Por Helio Carlos Mello/ Jornalistas Livres. Traducción de Pressenza.
Frei Betto, dominicano y notorio militante de movimientos pastorales, conocido por su trayectoria de lucha contra la dictadura militar en el Brasil y exponente de la Teología de la Liberación, tuvo una charla exclusiva con los Jornalistas Livres sobre el lugar de la Iglesia Católica en el actual escenario político brasilero y mundial, la relación con las iglesias pentecostales y el avance del conservadurismo moral y político. Frai Betto afirma la responsabilidad social de la institución y garantiza que el papa Francisco es “hoy el único líder mundial capaz de aglutinar las fuerzas progresistas”. Sigue la entrevista completa.
–En los últimos años hemos asistido a un desplazamiento de poder y voluntades de la izquierda hacia la derecha. Eso se viene evidenciando e intensificando, lo que muestra que conflictos que creíamos superados o en vías de quedar en el pasado histórico siguen muy vivos y presentes. Al mismo tiempo, el papa Francisco se emplaza de modo progresista. ¿Qué está sucediendo dentro de la Iglesia en cuanto institución de manera general y en el Brasil? ¿Cómo se refleja la tendencia conservadora?
–El papa Francisco realmente sorprendió al revelarse mucho más progresista que el cardenal Bergoglio. Sucede que fue elegido pontífice después de 34 años de los pontificados conservadores de Juan Pablo II y Benedicto XVI, de modo que tenemos hoy una Iglesia Católica con cabeza progresista y cuerpo conservador. Ahora bien, las posturas de Francisco, sobre todo en su crítica contundente al capitalismo, tuvo una fuerte reacción contraria tanto de los medios como de cardenales, sobre todo en los Estados Unidos. Sin embargo él no se deja asustar. Es un hombre sin miedo, totalmente entregado a las manos de Dios. En el encuentro personal que tuvimos en Roma, el 9 de abirl de 2014, yo le dije en latín: “Fuera de los pobres no hay salvación”. Y él reaccionó de inmediato: “¡Estoy de acuerdo, estoy de acuerdo!”.
–Se escucha que parte de la Iglesia no apoya las aperturas propuestas por el nuevo Papa. ¿Cómo se manifiesta esa oposición en el Brasil? ¿Cómo se están comportando las partes más progresistas por aquí?
–En el Brasil las críticas son más discretas. Hubo una oposición abierta del arzobispo de João Pessoa, Aldo Pagotto, pero fue apartado por el mismo Francisco. Hay movimientos católicos conservadores que en el pasado eran ardorosamente papistas y ahora se sienten incómodos con los documentos y pronunciamientos papales. La CNBB (Conferencia Nacional de Obispos) oficialmente sigue al papa, pero no es capaz de hacer eco a sus palabras y posturas en la coyuntura brasilera. Tanto es así que la censura que Francisco hizo al golpe de Temer precedió al documento bastante diplomático de la CNBB sobre el mismo tema.
–¿Esas divergencias contribuyen a generar un debilitamiento de la Iglesia Católica o fomentan un movimiento más conservador en buena parte de Occidente?
–En la Iglesia siempre hubo divergencias, basta ver que Pedro y Pablo –principales apóstoles– pelearon feo tal como relata Pablo en su Carta a los Gálatas. Pienso que tales divergencias hacen a la Iglesia menos autocrática y un poco más democrática. Mientras haya desigualdad social y lucha de clases, eso se reflejará en el seno de todas las instituciones sociales, de la familia a la Iglesia. Por otra parte, hay una ola conservadora en ascenso en todo el mundo. El discurso conservador explota el miedo, como hizo Hitler, y eso induce a muchas personas a cambiar libertad por seguridad.
–¿Existe alguna posibilidad de que la Iglesia Católica vuelva a realizar el trabajo de base que se hacía en los años 80 con las pastorales y los grupos eclesiales de base? ¿Y hay alguna chance de que la Iglesia Católica apoye a los movimientos sociales de izquierda en el Brasil?
–El trabajo de base prosigue a través de las CEBs (comunidades eclesiales de base), de las pastorales populares, del Movimiento Fe y Política. Sin embargo, sufrió un retroceso bajo los pontificados de Juan Pablo II Y Benedicto XVI. Muchos obispos y padres progresistas fueron marginados en la Iglesia y asu ese trabajo de base perdió la fuerza qye tenía en las décadas de 1970-90. Ahora con Francisco hay un intento de rescatar las pastorales progresistas que siempre estuvieron junto a los movimientos sociales de izquierda.
–Llama mucho la atención la rapidez del cambio entre el Papa Benedicto XVI, que aparentemente renunció por presión progresista, y el Papa Francisco. ¿Fue un golpe?
–No fue un golpe. Benedicto XVI se sintió golpeado al constatar cuan profunda es la corrupción de la Iglesia, tanto la moral (pedofilia) como la financiera (vínculos de la Curia Romana con la Mafia). Él tuvo la humildad de reconocerse sin fuerzas para enfrentar tales presiones. Y Francisco ha actuado con pulso firme.
–El protagonismo político y social de la vertiente protestante parece haber asumido el papel de la católica, especialmente en las periferias. ¿Por qué pasa eso? ¿Esa pérdida de espacio podría estar relacionada también al fortalecimiento de un moralismo o en este tema las dos vertientes tienen iguales posibilidades de ser progresistas o conservadoras? ¿Usted imagina una posibilidad de conciliación ecuménica entre las iglesias evangélica y católica?
–El entendimiento ecuménico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Protestantes históricas es intenso y positivo. Sin embargo las iglesias evangélicas de perfiles pentecostales y neo pentecostales no están abiertas al ecumenismo, y explotan con astucia el sufrimiento del pueblo para ganar fieles, sobre todo en un país como Brasil, en que no hay servicios de salud accesibles para los más pobres. ¡Entonces aparecen los cultos milagreros!
–¿El papa es pop? ¿La Iglesia Católica aguanta eso? ¿Qué puede pasar?
–El papa es popular. Es más: hoy es el único líder mundial capaz de aglutinar a las fuerzas progresistas.
–¿Existe alguna amenaza real de renuncia del papa Francisco?
–Que yo sepa, no. A él le gusta mucho ser Papa. No tienen sustento los chismes que lo marcan como una persona debilitada frente a las presiones.
–¿De qué modo la bancada evangélica y los políticos evangélicos estarán viendo la postura del papa Francisco? ¿Cómo estarán recibiendo la noticia de la absolución de los pecados a las mujeres que practicaron aborto? La prohibición del aborto es una de las principales banderas de esos políticos…
–Bueno, Crivella (político y religioso brasilero) llegó a escribir y predicar que “la Iglesia Católica es diabólica”. Lamento que los obispos de Río no hayan reaccionado a la altura. Ciertas iglesias neo pentecostales (…) invirtieron en el Poder Legislativo y obtuvieron éxito. Ahora apuntan al Ejecutivo y el Judicial. Quieren dar a sus preceptos anacrónicos la fuerza de la ley civil… Todavía vamos a ver mucha tensión religiosa en el Brasil.