosotros estamos cumpliendo con lo solicitado por los loncos de las comunidades de la zona centro de la provincia”.
Luego volvió a tomar la palabra y expresó que un “legislador no nace de un repollo” haciendo referencia a que el partido al que pertenece fue quien impulsó en 2004 el primer Municipio Intercultural en la localidad de El Huecú cuando Rodolfo Canini, presidente del partido, era intendente. Esa experiencia me motiva a seguir apoyando la lucha de las comunidades mapuches para que la interculturalidad sea una realidad en todos los ámbitos” reconoció.