La decisión infame de desplegar soldados italianos en Letonia en la frontera con Rusia, impuesta por la OTAN y pasivamente aceptada por el Gobierno italiano, constituye una locura criminal: no sólo no tiene fines lícitamente defensivos (suponiendo que todavía haya alguien tan ingenuo como para creer que la escalada de la guerra puede ser «defensiva» de cualquier cosa), sino que está específicamente configurada como una amenaza bélica y como un paso más hacia la guerra de agresión contra Rusia, dado por la OTAN al servicio del imperialismo estadounidense, pretendiendo no recordar los resultados de la agresión de Napoleón y Hitler, pretendiendo hacer caso omiso de lo que podría ser el resultado de una nueva guerra en Europa, haciendo como si no vieran el terrible peligro de una guerra nuclear, algo que vienen preparando desde hace un largo tiempo.
La OTAN se ha convertido desde hace mucho tiempo exactamente en lo contrario de una alianza defensiva, si es que realmente lo fue en algún momento: ahora es claramente la más peligrosa organización terrorista internacional y asesina sin vacilación de masas que pretende provocar una guerra europea, cuyo resultado es fácil predecir como el fin del mundo para toda la humanidad.
Hay que disolver la OTAN y abrir un proceso a sus dirigentes ante un tribunal de justicia internacional por los crímenes de guerra y contra la humanidad.
En Europa y en el mundo es indispensable y urgente una política de paz por medio de la paz, una política estrictamente no violenta, una política que tenga como base la oposición a todas las guerras y a toda matanza, una política que respete y la defienda a todos – y a todo -, a la vida humana y a la biosfera, que es la casa común de la humanidad.
Finalmente, que Italia respete el artículo 11 de su Constitución que «repudia la guerra», y que se dé cuenta de las obvias implicaciones y consecuencias que son la desmilitarización y el desarme, y el inicio de la Defensa popular no violenta y del Cuerpo civil de paz.
Que Italia no se preste más a desplegar militares bajo las órdenes de la OTAN, ni en Letonia ni en otro lugar.
Que Italia promueva la disolución de la OTAN antes de que la OTAN provoque una catástrofe en la humanidad.
Cada víctima tiene la cara de Abel.
Hay una sola humanidad.
Salvar vidas es el primer deber.
Sólo la no violencia puede salvar a la humanidad.
Peppe Sini, jefe del «Centro de Investigación para la Paz y los Derechos Humanos»
Viterbo, 14 de octubre de 2016