«¿Quién dijo que todo está perdido…?» Fito Páez no es el único en afirmar lo contrario. En Ciudad Oculta, el Estado está ausente pero existe «Otra historia».
Por La Retaguardia
Jorge Tasin trabaja haciendo activismo social hace 20 años en la Villa Ciudad Oculta, y el último trabajo que realizó su organización, la Asociación Civil Amaltea, fue la creación de un centro para chicos y chicas adictos al paco llamado Otra Historia. Para contar de qué se trata el proyecto y cómo se pondrá en marcha, en Radio La Retaguardia, Tasin dialogó con Matías Bregante y Rodrigo Ferreiro. Fue durante el programa Hora Libre.
“Estamos en el acto de la inauguración, todo salió muy lindo, vino mucha gente y está muy contenta. La idea del proyecto es profundizar la inserción en el barrio. Nosotros avanzamos como grupos hace mucho tiempo, casi 20 años, con un centro sociocomunitario, con un jardín maternal, siempre con la idea de arrancar con un espacio que sirva para resolver uno de los problemas más serios, más graves que tiene Ciudad Oculta y otros barrios de Argentina y Buenos Aires, que es el consumo de paco”, aseguró el militante. “Acá estamos inaugurando este programa luego de mucho tiempo, de mucho esfuerzo. Nos llevó un tiempo largo, alquilamos un galpón, empezamos, y hoy oficializamos el comienzo del proyecto. Estamos muy contentos, con muchas ilusiones, con mucho deseo de que la cosa vaya bien, la idea es construir un espacio que sirva de inserción, de desarrollo y crecimiento para muchos pibes y pibas que están realmente muy mal”, explicó.
La inclusión, como símbolo y como realidad
Para Tasin, “estamos en una sociedad que ha maltratado el lenguaje mínimo, entonces hay que tener mucho cuidado con el uso de las palabras porque, o están vaciadas de sentido o están cargadas de un sentido que no responde a la realidad. Se ha hablado mucho de inclusión en todos estos últimos años y la verdad es que, y no lo digo en términos partidistas ni políticos, recurro a la realidad, Ciudad Oculta en los últimos 20 años se ha duplicado o triplicado. Ese es un signo de que lo que crece y crece es la exclusión”, definió.
“Como decimos en un libro que está escrito por ahí que se llama El Paco, la historia de un fracaso, es que la mayoría de los pibes con los que nosotros trabajamos están des-sujetados. No son sujetos. No han constituido en su identidad la dimensión de ser un sujeto, de estar sujetos a una sociedad. Eso es porque hay una sociedad, un sistema que no los han sujetado, que los han ninguneado y dejado afuera de todo. La idea nuestra es fortalecer la empatía que ya tenemos con muchos de ellos a partir de todos estos años de laburo de barrio en otros espacios”, consideró.
Qué hacen
Sobre el trabajo con los jóvenes adictos, Tasin contó: “Los invitamos a que pasen, mínimamente, todo el día con nosotros. Que desayunen, que almuercen, que merienden, que cenen. El galpón es, básicamente, un lugar de trabajo. Un lugar donde vamos a dedicarnos al estampado de remeras, a reciclar palets, a hacer muebles y trabajar de una forma cooperativista inculcando la cultura del trabajo para que puedan construir. Tenemos diversos mecanismos para vender los productos y que ellos mismos puedan ver las bondades que otorga trabajar, reunirse con el dinero de una manera legal, sencilla, honesta, sana. Eso, en medio de un abordaje psicoterapéutico donde podamos contenerlos, contenerlos desde la ternura, desde el afecto, desde el respeto”, planteó. “La idea es que pasen con nosotros todo el tiempo necesario para promocionarlos a través del vínculo que tenemos con algunas empresas para que las empresas les den laburo y a la vez relacionarlos con el mundo de la educación. Algunos se van a alfabetizar, otros van a terminar la primaria, otros la secundaria, vamos a tener espacios de arte, estamos vinculados con algunas instituciones deportivas de la zona. Es decir, poder dinamizarlo socialmente y que hagan una revisión de su vida, una reconstrucción o construcción de su identidad, toda una cuestión muy compleja, muy difícil de explicar en breves minutos”, aclaró.
“La idea es ayudarlos a que se conviertan en sujetos, a adquirir los recursos necesarios para bancarse la vida –esta que es tan difícil y jodida para todos– a través de la adquisición de recursos que les permitan laburar, estudiar, tener un vínculo afectivo, vincularse con el deporte, con el arte, con el ocio, con la vida, con todo lo que nos hace sujetos”, definió Tasin. Además, el militante sintetizó: “Tenemos un equipo y muchas ganas y deseo de darle para adelante y el propósito es que se autosustenten con el trabajo mismo de todos nosotros sin cuestión de subsidios, sin ninguna cosa de las que pertenecen a la metodología dominante de abordaje como las comunidades terapéuticas y otros proyectos con los que nosotros no coincidimos, no estamos de acuerdo; creemos que lo que un pibe de esta naturaleza prefiere es justamente esto, conocer lo que significa el trabajo, el estudio, pensar. Es muy complejo el asunto pero trato de simplificarlo”.
Interacción con el barrio
“Las puertas al barrio están abiertas y contamos también nuestra particularidad. Acá está el mito de que te tenés que cuidar, que poner una reja porque la villa es peligrosa y qué sé yo. La verdad es que el barrio reacciona a la acción de uno. Nosotros accionamos desde el respeto, desde la ternura, desde la alegría. La gente nos quiere, no es que nos acepta, nos quiere. Hace 20 años que trabajo acá y he construido vínculos afectivos realmente hermosos, de los más hermosos de mi vida. Nosotros no hacemos política, no hacemos religión y tampoco esperamos mucho del Estado ni del gobierno, ni de la Ciudad ni del gobierno nacional, ni ahora ni antes”, definió.
Tasin transmite entusiasmo cuando cuenta el proceso: “Lo hacemos todo a pulmón, con la ayuda de la gente, con amigos, y tratamos de gestionar nuestros propios recursos. El galpón este nosotros lo arreglamos, lo pusimos realmente hermoso, pintado, con consultorios alfombrados. Armamos los talleres, hicimos una oficina. Vengan a conocerlo cuando quieran, está hermoso. En la villa uno puede señalar y yo lo he hecho en algunos libros que escribí, la ausencia del Estado, y es así”, aseguró. Añadió en este sentido: “Por más piripipí político y discurso berreta que uno pueda escuchar de algunos políticos, el Estado está ausente acá y su presencia tiene que ver o con la policía o con banderas partidarias. Ahora, la cuestión crucial es que no es sólo el Estado está ausente en los contextos de extrema pobreza: está la sociedad entera ausente. Las empresas, porque uno de los males endémicos del barrio es la falta de trabajo. O no hay laburo o hay laburo de changas y lo que se precisa es trabajo”. Además, alejándose de una mirada ‘tibia’, Tasin planteó: “El problema de las villas miseria tiene que ver con lo político y lo económico, no se trata de una anomalía o algo que salió mal, sino el producto directo del sistema. Nosotros no somos una sociedad pobre, somos una sociedad injusta. Hay muchísimas cuestiones que abarcar. Nosotros tratamos de tomar al chico, contenerlo, ayudarlo a fin de que él mismo genere los recursos para armar su propio proyecto de vida; el que quiera, el que le resulte satisfactorio”, concluyó.