Discurso en el Ayuntamiento de Milán el 10 de octubre de 2016
He leído con mucho cuidado el Pacto por Milan (lo leí y lo releí) y no dice en ninguna parte que a cambio de 110 millones de promesas de Renzi debamos votar por el «sí» en el referéndum.
No está escrito; entonces me parece que el Alcalde, como alcalde, no tiene razones suficientes para guiar a los alcaldes hacia el sí.
Institucionalmente, ya la idea de que existan «Alcaldes por el sí» significa no entender que el alcalde es un alcalde de todos.
No debe haber ni alcaldes por el sí ni alcaldes por el no. Hay, por supuesto, personas que participan en las iniciativas políticas. Ellos pueden hacerlo, no faltaría más, y es justo que lo hagan. A lo largo de la campaña electoral, les pedí a todos los candidatos que digan lo que hubieran votado en el referéndum, dado que esto sería un elemento de juicio que los ciudadanos podrían tener acerca de ellos, pero cuando uno ya ha sido elegido debe dejar de hacerlo.
Considero al Alcalde, mi alcalde en asuntos administrativos, para el programa para el que fue elegido, y creo que Giuseppe Sala – no el alcalde de Milán – puede hacer lo que quiera, pero no en una reunión de alcaldes que representan a la ciudad de Milán, alcaldes que hablan de una cierta posición sobre el referéndum.
Aparte del hecho de que si votáramos en este Consejo, no sé si habría una mayoría que le permita al Alcalde ir y hablar en nombre de los comités por el sí. Pero ni siquiera hemos votado.
Apelo a un comportamiento institucional (tal vez se han puesto en boca del Alcalde cosas que él no ha dicho), porque el alcalde que dice «Tengo que ayudar a organizar la iniciativa de los Alcaldes por el sí», ha tomado una posición que es una falta de respeto a las instituciones, dado que las instituciones no prevén una situación de esta naturaleza.