En una transmisión especial desde el auditorio de CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina), el programa radial “Voces sobre la mesa”, producido por la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica-ALER-, abordó el tema “Cobertura bajo riesgo y contextos de crisis” y lo hizo desde las experiencias de radios y redes comunitarias en Guatemala, Honduras, Argentina, Venezuela y Ecuador.
En Centroamérica, sobretodo en Guatemala y Honduras, nos encontramos con el mayor número de casos de desapariciones y asesinatos de activistas defensores de los bienes naturales, de derechos humanos y periodistas de medios comunitarios que cubren, acompañan e informan sobre estas luchas.
En Honduras, luego de la ruptura constitucional a causa del golpe de Estado, las represiones en contra de los activistas se han convertido en una constante, tal es el caso del asesinato de Berta Cáceres (activista) y la detención de Sandra Maribel Sánchez (periodista).
Existen 30 radios comunitarias que deben sobrevivir sin una ley que las ampare, a pesar de tener un papel primordial para la sociedad porque, en palabras de la gente de Radio Progreso: “La radio apoya a las comunidades, no a las transnacionales”, ya que los grandes medios son fácilmente sobornados.
Con la consigna “Nos juntamos, nos tomamos de las manos y salimos a buscar justicia”, es como los medios comunitarios de Guatemala, afrontan la represión e impunidad militar y empresarial que, hasta la fecha, apoyados en un discurso racista, bloquean los procesos de reconciliación, memoria y justicia por los que los pueblos indígenas y las comunidades de este país, siguen luchando.
Las radios comunitarias en Argentina, nacieron como una necesidad ante los abusos de la dictadura. Tras la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación, lograron avanzar y posicionarse, pero hoy, comienzan a sufrir las consecuencias de los embates del gobierno de Mauricio Macri que, nuevamente, deja el campo abierto a los monopolios de la comunicación.
En medio de una sociedad polarizada, los medios populares y comunitarios de Fe y Alegría en Venezuela, priorizan el auto análisis, el debate interno, la reflexión y la opción por “poner el micrófono en la calle porque es ahí donde la gente vive y sufre la realidad”.
Desde el oriente ecuatoriano llegó la experiencia de Radio Sucumbíos que, una década atrás, acompañó hasta el final la lucha de las comunidades contra las petroleras y transnacionales. Sucumbíos optó por confrontar al poder y tomar partido por la gente movilizada, que fue la gente que defendió la radio e impidió su cierre.
En todos los casos se destacó la importancia de trabajar en red como un mecanismo de contención, protección y ampliación de las voces de las comunidades con las que trabajan las radios populares y comunitarias, a lo largo y ancho del continente.