El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes nos hace saber que, desde hace unos días, la presencia policial en Canaletes y Metro Liceu se ha intensificado de manera desproporcionada. La pasada noche del jueves, 10 furgonas de la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana (USP- Unitat de Suport Policial) se ocuparon de que los manteros quedaran atrapados en el hall del Metro de plaza Catalunya y varios secretas identificaron y decomisaron a al menos 7 compañeros. Ayer mismo, otro desproporcionado dispositivo policial de al menos 8 furgonas entre Plaza Catalunya y Liceo volvió a acosar y decomisar a los vendedores ambulantes.
El sábado al acabar una concentración de miles de personas contra el TTIP y CETA, en un operativo similar y ante la mirada atónita de cientos de personas reducían y detenían a un vendedor ambulante que iba sin mercancía y estuvo algunas horas en comisaría. Y así, día tras día, nos vemos ante situaciones que entendemos de acoso y provocación por parte de la Policía de la Guardia Urbana a quienes intentan sobrevivir vendiendo en la calle como única opción posible de momento.
El verano se iniciaba con una vergonzosa campaña de criminalización de la venta ambulante, que incluyó personal contratado por el Ajuntament de Barcelona para repartir octavillas, carteles de propaganda callejera y hasta un Skatepark fantasma en la Barceloneta. La situación de este colectivo no ha cambiado concluida la estación veraniega, sino que ha seguido empeorando.
Como única solución a esta prohibición de la venta ambulante, los manteros se encuentran con una cooperativa supuestamente para ayudarlos donde sólo tendrán unos pocos de los 15 puestos ofertados, y que además ha designado igual número personas de Barcelona Activa a cargo del proyecto, en lo que podríamos llamar “atención personalizada” a un grupo reducido cuando lo presentaban como un “problema país” en rueda de prensa, tras las conclusiones unilaterales de la Taula de Ciutat. Estamos cansadas de esas operaciones de maquillaje político.
Conocemos de sobras la política de amontonarlos en alguna zona para visibilizar que son más de los que son y asustar a la ciudadanía con noticias alarmantes para justificar actuaciones desproporcionadas y no ha hecho más que encender la llama de la intolerancia y el racismo tanto desde medios de comunicación como en la calle. También denunciamos la manipulación de hacer pasar por pequeños comerciantes lo que realmente grandes Marcas. Exigimos el fin de esas políticas encaminadas a manipular la opinión.
Desde la Red Solidaria Tras la Manta sabemos que estas provocaciones policiales, que se han intensificado en los últimos días, están diseñadas para acabar siendo noticia del telediario con algunos breves segundos en el que algún vendedor ambulante responde a agresiones por cansancio y humillación, como es el caso de Sidil Mótcar, que aún está en prisión preventiva. Como vecinas de la ciudad, exigimos el fin del acoso policial y el respeto por los derechos de los vendedores ambulantes.
Mostremos la Barcelona que somos con las grietas y brechas reales entre ricos y pobres, locales y migrantes. No escondamos debajo de la Manta la pobreza existente y la falta de refugio en una ciudad refugio.
Sobrevivir no es delito apoyar a los Manteros tampoco.
Red Solidaria Tras la manta