Todo el mundo está tratando de entender lo que pasó en el referéndum para ratificar el acuerdo de paz en Colombia. Algunas preguntas vienen a la mente. ¿Por qué tan pocas personas votan (sólo el 32%) y por qué un 50,2% voto NO a un acuerdo de paz tras 52 años de conflicto? El tema debe ser abordado en un nivel más profundo si queremos entender su raíz. En primer lugar, las personas habrían votado por un NO a cualquier pregunta; habrían votado no, si la pregunta era acerca de cambiar el semáforo. El voto por el NO no es realmente sobre el acuerdo entre las FARC y el Gobierno, sino más sobre el estado existencial de la vida de las personas. La gente está realmente en una crisis a gran escala en muchas partes del mundo. La gente está sufriendo, no está encontrando soluciones a su sufrimiento, y están echando la culpa a otros (inmigrantes, musulmanes, FARC, y así sucesivamente). ¿Han visto lo que ha pasado en Hungría, con la crisis de inmigrantes en Europa, con ISIS, el referéndum Brexit, en Brasil, y así sucesivamente? El problema es global y no sólo en Colombia. Estamos en una situación grave que no se puede resolver simplemente mediante la promoción de la paz con una bandera en la calle. La deshumanización social está expandiendo como un fuego que se extiende con el viento. En todo el mundo, una nueva y cada vez mayor clase social de personas con vidas sin sentido, violentas y llenas de contradicciones está ganando espacio social y político; quiere la paz, pero votar No en el referéndum.
Para la gente que votó por el SÍ, tenemos que recordar que algunas de las personas a favor del NO son nuestras propias madres y padres, hermanos y hermanas, compañeros de trabajo y vecinos. Antes estaban a favor del SÍ, pero algo sucedió en sus vidas, algún accidente (perdieron el empleo, se divorciaron y así sucesivamente) y se asustaron. Cerraron la puerta, se deprimieron y cambiaron el rumbo de sus vidas, atrapados en la venganza y el cálculo egoísta. Por supuesto, también hay personas por el NO que tienen un gran interés en estar a favor del NO: la guerra es uno de los negocios más grandes del mundo, los grandes medios de comunicación aman la violencia y los conflictos porque hacen dinero a través de ellos, y los frentes políticos, también financiados por estas instituciones, están asustando a la gente para manipular el voto.
¿Cómo podemos revertir esta dirección destructiva? ¿Cómo podríamos abrir el futuro para nuestras familias, nuestros amigos, nuestros seres queridos? Corresponde a cada uno de nosotros responder a estas preguntas y empezar a dar un significado más profundo a nuestras acciones y propias vidas.
Termino con el último párrafo de la arenga de Silo, “La curación del sufrimiento”, dada en Punta de Vacas, Argentina, en 1969: “Hermano mío, allá en la historia está el ser humano mostrando el rostro del sufrimiento, mira ese rostro del sufrimiento… pero recuerda que es necesario seguir adelante y que es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar.”
“A ti, hermano mío, arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor para que eleves tu corazón y eleves tu espíritu, y para que no olvides elevar tu cuerpo.”