De acuerdo con la prensa local, los participantes en la movilización colmaron las calles de esta capital, algo parecido a una marea humana de color rojo y blanco, como la bandera indonesia.
Hace apenas unos días, la Policía imputó al gobernador de Yakarta, Basuki Tjahaja Purnama, por un supuesto delito de blasfemia.
Basuki, cristiano y de etnia china, declaró hace 11 días ante las autoridades que le investigaban por unos comentarios en los cuales rechazó unas críticas de adversarios basadas en un versículo del Corán.
El Gobernador negó que hubiera tenido la intención de blasfemar, denunció que el video en el que aparecía haciendo las controvertidas declaraciones fue manipulado, pero pidió disculpas por ofender a los musulmanes.
Luego, el pasado 4 de noviembre, el Frente de Defensores del Islam (FPI) convocó a unas 100 mil personas en Yakarta en una protesta para reclamar que se procesara a Basuki por blasfemia.
La movilización terminó con enfrentamientos entre la Policía y manifestantes.
En lo que a consecuencias políticas se refiere, la imputación compromete las opciones de Basuki a la reelección como gobernador de la capital, cargo al que ascendió al sustituir al actual mandatario del país, Joko Widodo, cuando este fue elegido presidente en 2014.
Indonesia es el país con más musulmanes del mundo, con un 88 por ciento de sus 250 millones de habitantes que profesan esa religión, la gran mayoría de forma moderada.