Por Ayshell H. Grant
Ser afrolatino está lleno de sinsabores y alegrías. Por un lado eres negro o negra, pero por otro lado el ser negro en ocasiones o en la mayoría de los casos no está vinculado con ser latino. Cabe destacar que mucha de la cultura latina como la música, instrumentos y comidas son producto del aporte africano el cual está vinculado con el tráfico de esclavos.
La invisibilidad social del negro como ser humano es una problemática para los que la experimentan y una práctica normal para varios países que prefieren obviar el aporte sociocultural de los afrodescendientes pero aun así continúan apropiándose de la cultura, de nuestra cultura.
El afrolatino como tal carece de representación tanto a nivel social, como en la televisión, producciones cinematográficas, etc. A nivel mundial algunas personas tienen la percepción de que los latinos en su mayoría se ven como los actores de telenovela o presentadores de televisión de las grandes televisoras de capital hispano.
En ciertas situaciones las personas negras sufren del arraigo y exclusión social de un sistema contaminado por el aporte eurocéntrico proveniente de los colonizadores. Es como si el mundo girara entorno en excluir a las minorías sociales (no somos tan minoría) y a los pueblos que más han sufrido discriminación y maltratos por décadas. Si bien es cierto que vivimos en el siglo XXI, aún las injusticias y el rechazo social por el color de piel de un individuo prevalecen. Ante todas estas problemáticas el amor propio debe de predominar, al igual que la lucha constante por una igualdad social, educativa y cultural.
La lucha y el trabajo deben de empezar en el hogar, enseñando e inculcando a nuestros niños lo hermoso y mágico que es ser negro, la historia impregnada en nuestro color piel y lo maravilloso que es el ser parte de un grupo étnico en donde sobreabunda un mundo lleno de cultura.
El ser afrolatino requiere de aceptación y en darse cuenta que aunque el mundo no nos vea como parte de algo, dentro de nosotros mismos sabemos que somos parte de mucho, del mundo, de la historia y de las costumbres que muchos países latinoamericanos practican.